Contenido creado por Felipe Capó
Tecnología

No es por AI

Cada vez más startups de IA presionan para entrar en Hollywood: ¿por qué?

Gigantes tecnológicos negocian para instalar modelos generativos en producciones, pese a limitaciones técnicas y resistencias laborales.

28.09.2025 17:26

Lectura: 2'

2025-09-28T17:26:00-03:00
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El desembarco de la inteligencia artificial generativa en Hollywood se acelera en paralelo a la caída en taquilla y a los recortes en nuevos proyectos. OpenAI, Google, Meta y Amazon encabezan la avanzada, mientras startups más pequeñas buscan hacerse un lugar en la industria.

El panorama fue analizado por Charles Pulliam-Moore en una columna publicada en The Verge, donde advirtió que las compañías de IA quieren instalarse en el corazón del negocio audiovisual aun cuando sus modelos no están preparados para producciones robustas y generan temor en los trabajadores del sector.

La IA ya había sido usada en películas como The Irishman (2019) para rejuvenecer actores o Shang-Chi (2021) para superponer rostros en dobles de riesgo. La diferencia hoy es la ambición: proyectos completos construidos con IA generativa.

OpenAI presentó Critterz, un largometraje de 30 millones de dólares realizado íntegramente con su tecnología. En paralelo, Lionsgate firmó con Runway para entrenar un modelo con su catálogo, aunque el sistema no logró resultados aprovechables. Amazon apostó a Showrunner, un “Netflix de la IA” centrado en animaciones creadas con texto, y Google impulsa cortometrajes como Ancestra, criticados por su aspecto de metraje de stock automatizado.

Preocupación laboral y demandas

La avanzada tecnológica se da tras las huelgas de guionistas y actores de 2023, que incluyeron reclamos contra el uso de IA en producciones. Aunque los sindicatos obtuvieron ciertas protecciones, los estudios siguieron aplicándola en títulos recientes como Indiana Jones and the Dial of Destiny o Dune: Part Two.

A la par, Disney y Universal iniciaron demandas contra desarrolladoras de IA por presunto uso indebido de sus catálogos como base de entrenamiento.

Las empresas defienden que la IA “democratiza” el arte y abarata costos, pero críticos como Pulliam-Moore señalan que, lejos de una revolución consolidada, se trata de un experimento incompleto que amenaza empleos y multiplica los riesgos legales.