El cambio climático aumentó durante el verano pasado (boreal) la probabilidad de sequía en el hemisferio norte “al menos 20 veces”, indicó un informe científico publicado este miércoles.
La sequía, que afectó a amplias regiones de Europa, China y Estados Unidos, corre el riesgo de producirse cada 20 años, con el clima actual, en lugar de cada 400 años o incluso plazos más largos, como sucedía en el pasado, según el informe de World Weather Attribution (WWA).
El WWA es una red de científicos que investiga la relación entre episodios metereológicos extremos y el calentamiento del planeta.
Los expertos explicaron que las consecuencias de esa sequía impactaron en el sector agrícola de decenas de países, con cosechas a la baja y dificultades que repercutieron en los mercados mundiales.
Esa situación favoreció igualmente los incendios forestales y perturbó la producción de electricidad, en particular la de origen hidráulico y nuclear.
A causa de las oleadas de calor en el hemisferio norte (fuera de las zonas tropicales), la probabilidad de sequía se multiplicó en un factor de “al menos 20”, informó el WWA.
Eso significa que a una profundidad de un metro, los suelos forestales o agrícolas sufren una carencia de agua que afecta a las raíces de las plantas de forma acentuada.
“Las cifras exactas son inciertas”, reconocen esos científicos, que trabajan en prestigiosos institutos u organismos.
“La verdadera influencia de las actividades humanas es probablemente más elevada”, estimó el WWA en el texto.
La temperatura media del planeta aumentó 1,2ºC desde la era preindustrial, según los estudios de científicos climáticos.
Los expertos del Centro Común de Investigación europeo habían estimado este pasado verano (de junio a setiembre) que la sequía era “la peor de los últimos 500 años”.
“Más frecuentes y más intensos”
“El verano de 2022 demostró cómo el cambio climático causado por el hombre aumenta los riesgos de sequía agrícola y ecológica en regiones agrícolas y densamente pobladas del hemisferio norte”, destacó Sonia Seneviratne, profesora del Instituto para la Ciencia Climática y Atmosférica en Zurich, coautora del estudio.
“Tenemos que parar de quemar combustibles fósiles si queremos estabilizar las condiciones climáticas y evitar que esos episodios de sequía vuelvan a agravarse. Serán cada vez más frecuentes e intensos con el aumento del calentamiento”, advirtió la experta.
En Europa central y occidental, la probabilidad de sequía es inferior: entre cinco y seis veces menos importante, según los cálculos.
Esta variabilidad se debe tan solo a la extensión de territorio y a los datos analizados.
“Habitualmente las señales relativas al cambio climático son más importantes en regiones más grandes”, explicó Friederike Otto, del Imperial College de Londres, otra coautora del estudio, al presentarlo a los periodistas.
“Cuando analizamos regiones más pequeñas, encontramos más variantes diarias de la metereología en los datos”, pero ese efecto “se atenúa” cuando se estudian zonas más vastas, explicó.
AFP