Los expertos se basaron en información recabada a partir de muestras lunares e imágenes recogidas por la misión Chang'e 5 y publicaron sus conclusiones en la revista científica Nature Communications. Lograron identificar al menos dos fuentes de procedencia: agua traída por vientos solares y otra autóctona de la Luna, informa el medio.

La región en la que aterrizó la misión Chang'e 5 contenía minerales apatitos que mostraban restos autóctonos de hidroxilo, que, formado por un átomo de hidrógeno y otro de oxígeno, es el principal ingrediente del agua. Los apatitos recogidos por la Chang'e 5 cuentan con menos restos de cristales, que los expertos asocian a vientos solares, una de las consideradas posibles fuentes de agua en la superficie de la Luna.

La presencia de cristales en las muestras es un tercio inferior a la registrada en las recogidas por la misión estadounidense Apolo 11, explica la cadena estatal. Uno de los propósitos de la Chang'e 5 era precisamente investigar la existencia de agua lunar, clave para entender la formación y evolución de nuestro satélite.

La presencia de agua en la Luna podría surtir a posibles asentamientos humanos en el futuro, apunta el medio. El programa Chang'e (bautizado así en honor a una diosa que según las leyendas chinas vive en la Luna) comenzó con el lanzamiento de una primera sonda en 2007.

En los últimos años Pekín ha invertido fuertemente en su programa espacial y ha logrado hitos como el alunizaje exitoso de una sonda en la cara oculta de la Luna en enero de 2019, un logro que ningún país había conseguido hasta la fecha.

Con información EFE.