Tomás Espino tiene 27 años, pero su "yo" creativo nació a los 14, con la televisión. Green Day, Blink-182: su inspiración despertó con los videoclips de rock de los noventa y los 2000. En esta entrevista, nombra a ambas bandas como dos bastiones de su espíritu creativo. Dos susurros inesquivables que hasta el día de hoy le hablan al oído. Varios años después, nació Tinta. Una banda de rock que añora a una generación dorada, pero que no puede volver.

Bajos potentes, guitarras que se hacen notar. Sonidos y silencios intercalados; algo de grunge que se respira. Todo eso está presente en Tinta (2025), su primer álbum de estudio. Una entrega de 12 canciones que propone, entre muchas otras cosas, nostalgia.

Tomás también integra la banda de rock expansivo Los Walrus, entre otros cinco proyectos de los que formó parte. Pero en conversación con LatidoBEAT, contó que su creatividad le pedía más. Una cantidad importante de canciones escritas por él y guardadas en un cajón, que decidió mostrarlas al mundo. Ponerle sonido al papel. 

En 2023 nació Tinta. Y hoy, dos años después, su álbum consagratorio. Una obra que integra sonidos vintage con una honestidad que defiende a capa y espada, y que Tomás no encuentra con frecuencia en la música de hoy. El disco será presentado el 3 de octubre en Bluzz Bar. 

Además de Tinta, formás parte de varios proyectos musicales y bandas, como Los Walrus. ¿Cómo recordás que empezó tu vínculo con la música?

Sí, ya tuve como cuatro o cinco proyectos y ya grabé más o menos seis discos. Yo soy de Fray Bentos, del interior, y lo que nos relaciona en Tinta también es eso. Los Walrus también son de La Paloma. Mi relación con la música empezó como a los 14, haciendo zapping. Encontré unos videos de Green Day y de Blink-182, y dije: "Quiero ser esos gurises". Me copó eso, y mis inicios fueron en el punk rock. Además, creo que la adolescencia es el momento más rebelde de uno, y haber encontrado el punk rock ahí estuvo de más. Estuve muy cegado solo a esa música como por siete años, hasta que conocí a Charly García y empecé con el rock argentino.

Hice algunas bandas en Fray Bentos medio de punk rock, después otras de fusión, y ahí me vine para Montevideo. Acá empecé otra banda que tuve, que se llamaba The Cat Under The Table, era medio indie. Después conocí a Santi y a Feli, que son de Los Walrus, y con el tiempo también a Jaso. La relación fue esa, nació de un choque con el punk rock y los videos de Blink, que son particulares. Hacíamos un poco el yankee boludo, eso a los 14 fue una volada de bocho. Después empecé a expandir un poco más los conocimientos musicales; hoy en día escucho un montón de música, aunque siempre estoy en lo mismo. Ya no varío tanto.

Foto: Guillermo del Puerto 

¿Cómo nace Tinta?

Tinta tiene dos años, la banda es muy joven. Arrancó porque yo tenía un montón de canciones mías, muchas del disco son del 2019-2020. Yo siempre estuve detrás de una guitarra, pero no en el lado de cantar. Siempre me costó. Y lo que pasó fue que la gente cercana, como mis viejos y también Jaso, empezaron a decirme que tenía que cantar. Ahí fue cuando grabé mi primer single, que hace poco subimos el video de nuevo. Salió hace poquito en Tiranos temblad (2012), y fue mi primera canción cantada. Eso fue hace muy poco, en el 2023 mismo. Cuando lo hice fue como que se abrió un portal, ahí empecé a hacer música por mi cuenta, e hicimos Tinta. Tenía muchas canciones archivadas, y les empezamos a dar vida. Estas 12 canciones son básicamente las que tenía guardadas en mi cabeza desde hace mucho tiempo.

¿Cómo se dio esto de salir en Tiranos temblad? 

Salió de la nada. Fue este fin de semana, que salió un video nuevo. Se ve que recopilaron información de cosas que salieron hace poquito, y aparecimos ahí. Fue muy lindo salir en Tiranos temblad, desde siempre estoy esperando para salir en algún capítulo y estuvo muy bueno verlo. Ese video ya existía, y como creamos un sello hace poquito con Nico Cella y Jaso, que se llama FAX U, quería tener la música que ya había hecho y volver a subir el video con este sello, más allá de que ya estaba en mi canal. A veces, darle una segunda vuelta a las cosas tiene otra llegada.

Varias canciones del álbum tienen un sonido muy grunge. Contraste entre sonidos y silencios. ¿Fue una búsqueda consciente?

Creo que eso ya estaba en el ADN de alguna manera. Si me pongo a ver los proyectos que tenía antes, que también componía musicalmente, eran calma y en seguida palo, palo y palo, y calma otra vez. En Tinta empezamos a darle más protagonismo a esa cuestión, pero en verdad siempre eso estuvo. Yo sé que me pongo a hacer una canción ahora y ya va a sonar así, no lo pienso mucho. También, al momento de componer, soy muy espontáneo. Lo primero que me sale casi siempre es lo que queda. Lo mismo con las letras; a veces son zarpadas, estoy acá en mi casa y capaz hay alguna cosita que corrijo, pero es muy espontáneo. Lo primero que sale es casi siempre lo que queda.

