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Contenido creado por Catalina Zabala
Música
Animales del mundo

Slow Burnin’: La banda que fusiona reggae, candombe y rock y se identifica como manada

Tras el lanzamiento de su segundo álbum, se presentan en La Trastienda este 28 de noviembre.

19.11.2024 12:27

Lectura: 16'

2024-11-19T12:27:00-03:00
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Por Catalina Zabala
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Martín "Cabeza" Fossemale y Federico "Nane" Salhon son miembros fundacionales de Slow Burnin', una banda difícil de catalogar. Sin embargo, sus orígenes fluyeron de una manera más sencilla. 

Mantienen una amistad desde los 12 años, cuando se juntaban para tocar canciones de un rock que entienden como "Stone". De repente y sin avisar, la ola de Bob Marley los arroyó: se enamoraron de él, y de la idea de que había sido "el primer rockstar del tercer mundo". Entienden su música como un vehículo para vincularse con lo natural. "Es muy playero, es re de tribu. El reggae es del gueto", intenta explicar Cabeza. 

Aseguran percibirse como manada y ser parte de una, compartiendo un espíritu de comunidad y bienvenida a quienes quieran formar parte. En la banda son 14, forman grupos de trabajo e intentan que todo "fluya". Sus cimientos están en el reggae, pero lo fusionan con géneros populares en nuestro país: el rock y el candombe juegan un rol fundamental en la autenticidad de sus canciones, y por supuesto, de su próximo lanzamiento Animales del mundo. 

Hoy, aseguran traer al público una nueva cara de Slow Burnin', que Nane explica que será posible disfrutarla si "te desencasillás de tu estilo". Con un show que describen como "más similar a una obra que a un concierto", se preparan para el 28 de noviembre en La Trastienda. Tendrá lugar a las 21.00 horas y las entradas pueden adquirirse aquí. 

Si bien trabajan con una fusión de géneros, predomina el reggae. ¿Por qué lo eligieron?

Cabeza Fossemale (C.F.): Nosotros tocamos juntos desde los 12 años, pero hacíamos rock n roll tipo Stone. Después a mí personalmente me cayó la bomba de Bob Marley en la cabeza, me hice fanático y estaba todo el día escuchándolo. Un amigo me regaló un CD con toda la discografía, tipo mp3. Escuché todos los discos, hasta que un día se me trancó y no tenía otra opción que escucharlo en la radio. Ahí me abrazó y me llevó para ese lugar.

Nane Salhon (N.S.): Cuando hicimos estas juntadas del arranque de Slow Burnin, que éramos un montón de gente y que era más una juntada de disfrute, amigos y pasarla bien, ya había bastantes que venían escuchando Bob Marley, y que venían con esa inercia. No solo Bob, sino otras bandas de reggae que yo ni conocía realmente, pero me acuerdo de dos años antes de eso, que en mi casa mi hermano estaba a full con el bombo de Bob Marley, ese boom que hubo. Siempre estuvo pero no lo tenías asimilado, ni te imaginabas que lo ibas a terminar tocando como lo terminamos tocando, ni cómo nos terminó influenciando para lo que fue el primer disco, y para lo que viene en el segundo.

C.F.: En esa época estábamos con Sumo a fondo, que tiene todo un componente de reggae hermoso e increíble. Creo que fue la primera banda en Argentina que empezó a tocar reggae. Fueron varias cosas que estaban metidas con el rock con el que veníamos. Además Marley tiene un componente de rock asesino, que al final es todo medio rock.

N.S.: El rock- reggae es lo que más nos gusta, y lo que más terminamos componiendo.

C.F.: Después obviamente hay miles de bandas de reggae que vas descubriendo y bajando, lees información, y va por ahí. Si nos vas a ver en vivo, si te gusta todo eso, encontrás aristas de todos. Un poquito de cada cosa. Porque al final lo que terminás siendo es ese resultado de toda la información que recibiste en tu vida, desde más chico, con la música que te ponían en tu casa, hasta lo que escuchás en la radio y todo lo que vivís. Obviamente podés tener a alguien que te pegue un poco más y te haga ir por un carril, pero después tenés todo lo que viviste en tu vida, que te hace ser lo que sos en el momento.

Fotos: Javier Noceti

Fotos: Javier Noceti

N.S.: Creo que lo que está bueno es que si hubiera que ponernos un título, ese sería el reggae. Creo que ahora está pasando que hay una mutación, pero nunca deja de ser reggae. Porque en alguna estrofa siempre vas a escuchar un chaka, en una base siempre vas a escuchar un staccato, que es la línea del bajo más común en el reggae, pero de la nada sale para un rock recontra abierto que es el que tocábamos a los 13 años, entonces pasan muchas cosas. Vamos mutando hacia el reggae dentro de todos los cambios, por ejemplo en el segundo disco, que va por ese lado.

