Por Catalina Zabala
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A veces el arte no tiene mayor explicación. Quien levanta una pluma, toma una fotografía o toca un instrumento muchas veces lo hace como un acto de honestidad. La obediencia a una naturaleza que pide salir del cuerpo. Que integra su sistema nervioso central. Y como el resultado de un efecto mariposa, con respuestas cortas a preguntas breves, terminan siendo quienes son. Un conjunto de decisiones ya tomadas.
Víctor Bertamoni, "Torio" para los amigos, es cofundador de la banda. Conoció a Manuel Moretti en la facultad de Bellas Artes de La Plata y aquí están, más de 30 años después. Las clases en una universidad, el tango que escuchaban en sus casas, y los paisajes naturales que conocían, distantes de aquello que la capital de Buenos Aires les podía ofrecer. Todo eso respira bien vivo en varias —si no en cada una— de sus canciones. Todo eso es Estelares.
Después de nueve álbumes de estudio, ahora llegan a 10: Los lobos (2025) es la mezcla de las ideas de Manuel Moretti, quien compone, y las múltiples influencias musicales de cada uno de sus integrantes, luego de 30 años de trabajo en conjunto. A la hora de responder cómo se mantiene un ritmo tan frecuente en el lanzamiento de los álbumes, Bertamoni responde sin misterio que no hay trucos, no tienen fórmulas. Que responde, una vez más, a un "ritmo natural". Después de varias ocasiones en el Uruguay, se presentan en Montevideo Music Box este 15 de agosto, y las entradas se pueden adquirir aquí.
¿Cómo vivieron el hecho de haber surgido en La Plata, donde se gestaban cuestiones culturales importantes en la época?
Ser una banda de La Plata es algo muy lindo. Nos honra, porque como vos decís, La Plata es una usina cultural. Tiene una universidad muy grande de Bellas Artes, la cual Manuel y yo transitamos. Yo estudié música y Manuel plástica. Después, tiene un universo artístico y un gran movimiento de teatro, de bailarines, es una mezcla de disciplinas artísticas que te van nutriendo. Estaba La Casa del Tango de La Plata, a donde nosotros íbamos a tocar la guitarra. Se hacían festivales de tango en los cuales participábamos, entonces nos enriqueció mucho. Y hay un montón de bandas icónicas de la ciudad como los Virus, Los Redonditos de Ricota, Peligrosos Gorriones, los Guasones ahora, El Mató a un Policía Motorizado, es un lugar de gran producción artística. Además, para ir a capital y empezar a tocar en Buenos Aires, también es cerca. Es una ciudad tranquila que se puede transitar en bicicleta y llegar a cualquier lugar, así que fue muy cómoda para nosotros.
Comenzaron en 1994, la banda tiene más de 30 años. ¿Cómo dirías que cambió su público a lo largo del tiempo?
En un principio éramos solo una banda joven. Los jóvenes artistas se encuentran con ese lenguaje ya establecido y lo quieren romper. Con 20- 25 años éramos eso, tratábamos de tener nuestro lenguaje como banda, pero éramos un grupo de jóvenes. Después, comenzamos a hacer canciones que se tornaron un tanto clásicas y atemporales, entonces ahora el público ya no es uno joven que se revela contra algo y que pertenece a ese movimiento. Es un público de varias generaciones; padres, hijos y a veces abuelos. Ahora Estelares tiene varios clásicos y canciones reconocibles, entonces nuestros shows tienen la concurrencia de un público de varias generaciones.
Cortesía de producción
¿El rock debe tener siempre un carácter contestatario? ¿Necesita romper con lo establecido?
Sí, yo creo que sí. Desde su nacimiento, su lenguaje sirvió para diferenciarse de lo anterior. De ahí en más, al rock se le fue agregando todo lo electrónico, y fue cambiando diferentes cosas para que la juventud se identificara. Pero me parece que es un movimiento artístico que va rompiendo y busca la vanguardia, y por eso se nutre de los jóvenes y de lo nuevo que va apareciendo.
Tienen un vínculo fuerte con el tango. ¿Qué compatibilidad le encontraron con el rock? ¿Qué tienen en común?
Sí, el rock lo escuchamos desde que éramos chicos, allá por los 80 y 90. Pero también se escuchaba el tango, porque nuestros padres y abuelos lo hacían presente en nuestra casa todo el tiempo. Era algo cotidiano, entonces se nos metió también. Cuando uno empieza a interesarse por la música, se da cuenta de la riqueza poética que tiene el tango, entonces es algo que nos interesa volcar en algún punto sobre las canciones, y es lo que hicimos con Estelares.
Sacaron un nuevo álbum, Los lobos (2025). Desde el proceso creativo, ¿cuál fue la motivación disparadora para concebir la idea?
