Contenido creado por Gerardo Carrasco
Vida en la red

Please no RT

Creador del botón de retuit se arrepiente: “es cómo darle un arma a un niño de 4 años”

Chris Wetherell dice que el botón se usa para compartir sin pensar, y señala algunas soluciones contra el fake engadgement.

31.07.2019 12:01

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2019-07-31T12:01:00-03:00
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Hace aproximadamente 10 años, el desarrollador Chris Wetherell dirigió el equipo que creó el botón de retweet, que permite compartir los Tweets de otros en esa red social. Wetherell estaba entusiasmado con la herramienta y su capacidad de dar voz a comunidades subrepresentadas.

Cuando Twitter lanzó la función, Wetherell notó que se transformó rápidamente en "un multiplicador de información verdaderamente poderoso, y que otras funciones no tenían", explicó el desarrollador en una entrevista con BuzzFeed.

A pesar de lo positivo, el botón también cambió la operación de Twitter de una manera que ni Wetherell ni sus colegas previeron. Los usuarios compartirían sus mensajes sin pensar concretamente si el contenido era verdadero o falso o incluso si tenía sentido, sin reflexionar, por lo que las noticias falsas y algunos tipos de ataques se propagan más rápido, admite. Hoy, lamenta haber participado en la creación de este botón e incluso lo compara con "entregar un arma cargada a un niño de cuatro años".

Antes de que existiera la herramienta, los usuarios necesitaban compartir contenido manualmente. Es decir, copiar el texto de otros y pegarlo en un nuevo tweet, escribir "RT" significaba que el contenido era un retweet, es decir, compartir una publicación distinta de la que se estaba preguntando.

El proceso se hizo mucho más rápido con el nuevo botón, pero en el momento de la creación casi nadie se detuvo a pensar en las consecuencias. "Solo dos o tres veces alguien ha hecho preguntas sobre el impacto social", dijo Wetherell, quien anteriormente había trabajado para Google y ahora está tratando de fundar su propia startup.

Solo después de que se lanzó la función, Wetherell se dio cuenta de que se hacía más fácil para los usuarios compartir información que probablemente ni siquiera habían leído, algo que sucedía menos cuando tenían que copiar y pegar. Imperó entonces el retweet por mero impulso, lo que algunos expertos llaman fake engadgement, expresión traducible como falso compromiso o falso involucramiento

Wetherell mencionó como ejemplo a la denominada Gamergate, una campaña de acoso contra las mujeres en la industria de videojuegos que tuvo lugar en 2014, en la que se dio cuenta de que muchos usuarios usaban el retweet para coordinar ataques contra diferentes personas o difundir información errónea sobre el tema a un ritmo vertiginoso. Es decir, la mayoría de los ataques acababan proviniendo de pocas personas, pero su impacyo se veía amplificado.

¿Hay soluciones a la vista?

Para Wetherell, el momento de resolver el problema es ahora mismo. El desarrollador no cree que eliminar los botones de retweet y compartir sea una buena idea, porque entiende que esto daría un poder desproporcionado para aquellos que ya tienen muchos seguidores.

Por lo tanto, sugiere que Twitter centre toda su atención en la actividad del usuario. Cuando miles de personas retuitean o comparten el mismo tweet o publicación, se convierten en parte de una audiencia. Wetherell cree que la plataforma podría revocar o suspender la capacidad de llegar a otras personas a través de un retweet que intenta ampliar la audiencia de publicaciones problemáticas o que inciten al odio, o que pretendan difundir noticias falsas y similares.

"Administrar usuarios individualmente es muy difícil, como se puede ver en YouTube", dijo Wetherell, advirtiendo que en el caso de retweets públicos "es mucho más fácil".

Recientemente, WhatsApp también ha intentado abordar el mismo problema de la difusión de noticias falsas y discursos de odio, limitando el reenvío de mensajes para combatir las noticias falsas. La compañía anunció en enero que solo permitirá que un mensaje en particular se reenvíe a cinco conversaciones a la vez. Instagram, a su vez, está planeando y probando ocultar el número de "Me gusta" en las publicaciones, ya que esa cifra se ha convertido en un símbolo de aprobación social.