Contenido creado por Felipe Capó
Tecnología

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Agesic presentó una nueva versión de su Marco de Ciberseguridad: ¿cómo funciona?

La actualización busca fortalecer la gestión de riesgos digitales y alinear a Uruguay con estándares internacionales.

06.10.2025 19:42

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2025-10-06T19:42:00-03:00
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La Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información (Agesic) presentó la versión 5.0 del Marco de Ciberseguridad de Uruguay, una herramienta que servirá para evaluar y mejorar la protección informática tanto en organismos públicos como privados.

El nuevo documento plantea un esquema para medir el nivel de madurez de cada institución frente a amenazas digitales y establecer planes de mejora concretos. Está basado en la versión 2.0 del Marco de Ciberseguridad del NIST, organismo de referencia internacional, y en la normativa uruguaya vigente sobre seguridad de la información y datos personales.

En total, el Marco incorpora 72 requisitos agrupados en seis funciones que cubren todo el ciclo de vida de la ciberseguridad: Gobernar, Identificar, Proteger, Detectar, Responder y Recuperar. Cada función se traduce en medidas prácticas —como definir responsabilidades, mapear activos críticos, implementar controles, detectar incidentes y recuperar servicios— que las organizaciones deberán adaptar a su realidad.

El Marco forma parte de la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2024-2030, aprobada el año pasado, que plantea una actualización del marco legal y técnico para responder al aumento de incidentes digitales. Su elaboración contó con la participación de 49 organismos públicos, 57 privados y 12 instituciones educativas, además de la colaboración de la OEA, el BID y el Centro de Cibercapacidades de Latinoamérica y el Caribe (LAC4).

El documento distingue tres perfiles de ciberseguridad: básico, estándar y avanzado. El primero aplica a entidades con riesgo bajo y mínima dependencia tecnológica; el segundo, a las que no pueden interrumpir servicios por más de 48 horas; y el tercero, a las que operan con servicios críticos, con una tolerancia máxima de 24 horas ante un incidente.

Cada perfil combina prioridades de acción —alta, media o baja— con un modelo de madurez de cinco niveles. En los grados más bajos, las instituciones apenas reconocen la necesidad de medidas de seguridad; en los más altos, los procesos ya están documentados, auditados y en mejora continua bajo la supervisión de un Responsable de Seguridad de la Información (RSI).