Las acciones de Nvidia cayeron hasta 6,5% en la mañana de este martes luego de que The Information informara que Google mantiene conversaciones con Meta para un acuerdo que implicaría miles de millones de dólares en chips de inteligencia artificial. La operación marcaría un cambio drástico en la estrategia comercial de Google, que hasta ahora solo alquila sus unidades de procesamiento tensorial (TPUs) a través de Google Cloud.

Según el reporte, el plan es que Meta utilice estos chips en sus propios centros de datos a partir de 2027, una práctica que Google nunca había permitido. El medio también señaló que la compañía está ofreciendo TPUs a otros clientes de su nube, en un movimiento ambicioso que —según cálculos internos— podría capturar hasta 10% de los ingresos anuales de Nvidia.

El impacto de la noticia se sintió de inmediato en el mercado. AMD, otro competidor del segmento, cayó más de 8%, mientras que el retroceso de Nvidia borró las ganancias registradas el lunes, en un contexto donde los gigantes tecnológicos enfrentan una creciente presión por el temor a una burbuja de IA.

El avance de Google se suma a una tendencia donde los propios clientes de Nvidia se convierten a la vez en sus rivales más fuertes. Además de Google, tanto Amazon como Microsoft han desarrollado chips de IA de fabricación propia. Amazon, por ejemplo, completó recientemente un enorme proyecto de centro de datos y cedió medio millón de unidades a Anthropic. Google también firmó acuerdos recientes con Anthropic, y OpenAI habría probado sus TPUs durante el último verano boreal.

La firma DA Davidson ya había anticipado este escenario en septiembre, al señalar que varios laboratorios de IA de frontera mostraban “considerable interés” en adquirir TPUs, y estimó que el negocio de chips y el segmento de DeepMind podrían valer hasta 900.000 millones de dólares.

La caída bursátil del martes también se produce en un clima más amplio de dudas sobre el mercado de IA. Nvidia ha enfrentado críticas por sus acuerdos cruzados con desarrolladores y por inversiones que, según analistas como Michael Burry, recuerdan el comportamiento previo al estallido de la burbuja puntocom. Frente a ese clima, la empresa envió durante el fin de semana un memo a analistas de Wall Street buscando disipar las preocupaciones.