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Medioambiente

Por The New York Times

Conoce a los veterinarios que viajan por el campo de México atendiendo caballos

Su tarea consistía en castrar al semental, una operación necesaria para evitar que se volviera incontrolable y un peligro.

09.05.2023 12:26

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2023-05-09T12:26:00-03:00
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Por The New York Times | Emiliano Rodríguez Mega

Ángel Estrada, derecha, veterinario, y Brenda Arias, estudiante de veterinaria, anestesian a un caballo que será sometido a cirugía en una clínica en la comunidad de Charco de Sierra en Guanajuato, México. (Victor J. Blue/The New York Times) Mauro Antonio Nieto Acosta, izquierda, y Dereck Alejandro Morín, ambos estudiantes de veterinaria, administran medicamento antiparasitario a un caballo joven en una clínica RVETS en la comunidad de Charco de Sierra. (Victor J. Blue/The New York Times) LAS PALMITAS, México — Pedro Parra estaba junto a su caballo mientras el animal caía al suelo bajo el peso de la anestesia. Sus cuatro pezuñas se agitaron por un momento, luego pararon y un equipo de veterinarios voluntarios se apresuró a intervenir. Uno colocó una almohada bajo el cuello del paciente; otro ató una cuerda alrededor de una pata trasera y la levantó.

Su tarea consistía en castrar al semental, una operación necesaria para evitar que se volviera incontrolable y se volviera un peligro para su dueño y otros animales. “Ya se estaba haciendo un poco relajo con las yeguas”, dijo Parra. “Ya no estaba a gusto”. Al cabo de una hora, otros siete caballos yacían en el solar situado detrás de la iglesia del pueblo, despertando lentamente de sus operaciones.

Parra cumplía 34 años aquel día. Tan pronto como su compañero despertara, se lo llevaría a casa, donde sirve para arar la milpa —hileras de maíz, frijoles y calabaza— en el rancho de su familia.

El semental de Parra fue uno de los 813 pacientes, entre burros, caballos y mulas, que fueron castrados, desparasitados, vacunados o atendidos de alguna otra forma durante una clínica veterinaria itinerante de una semana de duración en el estado mexicano de Guanajuato.

La campaña fue organizada por el Rural Veterinary Experience Teaching and Service, o RVETS, un programa que desde 2010 envía a especialistas y estudiantes de veterinaria voluntarios a prestar atención gratuita en zonas remotas de México, Nicaragua y Estados Unidos donde escasean los veterinarios.

“En la industria veterinaria de equinos nadie más le toma importancia a todos los animales que están en el campo”, dijo Víctor Urbiola, director de RVETS México. “Por eso es que nos enfocamos en ellos”.

Pero RVETS hace más que vacunar equinos o arreglarles los dientes. El grupo también ha cambiado la forma en que la gente trata a los caballos, mulas y burros de los que dependen para buscar agua, arar los campos, montar en competencias o ir a la escuela.

En la clínica, Brenda Arias y Martín Cuevas Jr., ambos estudiantes de veterinaria, se acercaron suavemente a dos yeguas y un potro. Jeringuillas en mano, los estudiantes se preparaban para lanzar un chorro de un líquido amarillo pálido —el antiparasitario ivermectina— en los hocicos de los animales. Algunos caballos rurales, poco familiarizados con personas que no sean sus dueños, “ni siquiera se dejan tocar”, dijo Arias.

¿Qué hacer entonces? “Conquistarlos”, dice Cuevas. “Hay que hablarles bonito, los acariciamos”, una táctica desconocida para la generación anterior.

Urbiola, que creció en una familia de charros mexicanos, aprendió que infligir dolor y miedo era la forma de dominar o domar a un caballo. Si lo hubieran visto acariciando a uno, comentó, se habrían burlado de él. José Estrada, veterinario adjunto de la clínica, culpó de esas actitudes negativas a “nuestra cultura machista”.

Juan Godínez, delegado electo de la comunidad de Las Palmitas, dijo que antes de RVETS algunos propietarios ataban con lazo las patas y la cabeza del caballo y castraban al animal con un cuchillo. “Así, a la ‘Viva México’, sin anestesia ni nada”, dijo Godínez. No era raro que el animal muriera desangrado o por una infección.

La clínica de RVETS también llena un vacío en la formación veterinaria. En las facultades de veterinaria de México y otros países, “cada vez se hace menos hincapié en los caballos en favor de otros temas como los animales de compañía, perros y gatos”, dijo en una entrevista telefónica Eric Davis, fundador de RVETS con su esposa, Cindy Davis.

“Lo que te enseñan en la escuela es un tercio de lo que realmente es la vida en el campo”, dijo Dereck Alejandro Morín, de 24 años, estudiante de veterinaria que es voluntario en RVETS. Muchos estudiantes se gradúan sin haber tocado nunca un caballo. En la clínica, todo es práctico.

Morín abandonó la carrera de medicina tras capacitarse con RVETS México el año pasado. “Lo hago por ellos, por los caballos”, dice. Pero hablar con Estefanía Alegría esa semana lo convenció de que también lo hace por personas como ella.

Alegría, de 33 años, y su hijo, Bruno, viajaron una hora desde su casa en los cerros, que no tiene electricidad ni agua potable, para visitar la clínica en Jalpa. Su esposo, como la mayoría de sus vecinos, había cruzado la frontera para enviar dinero desde Texas. “Toda la gente se fue”, dice. Ahora, ella y sus hijos dependen de su burro —un animal de 13 años con una oreja torcida— y de un caballo llamado Sombra para casi todo.

Su historia, dijo Urbiola, guarda relación con una de sus principales misiones: cuidar de animales que “valen muy poco o no valen nada económicamente, pero su valor para la vida de las personas es incalculable”.

No es tarea fácil. Conseguir fondos para las campañas anuales ha resultado difícil. “Cuando he ido a tocar puertas gubernamentales, dicen ‘¿Para qué? O sea, los burros no valen nada’”, explica Urbiola.

Luego están los problemas de seguridad. En 2019, RVETS México decidió dejar de viajar a las comunidades aledañas a Xichú, Guanajuato, por consejo de contactos locales que les advirtieron que allí los homicidios habían aumentado considerablemente.

Aun así, dijo Urbiola, “si podemos ayudar a un burro que carga 80 kilos de agua a una señora, a una viejita, pues es totalmente justificable todo el esfuerzo”.

Victor J. Blue colaboró con la reportería.

Emiliano Rodríguez Mega es un investigador reportero del Times en Ciudad de México. Cubre México, Centroamérica y el Caribe. @emiliano_mega Horses Rural Areas Veterinary Medicine Donkeys Castration Pets Animals Guanajuato (Mexico) your-feed-science vis-photo your-feed-animals