"No pretendemos ser originales", explica Julieta Ortega, al fundamentar la elección de los temas de su podcast, en entrevista con Latido BEAT.
Julieta Ortega tiene cosas para decir. No se auto limita con tabúes o expectativas de lo políticamente correcto que quizás cae sobre sus hombros. Ser "hija de" o nepo baby, como se dice ahora, nunca fue fácil para nadie. En su caso, la figura de Palito Ortega y lo que representó para Argentina la pusieron, guste o no, a la luz de los focos.
Pero eligió apropiarse de ellos y construyó su propia carrera en teatro, cine y televisión. Con múltiples participaciones y protagónicos en series como Mujeres Asesinas (2008), Graduados (2012) y Viudas e hijos del rock & roll (2014) y en películas, acostumbrada a lo que conlleva ser mirada, ahora se retira para mirar.
En vez de acercarse a la pantalla con discursos y grandes tesis, plantea preguntas. Unas que nos apelan a todos, y más concretamente, a todas. Sin autocensuras ni prejuicios, generan la intimidad que requiere la empatía en la comodidad de un living de apariencia hogareña. Allí, sus oyentes se refugian, y buscan respuestas que no logran encontrar en su entorno más cercano. Porque no se trata de alumbrar descubrimientos. Se trata de redescubrir lo ya descubierto. De reenfocarlo y cambiarlo de posición. Exponerlo a diferentes luces y sombras, que son las vivencias particulares, y ofrecer un recinto seguro para cuestionar cosas que incomodan. Porque no todos los lugares convocan.
Su comunidad más fraternal es su grupo de amigas más queridas. Ella fue quien armó el grupo de WhatsApp, quien lo materializó. Hoy, el proyecto podcast de Las pibas dicen se compone de estas cuatro amigas: Julieta Ortega, su hermana, Rosario Ortega, Fernanda Cohen y Ana Paula Dutil. Amigas que comenzaron entre juntadas, pero que hoy comparten un fin que las trasciende.
Se presentan en Montevideo en el Teatro El Galpón, este 27 de noviembre a las 21 hs. Las entradas pueden adquirirse aquí.
¿Ven falta de visibilidad en los temas que eligen tratar?
No, a esta altura casi todos los temas han sido o son tratados. Ahora en la temporada que viene vamos a hablar de la vida después de los 50 y la menopausia, y la verdad que yo estoy viendo muchas mujeres hablar de la menopausia. Era un tema del que no se hablaba hace ni siquiera te diría diez años atrás, ni cinco. Y sin embargo en el último año yo vi mucho podcast o mucha actriz que conozco y respeto, o mucha persona que me interesa, hablando sobre la menopausia.
Vivimos en una época en donde está bien visto hablar de ciertas cosas. Pero no le pasa solo al podcast, lo vemos todos los días. Yo trabajo en Sex, un espectáculo que habla sobre celebrar el sexo y disfrutar del cuerpo sea como sea, y de la locura del cuerpo hegemónico y su ridiculez a la hora de disfrutar del sexo. De que el cuerpo que estabas esperando es el que tenés hoy, no es el que va a llegar mañana, y todas esas cosas me parece que son signos de la época.
De repente ver una mujer no hegemónica arriba de un escenario, como la señorita Bimbo o Brenda Mato, que no sé si las conocen en Uruguay, pero son cuerpos totalmente no hegemónicos arriba del escenario hablando de sexo, tiene algo de disruptivo y son los signos de esta época. Todos estos temas están ahí afuera y los vemos. No pretendemos ser originales, creemos que hay un montón de cosas para ver y lo sabemos, pero creemos en lo que nosotras hacemos y que lo hacemos con el corazón, y que eso tiene un valor. Pero las cosas de las que podemos llegar a hablar, están en el aire.
El rango etario del grupo es variado. ¿Eso enriquece la discusión?
Sí, también. Cuando hablaba de lo que nos distingue, yo creo que son los vínculos que existen entre nosotras, y también esta cosa de que la más chica tiene 37 y las más grandes tenemos 53, y hay un arco ahí. Las problemáticas que puede estar atravesando Rosario no son las mismas que estoy atravesando yo, que ya fui madre, ya estoy de vuelta en algunas cosas, ya tengo una visión mucho menos ansiosa del amor romántico, entonces eso también es lindo. Que son voces distintas, que si bien tal vez vienen de los mismos lugares, llegan desde diferentes enfoques que tienen que ver con las vivencias y las edades de cada una.
Los programas de charlas espontáneas, como los de LUZU TV, por ejemplo, están siendo muy exitosos hace tiempo. ¿Ves una necesidad del público de un contenido más honesto?
Creo que el fenómeno del streaming tiene más que ver con esta cosa que tienen los adolescentes o la gente joven, y es que ya no consumen tele abierta, salvo que se muera alguien como esta noticia de ahora: "Se cae de un balcón el cantante de One Direction". Entonces prendés el noticiero para ver qué pasó, porque están ahí en vivo y están contando algo que es de ahora. Pero después, la gente joven no consume televisión. Yo tengo un hijo de 18 que me pidió una tele hace muchos años y me dijo "no me pongas cable, poneme una tele con plataformas".