Cuentan lo relevante que fue Bob Marley para su desarrollo como artistas. ¿El reggae sería reggae sin Bob Marley?

C.F.: Para mí todos definen las cosas, pero gran parte de lo que es el reggae obviamente es por Bob Marley. No sabemos cómo sería en otras circunstancias. Pero es como en el rock, los Stones y los Beatles, o cualquier género. Seguramente nos faltaría algo grande. Es el primer rockstar del tercer mundo, es algo increíble. Además tiene un mensaje increíble, y es una locura. El rock nos dio más rebeldía, y obviamente que hay pila de contenido en todos lados, pero este tiene algo espiritual que te hace ser mejor persona. Vos escuchás las letras y te hacen reflexionar.

El auge del reggae fue hace años, con el surgimiento de bandas como UB40. Sin embargo, el género sigue presente y no caduca. ¿Qué tiene de particular que lo hace sobrevivir a través de los años y los cambios en la música? 

N.S.: Para mí, como toda música, te lleva a una sensación que es muy universal. Es algo que sentís, música que a veces te relaja, te baja, te hace reflexionar, o te sube. El reggae es una montaña rusa muy saludable. Después lo agarran como la plasticina, le dan la forma que quieren como está hoy, llevado a un rock, llevado a un pop, llevado a una cumbia, pero siempre está por ahí. Con todo lo que va avanzando, el clásico reggae está ahí.

También trabajan con otros géneros, como el candombe o el rock. ¿Hubo una intención de introducir y contemplar música propia de nuestro país?

C.F.: En el primer disco, por ejemplo, nosotros veníamos haciendo gino desde hacía como 10 o 12 años, primero hacíamos un cover de un tema que versionábamos con candombe, era "Play That Funky Music". Cuando arrancábamos, que hacíamos más covers de varios géneros, ya mezclamos una canción con candombe. Después hicimos una canción nuestra, "Gino Bonamore", un rock clásico.

Fotos: Javier Noceti

Fotos: Javier Noceti

N.S.: Somos muy rockeros.

C.F.: Lo versionamos con candombe y estuvo buenísimo. Lo probamos dos o tres veces, lo tocamos hace como 10 años, y cuando fuimos a grabar el disco tuvimos la suerte de conocer al Lobo Núñez. Entonces quisimos grabarlo y vinieron, grabamos "Gino" con candombe. Esa primera experiencia terminamos poniéndola al final, y ahora en este disco salió candombe porque nos entregamos a Francisco Fattoruso, que es el productor. Le mandamos los bocetos de canciones que teníamos, y entre todas ellas estaba "Animales del mundo".

Yo la estaba tocando en ese momento como un candombe, es una canción que se la mandamos con guitarra, y él la llevó para ahí. Pero fue una decisión de él e igual a nosotros nos encantó, porque también es parte de lo que somos y nos encanta el candombe, todo lo que conlleva y todo lo que es. Y más teniendo al Lobo Núñez, que es un referente de la música uruguaya compartiendo con nosotros. Es increíble, un lujo que a veces te parás a pensarlo y no podés creer. Además, va a venir a tocar en la Trastienda.

Animales del mundo: ¿qué propone en comparación al álbum previo?

C.F.: Es nuestra transformación a otra cosa, eso que somos. Rompimos el cascarón de algunas cosas y entramos a otro lugar, como mañana vamos a pasar a otro.

N.S.: Creo que se dio de forma muy natural, entre el "requeche". Todo lo que es la materia prima, el arte, el tema que cada uno tenía, lo que se hizo entre algunos y los que se fueron sumando, se fue armando lo que quedó hoy en día, y es un poco eso. Yo le decía hoy a Cabeza que para mí es el primo hermano de Liberación (2019), pero tiene todo un sentido dentro de eso más allá del cambio en lo musical, que salió un poquito más del reggae pero llegó más a otro plano. De todo punto de vista, el mensaje es más o menos el mismo.

C.F.: Para mí no es más o menos el mismo. Para mí es otro mensaje. La esencia siempre va a estar, pero bajo todas las cosas que aprendimos en el camino y personalmente. Sacando lo musical, en lo que es el todo, los aprendizajes que vas teniendo en la vida, y cómo te nutriste también en ella. Cada uno pudo mostrar más o menos lo que venía haciendo, y con base en eso, en el conjunto sacamos algo que obviamente tiene una esencia muy parecida, porque cada uno tiene su esencia bien marcada, pero el mensaje es más abierto.

