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Ciencia

Derribando estereotipos

¿Quiénes son ellas?, libro que recoge historias de científicas uruguayas e inspira a niñas

La maestra Tania Fernández ahonda en el perfil de 12 investigadoras que trabajan en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

23.02.2022 09:04

Lectura: 9'

2022-02-23T09:04:00-03:00
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Por Santiago Magni

¿Quiénes son ellas? es un libro que recoge historias de 12 científicas uruguayas y surgió de un proyecto que nació en un aula multigrado en la escuela rural 32 de Progreso. Con el fin de romper estereotipos de género y profesión, el trabajo invita a reflexionar acerca de a cuáles y cuántas uruguayas conocemos en STEM (en inglés, las iniciales de: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)

El libro realizado por la maestra Tania Fernández es un proyecto financiado por el Fondo Concursable para la Cultura del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Las protagonistas de este proyecto son: Moira Sotelo (arqueóloga), Natalia Bajsa (microbióloga), Anita Aisemberg (aracnóloga), Bettina Tassino (bióloga), Ana Denicola (química farmacéutica), Natalia Moreira (socióloga), Vanesa Amarelle (microbióloga), Soledad Ghione (bióloga), Ana Inés Zambrana (bioquímica), Mariana Di Giacomo (paleontóloga), Florencia Benítez (física) y Fiorella Haim (ingeniera eléctrica).

En diálogo con Montevideo Portal, Tania Fernández habló sobre cómo surgió el trabajo, el acercamiento de los niños con la ciencia y el rol de las mujeres en ella, entre otros temas.

Montevideo Portal: ¿Cómo fue la idea de encarar este proyecto que empezó en un salón de clases?

Tania Fernández: Como maestra trabajo en base a proyectos, eso significa tomar una inquietud o problema que haya en el aula, que los chiquilines noten, y eso me hace estar atenta a cualquier pista que los niños y niñas tengan. En el aula multigrado, donde yo trabajaba, en la escuela rural número 32 de Progreso (Francisco del Piano) surgió la idea de hacer una lista de personalidades uruguayas para trabajar en el años y en esa lista no había ninguna mujer. Yo le pregunté a los chiquilines qué era lo que podíamos hacer y qué pasaba en la lista de por qué no había ninguna mujer, por lo que surgió el desafío de enriquecer esa lista.  

Este trabajo fue en 2017, ha tenido distintos cambios, con la pandemia de por medio las actividades y enfoques fueron distintos. Pasamos de trabajar presencial a hacerlo de forma virtual, y yo luego cambié de escuela, por lo que el proyecto de aula lo pasé a trabajar de manera virtual en la escuela 140 de Santa Lucía (Mateo Legnani), que es urbana. El proyecto tuvo muchas transformaciones, pero se fue viendo la importancia de trabajar mujeres uruguayas enfocadas en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, de las siglas en inglés) porque era donde menos se conocía a uruguayas y donde existe un estereotipo alejado de lo que es una mujer en esas profesiones. Esas ideas los chiquilines las reflejaban tanto en el medio rural como en el medio urbano, hay muchos estudios que hablan de esa asociación que tenemos de que alguien del estereotipo profesional no tiene que ver con una mujer, menos con una mujer joven y contemporánea. Buscamos cumplir el objetivo de acercar uruguayas reales que sean cercanas a niños y niñas.   

MP: ¿Por qué se eligió a 12 científicas?

TF: El tema de que sean 12 es porque fuimos abordando a una por mes, pero además viendo de cumplir con el programa de Educación Inicial y Primaria. Con cada una se fue trabajando con distintas disciplinas, que no siempre son las que ellas abordan, por ejemplo, tenemos a Moira Sotelo que es arqueóloga, pero en el programa no está la arqueología para trabajar, por lo que la trabajamos desde la historia. Está Natalia Moreira que es socióloga, pero no tenemos sociología en el programa educativo, por lo que trabajamos en lo que es la construcción de ciudadanía. Otro tema importante es que no hay una que sea matemática, eso tiene que ver con que con cada una de ella lo que trabajé fue el área de matemática, aunque no sean matemáticas, pero todas manejan un lenguaje matemático por estar dentro de las ciencias. Fuimos abordando las distintas disciplinas del programa de educación en el trabajo que hicimos con ellas, y, además, teníamos un objetivo más grande, que era brindar referentes mujeres para niñas y niños.  

Foto: Marcelo Casacuberta

Foto: Marcelo Casacuberta

MP: ¿Cómo fue que surgió la posibilidad de postular el trabajo a los Fondos Concursables?

