Antel se prepara para construir un nuevo data center en el país para que “garantice poder ofrecer servicios que son demandados”, según informó La Diaria y confirmó Montevideo Portal con el vicepresidente del ente, Pablo Álvarez.
Según declaró Álvarez al citado medio, la empresa estatal buscará tener las tecnologías disponibles y necesarias para brindar el “mejor servicio” a nivel nacional “y también, eventualmente, frente al proceso de regionalización” que lleva a cabo Antel. Se busca, además, ofrecer servicios “en condiciones de soberanía de los datos”, puntualizó.
El jerarca señaló que se prevé utilizar tecnología de empresas de China y Estados Unidos, en el marco de una disputa entre ambas potencias a nivel global. “La tecnología que ofrecemos es sin preferencia exclusiva”, sostuvo.
El ente aún no definió dónde se ubicará este nuevo data center, pero sí se espera que comience a funcionar el año próximo.
Antel cuenta ya con tres data centers y su presidente, Alejandro Paz, había adelantado en julio que se estudiaba la creación de otros dos más, uno de ellos especializado en inteligencia artificial.
A esto se le suma que el gigante tecnológico Google está construyendo otro centro de datos ubicado en el Parque de las Ciencias. En tal sentido, el presidente de la República, Yamandú Orsi, y la vicepresidenta, Carolina Cosse, se reunieron en agosto con autoridades de la empresa y resaltaron la “posibilidad de una cooperación más profunda”.
Fuentes técnicas consultadas señalaron, además, que la inversión prevista por Antel en hardware de NVIDIA, estimada en torno a US$ 50 millones, no alcanzaría para resolver el desafío de la soberanía tecnológica en materia de inteligencia artificial. Explicaron que ese tipo de infraestructura sirve principalmente para procesos de inferencia y para ejecutar modelos de menor escala, muy por debajo de los sistemas avanzados que hoy se utilizan de forma cotidiana en el ecosistema global de IA.
Según los especialistas, la gerencia de Antel transmitió que esta inversión permitiría cubrir las necesidades de IA del país y eventualmente de la región, pero la evaluación externa es más cauta. La lectura técnica es que el equipamiento proyectado no coloca a Uruguay en posición de autonomía, ni resuelve los cuellos de botella estructurales para entrenar o desplegar modelos de última generación, lo que exige capacidades de cómputo y energía que superan ampliamente la escala anunciada.