Fotos: Javier Noceti

Fotos: Javier Noceti

Hay más cosas, más aristas, y miles de mensajes. Pero sobre todas las cosas, es "ser". Lo vas a escuchar en casi todas las canciones, y va por ahí. Ser nosotros mismos y al palo. Cuando hablamos con Fran la primera vez, cuando nos juntamos, nos dijo: "Está buenísimo que tengan estilos musicales y que les guste tales cosas, pero lo más importante es que sean ustedes mismos y que puedan hacer su música. Que sean ustedes". Y ahí dijimos "ta, vamos a laburar con este loco que es un crack". Está sobrado y es un genio musical, es buen productor, y nos estaba impulsando a hacer nuestras cosas, y no marcarnos él nuestro camino. Nosotros le mandamos toda la data, y él lo fue puliendo.

¿Es difícil encontrar en la industria musical este tipo de figuras que permiten ser uno mismo?

N.S.: Habría que probarlo, pero yo creo que no. Creo que la clave es lo que dice Cabeza; fue entregarse al productor.

C.F.: Obviamente después de que tenés algo hablado y consensuado. Después tenés tus opiniones y hay un ida y vuelta que es hermoso, pero hay que entregarse. Porque sino, nosotros al ser 14, cinco que estamos metidos adentro...

N.S.: La opinión pública es complicada.

C.F.: Claro, y además algo que te pueda decir un tercero, que viene y te escucha, o lo que sea, significa que te tenés que entregar y admirar a la persona que está laburando contigo, que es lo más importante. Pero lo más increíble, es que a Fran lo conocimos porque Tato, nuestro manager, amigazo y en gran parte motor de este proyecto, estaba en Estados Unidos y lo invitaron al lanzamiento de la película de Fede Álvarez, No respires (2016). Estaba ahí, lo invitaron al lanzamiento, y Fede también invitó a Fran. Quedaron sentados juntos en el cine, y le dijo que tenía una banda para mostrarle. A la semana estábamos hablando, y a las tres semanas estábamos laburando. Es increíble. Hablamos, le gustó, se dio cuenta de que nosotros estábamos para disfrutar de esto. Todo siempre fue para adelante, estuvo buenísimo todo el proceso.

Fotos: Javier Noceti

Fotos: Javier Noceti

¿Cómo describirían su proceso de trabajo y composición en Animales del mundo?

N.S.: Fue bastante parecido al pasado álbum.

C.F.: A mí lo que me pasa personalmente es que a veces escribo canciones, u otras veces estoy haciendo una melodía y empiezo a escribir arriba de ella. Pero eso es el arranque, en eso no cambié y sigo siendo el mismo. Después, en lo grupal, cada uno lleva lo que tiene y lo vamos trabajando. Está bueno porque es bastante cómodo, es como tirarse a una piscina cómoda. No hay agresividad, sino que es más unión y amor. Ahí cada uno le va poniendo su olor, le va poniendo su esencia a las cosas, y se va generando el sonido.

Una canción nunca puede ser por una cosa sola. Es muy común ponerle la corona a quien escribió, pero al final lo que termina siendo una canción tiene que ver con un montón de ingredientes y aristas que hacen que sea lo que es. Y al final la canción es lo más importante, entonces es hermoso. Como somos tantos, si en el proceso estamos muy trancados y no dejamos correr, es muy difícil que las canciones prosperen. Y nos pasa que a veces hay una canción que no sale, y te das cuenta. Si hay algo que no fluye, tampoco lo dejamos fluir. Pero después puede volver, porque son canciones, y están ahí esperando ser tocadas y grabadas. Para este álbum tuvimos que hacer votación, porque teníamos 15 y entraban 10, tuvimos que dejar cinco afuera. Pero por elección; porque lo decidimos así.

N.S.: De hecho entran algunas canciones que iban a ir para el primer disco, pero al final nos quedaron para el segundo.

C.F.: Viene data vieja, muchas canciones ya las tocamos alguna vez, pero hay otras que vamos a tocar por primera vez. Después tenemos un cover, "Imaginando buenas", que es una especie de tributo al Príncipe Gustavo Pena, que es un artista que nos gusta a todos y conectamos mucho por ahí. Está divino porque la canción yo la saqué en la guitarra, y empecé a tocarla en las cárceles. Iba a hacer huerta con las personas privadas de libertad, y tocaba todas las canciones. Después la empezamos a tocar en verano, y después en algún momento la llevamos a Slow. La primera vez que la tocamos en vivo nos dimos cuenta del movimiento energético que genera, que es una locura. Yo al principio no quería que estuviera en el disco, porque por egoísmo mío pensaba que tenía que haber más canciones nuestras, pero después me di cuenta de que por algo la tocamos, y fue un regalito a todos también.

