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Ciencia

Por The New York Times

¿La investigación del coronavirus puede ayudar a resolver los misterios de otros virus?

Aunque las complicaciones de la COVID-19 han llamado la atención, muchos síntomas, como la pérdida del olfato, no son exclusivos del virus.

19.04.2021 14:19

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2021-04-19T14:19:00-03:00
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Por The New York Times | Gina Kolata

Barie Carmichael perdió su sentido del gusto y el olfato mientras viajaba por Europa. Ella recuerda haber cenado en un restaurante con una estrella Michelin, pero sin poder saborear nada. “No tuve el corazón para decírselo a mi anfitrión”, confesó.

Puede parecer un caso de COVID-19. Pero Carmichael, de 72 años y miembro de la escuela de negocios de la Universidad de Virginia, perdió la capacidad de saborear y oler durante tres años en la década de 1990. La única infección respiratoria que había tenido era bronquitis.

Los científicos médicos dicen que, aunque las complicaciones del coronavirus han llamado la atención de la gente, muchos síntomas, como la pérdida del olfato, no son exclusivos del COVID-19. La inflamación del corazón, el daño en pulmones y en el sistema nervioso y los pequeños coágulos de sangre en el revestimiento de los pulmones ocurren en un pequeño pero notable porcentaje de pacientes que han tenido otras infecciones respiratorias y virales. Y estos pacientes también pueden tener su propia versión de “COVID-19 prolongado” .

Nadie está diciendo que el COVID-19 sea equivalente a, digamos, la gripe que circula todos los años. La gripe estacional habitual no ha matado a millones en todo el mundo en un solo año, incluidos más de medio millón de estadounidenses, al tiempo que trastorna a la sociedad y devasta economías. Pero el COVID-19 brinda una nueva oportunidad para comprender las complicaciones de muchas infecciones virales comunes.

Antes de la pandemia era difícil conseguir subvenciones para investigaciones de estudio sobre la pérdida del olfato, aseguró Danielle Reed, directora asociada de Monell Chemical Senses Center, un grupo de investigación sin fines de lucro ubicado en Filadelfia.

“Parecía que a nadie le importaba”, dijo. Pero ahora, “hay un crecimiento explosivo del interés de los financiadores”. (Agregó que la mayoría de los que dicen haber perdido el sentido del gusto realmente han perdido el sentido del olfato).

Los investigadores en Monell quieren comparar la frecuencia con que las personas pierden el sentido del olfato después de un ataque de gripe versus un ataque de COVID-19 y cuánto dura esa pérdida. ¿Existe una predisposición genética a esta complicación?

Investigadores en otras instituciones quieren saber quién es susceptible a infecciones cardiacas, coágulos de sangre o daño pulmonar después de tener un virus respiratorio como la gripe. En general, se sabe poco al respecto. Parte del problema es que solo una minoría de pacientes con virus respiratorios se ven afectados por estos trastornos y, hasta el coronavirus, esa minoría tendía a no ser un número grande. Muchos de estos efectos se observaban, pero luego se desestimaban.

Los problemas cardiacos causados por infecciones virales están entre los trastornos mejor estudiados. Cada año, la miocarditis, una inflamación del músculo cardiaco, afecta a alrededor de 1,5 millones de personas en todo el mundo, la mayoría de las cuales tienen una infección previa causada por un virus respiratorio. La mayoría se recupera por completo.

Pero con frecuencia no se reconoce la vinculación de síntomas como la fatiga con la miocarditis. Bruce McManus, profesor emérito de patología de la Universidad de Columbia Británica, sospecha que la fatiga que a veces se presenta tras un ataque de COVID-19 podría deberse a este problema cardiaco.

“Consideramos que el COVID-19 y la influenza son enfermedades respiratorias, y de hecho lo son”, dijo McManus. “Pero la razón por la que muchos pacientes llegan a la muerte en muchos casos tiene que ver con el miocardio”.

Algunos pacientes gravemente enfermos de COVID-19 tienen daño pulmonar. Eso también puede ocurrir con otros virus, dijo Clemente Britto-Leon, investigador pulmonar de la Facultad de Medicina de Yale. Él enumera algunas posibilidades.

“Por ejemplo, puedes tener lesiones pulmonares y cicatrices con la influenza, con los virus del herpes y con las infecciones por citomegalovirus”, señaló en referencia a un virus común que generalmente no causa síntomas. Añadió que todos estos virus pueden causar daños aun si esto solo ocurre en casos excepcionales. “Puedes tener una lesión muy grave y mucha destrucción de tejido”.

La influenza puede causar coágulos de sangre en el revestimiento de los pulmones que se parecen a los pequeños coágulos que se ven en los pulmones de algunos pacientes con COVID-19, explicó Marco Goeijenbier de la Universidad Erasmo de Róterdam en los Países Bajos. Ocurre cuando los virus de la influenza infectan el tracto respiratorio inferior, un evento inusual porque la mayoría de las personas tienen cierta inmunidad protectora preexistente.

Goeijenbier quiere estudiar los coágulos de sangre que se producen en estos casos. Anteriormente, con tan pocos pacientes, él y otros recurrían a reproducir y estudiar el efecto en estudios de laboratorio y hurones, los animales preferidos para estudiar la gripe.

“Era difícil conseguir financiación”, comentó. “Las grandes publicaciones científicas y los patrocinadores no pensaban que fuera lo suficientemente interesante”.

El coronavirus está cambiando eso.

Ahora hay “una gran multitud de personas para estudiar”, dijo Pamela Dalton, investigadora del olfato en Monell. Pero “la gran pregunta es esta: incluso si aprendes todo sobre el SARS-CoV-2 [el nombre formal del coronavirus], ¿cuán generalizable es todo ese conocimiento?”.