Manuel —que es el compositor de la banda— constantemente nos trae cosas, estén acabadas o no. Cuando pasa un año de haber editado un álbum, ya comienzan a aparecer sus nuevas propuestas. Y a la vez, nosotros como músicos también vamos tocando alguna música que nos va interesando, e influenciándonos con cosas. Se arma un caldo que comienza a dar resultados novedosos para nosotros mismos, y sentimos la necesidad de comenzar a elegir esas canciones nuevas que fueron apareciendo, terminarlas, redondearlas o darles el color que nos viste en ese momento. Luego lo grabamos, y queda la fotografía de lo que somos en ese momento a nivel sonoro. Terminamos grabándolo en febrero; el toque final es de nuestro productor, Germán Wiedemer, que es pianista de Andrés Calamaro y un integrante más en este proceso del disco. Elegimos las canciones y llegamos a un puerto que nos encanta. A nivel sonoro, el audio del disco nos gusta, y las canciones que hemos elegido también. Hicimos un trabajo que nos deja muy contentos y conformes.
Cortesía de producción
Por esta misma línea, han sido muy activos en cuanto a lanzamiento de álbumes. ¿Cómo se consigue mantener el ritmo desde lo creativo?
Sí, Manuel va tirando canciones e ideas nuevas. Ni bien pasa un tiempo de editado el disco anterior, quizás un año después ya comienzan a aparecer nuevas inquietudes. Nos gusta armar canciones, nos gusta el ensayo, sacar y redondear bocetos de canciones, darles el arreglo, la forma, el sonido, la instrumentación que va a tener. Es un desafío hermoso, y es un poco por lo que estamos en esto: hacer canciones, grabarlas y salir a tocarlas en vivo. Es nuestro ritmo natural como banda, no nos lo proponemos. A veces pasan tres años, a veces pasan dos, pero más o menos con esa frecuencia volvemos a editar un álbum. Cuando sentimos que tiene las canciones que tiene que tener, ahí editamos. Pero no tenemos una forma o fórmula, sino que es nuestro ritmo natural. Me parece que no te podes exigir ni más ni menos, porque tampoco sería sincero. Está bueno que la propuesta sea sincera y al ritmo que te vaya saliendo.
Proponen también mucha metáfora en torno la naturaleza. Este álbum se llama Los lobos. En 2022, Un mar de soles rojos. En 2019, Las lunas. Estos aspectos naturales reaparecen en varias de sus letras. ¿Qué encuentran desde lo creativo en este imaginario?
Sí, hay un imaginario o una temática a veces urbana, pero también rural o campestre de árboles, animales, paisajes pueblerinos. Es un poco el universo poético de Manuel y el de la banda, porque venimos todos de ciudades del interior. La banda se forma en La Plata, que tampoco es la ciudad capital de Buenos Aires; es una ciudad con naturaleza, con muchos árboles, y los demás venimos de todavía más adentro de Argentina, donde existe lo rural y el campo. Todo eso se reflejó mucho a lo largo del tiempo en las letras de Manuel. También está eso del tango y algunos giros folclóricos, que nos vienen de ese interior más pueblerino y rural.
Cortesía de producción
Integran el panorama del rock nacional argentino desde hace años. ¿Cómo es su perspectiva desde adentro?
Yo empecé a escuchar música allá por los 80. El primer álbum que escuché fue Clic modernos (1983), de Charly García. De ahí en más, todo lo que fue apareciendo significó un recorrido increíble, un historial de artistas grandiosos que nosotros hemos respetado siempre. A la vez, hemos intentado colaborar con ellos o tener algún intercambio. Tenemos canciones grabadas con Andrés Calamaro y con Fito Páez. Juanchi Baleirón, que es el cantante y guitarrista de Los Pericos, también nos produjo discos, entonces siempre tratamos de involucrarnos con el rock nacional y sus artistas, que para nosotros son referentes. Los respetamos y admiramos mucho. Ahora el rock argentino está muy vivo y genera siempre nuevos artistas, repertorios y nueva música.
Se presentan el 15 de agosto en Montevideo. ¿Cómo es su relación con el público uruguayo?
Nuestra relación con Montevideo y otros lugares, porque hemos tocado en Salto y Punta del Este, por ejemplo, nos hace sentir que hay un buen ida y vuelta con Uruguay, porque fue creciendo el público y la capacidad de sus lugares. Cuando vamos, sentimos que se da también ese intercambio que suele tener Estelares con su público. Nos encanta Uruguay, tratamos de comer chivito cada vez que vamos, y dar alguna vuelta por la Rambla. El 15 de agosto se van a encontrar con un disco nuevo recién editado, lo vamos a estar casi estrenando en Montevideo. También todo nuestro repertorio, que como te decía antes, tiene muchos temas muy conocidos. Siempre los mechamos con algunos más oscuros o del lado B, que no son tan populares, pero que también nos da un poco de lo que es Estelares. Su parte popular pero también la más reflexiva, oscura o indescifrable, que está bueno que la conozcan.
Por Catalina Zabala
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