¿Cómo fue el proceso de adaptación al trabajo siendo un grupo de 14 personas? ¿Eso genera dificultades?

N.S.: Sí, totalmente. A veces es lo más difícil, y a veces lo más fácil. La democracia siempre es lo mejor para terminar de resolver algo que capaz está trancado, y viceversa. Pero a veces lo mejor es resolverlo entre pocos, hay que hacer lo que pida la jugada. La etapa en la que estás.

C.F.: Se arman como grupos de trabajo. Somos muchos, la mala organización es bastante también, pero siempre fuimos muchos... llegamos a ser 16, 17.

N.S.: Sabemos convivir con eso de manera fácil.

C.F.: Hay gente que se tiene que ocupar de algunas cosas y otros de otras, y con base en eso hacer que todo salga para adelante. Además los toques grandes también los producimos nosotros, e igual siempre estamos abiertos a que nos ayuden. Tenemos muchos roles, está divino. Es una familia, realmente. Tiene cosas buenas, días increíbles y días no tan increíbles, pero lo que nos mantiene vivos y tantos años tocando es el respeto y el amor, es eso. Si está eso, demás. Si no está, es imposible que pase. Por más que sea un éxito y vendas entradas y lo que sea. Creo que cualquier cosa de la vida va por ahí.

Los grupos multitudinarios son comunes dentro del mundo del reggae. En UB40 son 12, Bob Marley & The Wailers también eran 12. ¿Qué tiene el reggae que conduce a lo comunitario?

C.F.: Podés hacer una bandita chica de reggae, pero el Slow es muy familiar. Es una manada y nadie queda afuera. Empezamos a tocar y había uno que tocaba la percusión, y se dio cuenta de que había tres percusionistas y se estaba quedando afuera. Fue al Palacio de la Música a comprarse un Yembé, y vio una trompeta y se compró una trompeta, y al rato estaba tocándola. Se llama Garoto, un amigo nuestro. Ahora está viviendo en Australia, y uno de los temas es "Garoto"; lo hicimos con él. Pero el loco tenía eso: "¿Querés tocar? Vení y sumate. Si hay tres guitarras, hay tres guitarras. Si hay cuatro voces, hay cuatro". Todas esas cosas le dan un color.

N.S.: Después terminó madurando al estilo y cuerpo de sonido. Siempre tuvo ese concepto de manada, pero después ese estilo terminó quedando en el sonido, y terminamos necesitando siempre gente, porque iba con nuestra identidad.

C.F.: Tiene que haber algo por atrás que nos lleva a lo comunitario, el ego por afuera.

N.S.: Hoy en día ya apuntamos a bastante más, y por eso tiene que haber un compromiso en la manada que haga que todos los objetivos se puedan dar. El que pueda y tenga compromiso, se sube al barco y va.

C.F.: Claro, después te tenés que comprometer. No es solo querer hacerlo.

El reggae siempre fue muy relacionado a nivel popular con ciertas tribus urbanas y el mundo del surf. Se cree que es la música del surfista. ¿Esto es solo un prejuicio externo, o ven una relación directa?

N.S.: No sé si directa, pero la mayoría de la banda mantiene un estilo de vida al aire libre, en conexión con la naturaleza, con el mar, con las huertas y todo, que es parte de una idiosincrasia.

C.F.: Muchos viven en la costa.

N.S.: Hay relación con lo saludable.

C.F.: Y con lo no saludable también.

N.S.: Tal cual.

C.F.: Es muy playero, es re de tribu. El reggae es del gueto, tiene todo. Tiene el reggae de amor, y después el reggae warrior. El indie también, yo creo que hay de todo. Nosotros conocemos a unas pibas punk que son surfistas, y tocan punk.

N.S.: Abarcamos muchos estilos igual, pero sí, el reggae va un poco por ahí.

C.F.: Hoy igual surfa todo el mundo. Antes capaz estaba más encasillado, ahora está salado.

N.S.: La gente está conectando mucho más con eso, y el reggae identifica lo natural. Ya desde el sonido va con el style, con la forma de vivir. En Slow unos cuántos la curtimos hace muchos años y capaz que de nuestra esencia se refleja eso.

Por Catalina Zabala
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