Cortesía de producción 

¿Componés letra y música vos solo?

Cada uno compone su parte. La letra es totalmente mía, pero la música hasta cierto límite. Lo escribo con mi guitarra acústica tranquilo en casita, después llego allá y los pibes agregan lo que quieren. Soy bastante abierto en eso, tenemos mucha tranquilidad también en esa modalidad de laburo, y es muy lindo.

Suelen referirse a su música como un "rock sincero". ¿Falta sinceridad en la composición musical de hoy? ¿De dónde sale esa idea?

Yo lo veo en términos de qué es lo que hace uno y a dónde quiere llegar. Veo a mucha gente trabajando su música con el objetivo de pegarla, y yo la verdad es que no tengo ganas de hacer eso. Sí, obviamente, hago música para que me escuchen los demás, todos hacemos algo para un otro, porque si no, no lo mostrás. Pero si el día de mañana llegara a pasar que Tinta tuviera una transformación y pudiera llenar un local o algo de eso, va a ser en relación a que hacemos la música que nos gusta, y listo. No en el apuro de querer pegarla, ni que lo nuestro se transforme en un producto ya mismo, ni que nos coma el tiempo por eso. Queremos ir haciendo la música que nos gusta, y si el día de mañana pasa algo con esto, creo que la sinceridad va a estar ahí.

¿Te referís a los proyectos que ya están en el ámbito mainstream, o sentís que dentro de la música alternativa hay gente que está buscando salir de ahí e irse a lo mainstream?

Sí, totalmente. Y está muy bien, pero a mí me hace ruido. Pero es por cómo soy yo, por cómo pienso yo, cada uno tiene su búsqueda. Está muy bueno, ojalá que podamos salir de esos lugares alternativos o emergentes y llegar a un lugar en el que por lo menos nos paguen $800 por una entrada, sería ideal. Yo vengo tocando con Los Walrus desde hace años sin parar, y la entrada sigue saliendo $200. Es una cerveza.

No es que pase a grandes rasgos, pero se ve con claridad. También está en el cómo llevarte con el otro; hay gente que te quiere pisar, hay competencia. Al mismo tiempo pasa algo muy lindo, se arman comunidades muy positivas, pero también veo que se va transformando. Ya no es lo mismo que pasó hace dos años, que se hablaba del rock pospandémico. Yo creo que ya se transformó, ya hay nuevas camadas y gente más joven. Yo tengo 27, estoy pisando los 30. Pero veo muchos pibes de 18-19 que están comiendo escena, y está muy bueno. Ahora hay una ola más rocanrolera, medio Airbag. Cambió totalmente. Ese rock está más presente que el hardcore o lo que hacemos nosotros.

Foto: Eleonora Neves

¿A qué crees que responde ese cambio generacional?

No sé a qué responde, pero tiene que estar pasando algo. Algo tiene que estar pasando en los auriculares de esos pibes. También creo que todo se va repitiendo, la moda de los noventa ya resurgió. Y ahora que volvió Oasis, capaz que hay un montón de bandas que se quieren parecer un poco o que escuchan de vuelta esa música. Son esas cosas que despiertan de la nada. Mientras no volvamos al 2012 con esa vestimenta horrible que teníamos, está todo bien.

¿La música es algo cíclico?

Sí, se nota mucho. Yo siento que estamos en los noventa de vuelta, por lo menos hace un año sentía eso. Pero en el mundo del rock, porque el reguetón no paró más. Yo ya no conozco mucho, lo único que llego a escuchar es Bad Bunny, pero el reguetón viejo es lo mejor que hay, y la cumbia vieja también. No sé qué va a pasar con el reguetón, y el trap se me perdió también. En un momento me sabía todas las canciones del Duki, pero ahora no sé nada. Yo también soy de escuchar todo, soy muy melómano en general. El pibe que se pone a ver anécdotas de músicos para después, en una charla, saltar con eso. Soy el pesado del grupo que salta con los factos que nadie quiere saber.

Presentan el disco el 3 de octubre en Bluzz Bar.

Va a ser superíntimo, quisiera que fueran todos mis amigos, la familia. El Bluzz es chiquito; creo que entran tipo cincuenta personas, como mucho. Vamos a tocar todo el disco y algunas canciones nuevas, serán 15 canciones más o menos las que tocaremos. Vamos a estar un ratito solos, visuales medio locos, y va a ser eso. La semana que viene vamos a estar en la tele, en el Canal 5, después el 12 de setiembre tocamos con Jesús Negro y los Putos, con Filo y con Bardo en Nueva York, en Casa Vilardebó. El 19 tocamos en la peña de una murga nueva que se llama La Relegada, en el pasillo de la Udelar, y va a ser gratis.