Son chicos que consumen contenidos de otra manera; consumen series, y se ve mucho en YouTube... todo se ve por YouTube. Incluso si querés ver algo que salió ayer a las 3 de la tarde en un canal de aire, lo ves por YouTube hoy a las 2 de la mañana. Creo que eso es lo que cambió. Después no es muy distinto, los programas de streaming son una mezcla de radio y televisión. Si vos ves el set nuestro, sobre todo a medida que fueron avanzando las temporadas y que nos volvimos más profesionales, nuestro set es un set de televisión. Son tres sillones, cuatro amigas, tres cámaras, luces, y una persona de maquillaje atrás, una productora chequeando que no nos pasemos del tiempo, que la conversación vaya para donde teníamos planeado ir, o sea, es muy parecido. Como decía Charly García, "radio que se ve".
¿Entonces ves un cambio en los formatos, pero no tanto del interés del público?
Bueno, el contenido diferente es que tal vez la cosa se volvió menos formal. Yo veo canales de streaming, me encantan, no todos. Pero Blender veo, muchas veces Olga también, Olga hoy está lleno de conductores y conductoras que me gustan, como la Negra Vernaci, gente que por ahí estaba en radio y mi generación la escuchaba por ahí. Pero ahora los podés ver, mezclados con gente de otra generación. El contenido es parecido, tal vez tiene más que ver con el lenguaje de la radio que de la tele, más con el desparpajo de la radio. Pero sí, creo que fundamentalmente lo que cambió es nuestra manera de consumirlos.
A la hora de elegir invitadas, ¿piensan en figuras referentes en el tema a tratar, o toman en cuenta otras cosas?
Hasta ahora lo hicimos pensando en temas que íbamos a tratar. A veces, muy pocas, nos pasó o nos está pasando en esta temporada que nos gusta alguien y que queremos que venga, y entonces ahí le preguntamos de qué le gustaría hablar. Pero tenemos temas dando vueltas, porque salvo que la invitada venga y escriba su monólogo, los monólogos los escribimos nosotras. Entonces tiene que venir a hablar de un tema del que nosotras tengamos algo para decir. Sino, no sirve. Y eso es lo lindo de la gente que viene, que viene a hablar de cosas muy personales. No viene a vender nada, no viene a contarnos que va a hacer un show no sé donde, ni que está por estrenar una serie o una película.
Eso tiene un valor, es gente que tiene ganas de conversar. La Negra Vernaci, cuando la llamé, le dije "los temas son estos, sos la primera a la que llamo, ¿de qué querés hablar?", y me dijo "de dinero, que creo que es la verdadera independencia de la mujer". Lizy (Tagliani) fue la segunda, y dijo "yo quiero hablar de la madre, porque mi madre fue un pilar muy importante en mi vida", y después fuimos ya a las demás asignándoles el tema. Alguna gente se anima y otra no. Y esta temporada, la novedad es que trajimos dos hombres. La presentación en Uruguay tiene que ver con los temas anteriores, o sea, se va a hablar de la madre, se va a hablar de cuerpos, se va a hablar del dinero, y se va a hablar de duelo. La diferencia con la última presentación que hicimos en Uruguay, tal vez sea que sentimos que las mujeres que habían asistido al show se habían quedado con ganas de participar de la charla. Y entonces en esta vuelta queremos que participen.
¿El oyente busca contenidos de opinión para sentirse reflejado o acompañado?
Sí, siento que es 100% sentirse identificado, acompañado, y sentir que uno no está solo. Es fundamental, a mí es lo que me formó. Yo crecí escuchando mujeres hablar, pero si me preguntás, no todas las mujeres me resultaron convocantes mientras crecía, y tampoco todas me convocan ahora. No todas las voces me hacen abrir el libro, ni me hacen quedarme en un canal determinado. Hay voces que le hablan a uno, y hay historias que le hablan a uno. En general tienen que ver con cosas que sentís que te pasaron, te pueden pasar, le pasaron a tu madre, le pasan a tu hermana, y por eso te quedás escuchando. Entonces la clave de un contenido como este obviamente es la identificación.
¿Qué se genera en estas instancias de encuentro que no es tan aprovechable a través de la escucha del podcast?
Es vernos en vivo, y en este caso del 27 en El Galpón lo que van a tener la posibilidad de estar en ese living ustedes también, de participar activamente de esa charla. Además, nosotras no seguimos un guión, con lo cual, si bien los disparadores son los mismos, siempre van a surgir otras cosas. Porque grabamos a principio de este año, los temas se van cocinando y teniendo una evolución. Uno va pensando distintas cosas, o sea que seguramente tengamos reflexiones distintas a las que tuvimos en su momento en el podcast.