Las autoridades meteorológicas de Brasil alertaron este martes sobre un "gran peligro" de casos de hipertermia durante los próximos días en Brasilia y sus alrededores, que sufren con unas altas temperaturas y una humedad que ha caído a menos del 10 %.

Según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), el estado de "alerta" declarado este martes seguirá al menos hasta el viernes, período en que se esperan unas temperaturas "por encima de la media histórica" registrada en la capital brasileña en esta época, la más calurosa del año y que es de 32 grados.

Brasilia, situada en una meseta semidesértica del centro-oeste del país, ha registrado en los últimos días unas temperaturas de unos 36 grados, pero el Inmet considera que las actuales condiciones climáticas pueden elevarla más allá de los 40 grados en los próximos días.

Según el Inmet, la combinación de elevadas temperaturas con una bajísima humedad del aire puede provocar casos de hipertermia y unas serias deshidrataciones perjudiciales para la salud, que representan un "gran peligro" y pueden llevar incluso a la "muerte".

La región central de Brasil está en el tramo final de una época anual de sequía, que ha sido más intensa este año y afecta en particular a la capital del país, donde hace diez días un aguacero pasajero puso fin a un período de cuatro meses sin una sola lluvia.

Sin embargo, tras esa llovizna el fenómeno no se ha repetido y la humedad del aire ha caído a tasas de entre 8 y 9 %, muy inferiores a las que registran desiertos como el de Sahara o el de Atacama, en el norte de Chile.

Esta situación se presenta cuando la pandemia de coronavirus aún mantiene una fuerte incidencia en Brasilia, una ciudad de unos tres millones de habitantes que hasta ahora registra unos 200.000 casos y 3.350 muertes por COVID-19, que en el país acumula casi 5 millones de contagios y cerca de 147.000 fallecidos.

Las altas temperaturas están concentradas en prácticamente todo el país, que sufre con una ola de calor atípica para la primavera austral, aunque sin las bajísimas tasas de humedad de la meseta en que se asienta Brasilia, situada a unos 1.000 kilómetros del litoral marítimo y a 1.000 metros por encima del nivel del mar.

Según el Inmet, eso se debe a una masa de aire seco instalada en la mayor parte del país desde hace unas semanas, a la cual también se atribuye, en alguna medida, el aumento de los incendios en la región amazónica y en los humedales del Pantanal.

No obstante, se sospecha que esos incendios también responden a la acción de hacendados y campesinos que preparan tierras para la siembra en esos biomas, una hipótesis reforzada por autoridades policiales y grupos ecologistas, aunque negada por el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.

EFE