Por Catalina Zabala
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La Mueca nació como un grupo de amigos. Asados compartidos, juntadas en plazas y rondas de cerveza de la mano de una compañera fiel: la guitarra. El gusto por la música los fue uniendo cada vez más, y hoy, varios años después, lanzan El camino (2025). Un álbum que respira lazos de hermandad, esencia de barrio, y tambores. Instrumentos que marcan el ritmo de toda la musicalidad de La Mueca y que están ahí, recordando día a día cuáles son las raíces de la música nacional. De dónde venimos.
Lorenzo Lolo Helguera es el líder de la agrupación. Cuenta cómo fue naciendo la dinámica de hacer canciones, cómo se transformaron sus shows en vivo y sus aspiraciones a futuro: poder seguir haciendo lo que aman y recordando día a día ese barrio que los unió, aunque hoy ya no lo habiten.
La banda se presenta este viernes 28 de noviembre en Bluzz Bar, con un repertorio que no solo se va a centrar en las canciones del nuevo álbum, sino en sus temas originarios y algunos covers que los han marcado. Los tambores estarán presentes, como la pieza clave que da sentido a lo construido. El hilo que se enhebra para unir cada pequeña parte de su proyecto. Cada sonido roquero aislado. Las entradas se encuentran disponibles y pueden adquirirse aquí.
¿Cómo nació y obtuvo su nombre la banda?
Con mi amigo Facundo somos los dos fundadores. Somos amigos del liceo y del barrio Palermo. Formamos parte no solo de la banda, sino de un grupo de amigos grande y creo que fue lo más importante de todo. El nombre surgió en las noches entre amigos, con sus vaivenes. Surgió en una noche que dijimos "la mueca loca", y fue quedando. Después empezamos a tocar juntos. A la vez, obviamente, significa mucho: una mueca es un gesto simple que dice varias cosas, y es lo que nosotros queremos transmitir. En nuestro caso muchas veces es a través de la sonrisa, contagiarnos a través de lo que decimos en las canciones. Alimentar esa felicidad compartida.
Centraron su sonido en la mezcla de rock y candombe. ¿Fue una búsqueda reivindicativa o puramente estética?
Nosotros trabajamos de todas las formas. Arrancamos tocando en mi cuarto, éramos como cinco o seis. En esos vaivenes quedamos Facu y yo; él toca percusión, y yo toco la guitarra y canto. Las canciones son muy simples, pero transmiten mucho; nuestro fuerte es la letra. Todas las canciones que hicimos para este disco nacieron de eso, de una guitarra acústica y una voz. Lo lindo de lo nuestro es que los temas son muy espontáneos, muchos del disco se hicieron en una placita en 10, 15, 20 minutos entre Facu y yo. Muchas veces él con la letra y yo componiendo e intercambiando cosas. Fueron todos muy espontáneos.
Ponen su foco en las letras. A la hora de componer, ¿cómo trabajan el sonido para lograr que cuente la misma historia que la letra?
A fines de 2019 nosotros ya teníamos un montón de canciones. Queríamos empezar a tocar y arrancamos de forma acústica. Nuestro primer toque con nuestras canciones fue el 22 de febrero de 2020, ahí mostramos todos los temas. Algunos de nuestros amigos ya se las sabían, porque las grabamos así nomás y las fuimos compartiendo. Pero ese fue el comienzo de nuestros toques acústicos. Después vino la pandemia y se frenó todo. Entre que terminó la pandemia y pasó el tiempo, yo sentía la necesidad de grabar los temas, entonces me contacté con Fede Costa, que es el productor y actualmente toca con nosotros. Nos dio la idea de desarrollar estos temas, y así fue que se produjeron y que alcanzaron el sonido que tienen actualmente.
Foto: Javier Noceti
Lanzaron El camino (2025), su primer álbum de estudio, en el que está muy presente la esencia del barrio Palermo. ¿Cómo lograron plasmar esa idea en el disco?
Eso que decís es muy importante, porque todas las canciones de este álbum nacieron en Palermo. Yo me mudé, pero la esencia está ahí. Por eso también la importancia del sonido crudo y acústico y de los tambores, que siempre los llevamos a los toques. Me parece muy importante, y es especial. A pesar de que yo me fui del barrio por diferentes motivos, la esencia está ahí, y por eso se llama El camino. Se trata, justamente, de todo el camino que nos llevó hasta el disco. El orden de las canciones también tiene un porqué. Son nueve canciones, seis letras de Facundo y tres mías. Escribimos diferente, pero yo las letras que escribe él las canto y las siento, y eso creo que es importante porque hay una conexión. Es algo de los dos, obviamente yo soy diferente a él, y eso también es lo bueno. Sobre todo en un momento de la vida hubo una conexión de la que salieron muchas canciones, la idea era ir pensando el camino, y eso fue lo que derivó en el disco.
Como banda, ¿cuáles son sus aspiraciones a futuro?
Venimos de un proceso de algunos años en los que todo fue muy difícil, sobre todo acá. En agosto tuvimos un toque en Inmigrantes al que fueron 140 personas y estuvo buenísimo. A raíz de eso, yo pienso que está bueno ir profesionalizando todo, mejorando ciertas cuestiones técnicas y de sonido. La idea es aspirar a más; obviamente todo llega con inversión, presentándonos a proyectos y llamados, haciendo toques y que la gente vaya, eso es lo importante. A eso creo que aspiramos tanto yo como todos, seguir en esto. Nuestros shows son especiales, creo que hay mucha alegría y mucha sangre fluyendo. Está bueno, a veces se transforma en descontrol y nos juega en contra, pero a veces no. Creo que la idea de esto es disfrutar los momentos, como dicen nuestras letras.
Foto: Javier Noceti
Tocan este viernes 28 de noviembre en Bluzz Bar. ¿Cómo lo están preparando?
Nosotros siempre hacemos shows larguísimos. Antes empezábamos con una hora y hacíamos una pausa, y terminábamos tocando como dos o tres horas. Eso a veces nos complicaba, porque nos cortaban y hacíamos mucho ruido con los tambores. Esta vez va a ser un show más compacto, va a empezar alrededor de las 22:00. Antes toca Sold Out, banda telonera, y vamos a seguir todo de corrido por primera vez. Ese también es un intento de profesionalizar todo, porque al hacer el corte se desvirtuaba un poco y estaba bueno, pero algunas cosas se iban de contexto. Está bueno que haya joda, obvio, porque si no pierde la esencia. Que haya alegría, disfrute, pero que también haya un pienso más. Todo es un proceso, a partir de todos los toques se pasa raya y se ve lo bueno y lo malo, lo que hay que mejorar y lo que no. Creo que está bueno hacer eso porque si no no avanzás, y con la proyección de mi cabeza me gustaría seguir mejorando.
¿El repertorio va a estar centrado en el álbum, o van a tocar más canciones?
Van a estar todos los temas del álbum, hay un tema acústico de guitarra y voz, y vamos a hacer más o menos 17-18 canciones. Entre ellas, algunas que no están grabadas y también hay algún cover que nos representa. Versiones que hemos tocado en la calle, en los asados, alguna cumbia también, tambores y candombe. Esta vez va a haber más candombe que en toques anteriores. Vamos a hacer más énfasis en eso, y creo que está bueno. Las cosas se van consolidando.
Por Catalina Zabala
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