TF: En el año 2020 surgió a través de una de las protagonistas que había trabajado en el aula la idea de postular este trabajo a los Fondos Concursables del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). La iniciativa del libro surgió a fines del 2020, el trabajo anterior fue de aula, donde despertó en mí el interés en los niños y sus familias, que luego se fue potenciando. Luego se formó el equipo de trabajo para el libro, que eran personas que habían trabajado en divulgar ciencia, como Marcelo Casacuberta, en fotografía, Alejandro Sequeira y Soledad Machado, que fueron quienes me ayudaron a darle un formato de libro. Las asesoras científicas del libro fueron Anita Aisenberg, Bettina Tassino, Vanesa Amarelle y como estudiante de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República Nicolás Fernández. Entre todo ese equipo armamos una propuesta que parte de un juego, que son las dinámicas que trato de llevar al aula. El juego al que da título el libro y es el dibujo de la tapa es un juego real que hicimos, con material reciclado. Tratamos de plasmar lo hecho en el aula, pero abarcar otras necesidades y hacer entrevistas más completas, que tuviesen un recorrido, que se pueda mostrar a cada una en momentos importantes como decidir su carrera, cómo influyó en ellas no tener referentes femeninos, cuáles fueron sus referentes y quienes la inspiraron. También buscamos que muestren los obstáculos que tuvieron en sus carreras, que a veces tienen que ver con el hecho de ser mujeres o generales para jóvenes (hombres y mujeres). Hubo exámenes que perdieron, se decidieron por una carrera y luego tuvieron que arrancar por otra, no encontraban trabajo fácilmente, no sabían dónde estudiar lo que les gustaba, por ejemplo. Eso hizo que el libro tenga un interés más general. 

MP: ¿Cómo fue el ida y vuelta entre las científicas y los niños?

TF: Con cada una la idea fue trabajar distintas áreas, pero siempre comenzar con algún disparador que a ellos les podía interesar. Por ejemplo, con Moira Sotelo la idea fue trabajar sobre los pueblos originarios de nuestro país. Antes comenzábamos con alguna pregunta disparadora para entrar en la temática o propusimos buscar tesoros que tengamos en nuestro presente, pero darnos cuenta de que son heredados de los pueblos originarios que muchas veces pensamos no forman parte de nuestra actualidad. A través de esos disparadores se presentaba a una protagonista. Cuando los chiquilines veían que era una necesidad convocar a una científica para entender mejor la temática la idea era que sepan que había una persona real que estudiaba estos temas y había una sorpresa por parte de ellos, de que alguien estudiaba lo mismo que ellos. Les alcanzaba el material de la científica, ellos se interesaban muchísimo y la sorpresa era aún mayor cuando las conocían. Algunas fueron presencialmente, otras de forma virtual por la pandemia, y otras, por la lejanía, y rutinas de trabajo, hacían videollamadas, conferencias o audios. En todos los casos hubo sorpresa de los niños de que se trata de mujeres que hacen chistes, se pintan las uñas, se visten como nosotros. Se salió del imaginario de que esa mujer sea de determinada manera, pero vieron que podía ser cualquiera. También fue bueno salir del aula, ver por videollamada el Instituto Clemente Estable, cómo son los laboratorios, por ejemplo, fueron al laboratorio de Bettina Tassino y a la clase de un investigador. Conocieron mujeres y hombres que estaban en esos equipos, vieron el trabajo mixto, colaborativo, y quedaron fascinados por el edificio, el laboratorio y entendieron que pueden estudiar ciencia en Uruguay. Fue abrir un abanico de oportunidades y posibilidades a los niños.

MP: ¿Cómo fue el proceso de elección de las 12 mujeres científicas?

TF: Por suerte hay muchas mujeres súper brillantes y en otras áreas como matemáticas. El hecho fue que se dio a través del trabajo con los niños, fue paulatino y a medida que íbamos avanzando. Por ejemplo, en el caso de la biología un estudiante de Facultad de Ciencias me ayudó a comunicarme con la universidad. Ahí fui conociendo a algunas y vimos que el objeto de estudio que tenían se podía llevar al aula, por lo que había cuestiones que podíamos trabajar con los niños. Pensé en mujeres con objetos de estudios cercanos a los niños, como fue el caso de la biología, por poner un ejemplo. Todas tienen un por qué en base a una necesidad educativa para abordar y un objetivo de estudio. Fue importante no caer en una misma área, también con la idea de que no todas trabajen en Montevideo, algunas lo hacen en el interior, también que tengan distintas edades y conocer las etapas en las que se formaron. Buscamos una mirada integradora.

Sobre la autora

Tania Belén Fernández se graduó en el Instituto de Formación Docente «Juan Amos Comenio» (2015), como maestra de Educación Inicial y Primaria. Trabajó en escuelas rurales como maestra y directora, y en el Programa a.pr.en.d.e.r, N° 99. Actualmente (2020 - 2021) trabaja como maestra en la escuela N° 140 de Santa Lucía, Canelones. Además, se ha involucrado en diversos proyectos educativos con la convicción de que la educación pública debe generar impactos positivos en la comunidad. Se ha formado en género, ciencia y tecnología y ha participado como ponente en diversas actividades académicas.

Por Santiago Magni


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