Por Catalina Zabala
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Para Juan Subirá, ser un Bersuit es tener la necesidad de contar historias. Menciona esta cualidad entre algunas otras que reconoce comunes entre los integrantes de la banda, pero le cuesta. Porque según él, fueron muchos años de una carrera cuesta arriba. De hablar contra lo establecido y cuestionarlo. De hacer ruido y de apretar los dientes esperando el contragolpe. Y en esta carrera mitad lucha mitad inercia, se olvidaron de mirar hacia adentro.
Juan Subirá es miembro fundador de Bersuit Vergarabat. Estuvo ahí cuando experimentaron la censura durante el gobierno de Menem. Un cover de Las Manos de Filippi y un alejamiento forzado de las emisoras de radio por un tiempo. También estuvo ahí para vivir el éxito de Libertinaje (1998) e Hijos del culo (2000), discos consagratorios que hoy tienen el peso suficiente como para mirar hacia atrás con melancolía. Para visitar ciudades de América Latina y de Europa únicamente para su conmemoración. Y hoy, con décadas de carrera en su haber, le contó a LatidoBEAT cómo recuerda su show en vivo en el Estadio Monumental en 2007, cómo fue la separación de Gustavo Cordera de la banda, y todo lo que vino después.
Porque Juan Subirá es de esas piezas clave de una edificación. Es una parte del todo, pero si la quitamos, lo construido se cae. Hoy, 25 años después de un álbum en el que colaboraban con Falta y Resto y miraban hacia adelante con ojos jóvenes, reflexiona sobre cuál fue su espíritu. Sobre por qué se quedaron sin un motor creativo cuando su partido político de simpatía asumió el gobierno. Porque queriendo o sin querer, encontraron su motivación en la contracorriente. En tocar en pijama para romper con aquella idea de la estrella de rock estrafalaria y no tan popular que inundaba los 80. En incomodar y molestar. Se presentan este viernes 12 de diciembre en Montevideo Music Box, y las entradas pueden adquirirse aquí.
Se cumplen 25 años de Hijos del culo. ¿Qué etapa de la banda marcó este álbum?
Fue un disco muy icónico para nosotros, muy importante en nuestra carrera. Veníamos de Libertinaje, que había sido un disco muy explosivo. Fue el primero que nos permitió recorrer Argentina con más profundidad e ir a muchos lugares del mundo que tal vez ni soñábamos hasta ese momento, como Uruguay, España, Costa Rica, México. Cuando se vino este disco empezamos a imaginar el disco siguiente, y sabíamos que iba a ser muy importante. Gustavo Santaolalla, que había sido el productor de Libertinaje y que también iba a ser productor de Hijos del culo, sentía un poco ese peso y la responsabilidad de que teníamos que hacer un disco bueno. Él empezó a escuchar algunas de las canciones que estaban saliendo, como "La bolsa" y "Toco y me voy", que fueron las dos primeras, y como que se empezó a tranquilizar. Empezó a sentir que había un material interesante, y en seguida después apareció "Negra murguera". Sentía que venía un disco interesante, era un disco fuerte. Después vino el desafío de realización, que fue bastante importante.
La crítica social siempre fue la protagonista de su música. ¿El artista es responsable de tocar aquellos temas que preocupan a la sociedad, o depende de la esencia de cada uno?
Yo creo que depende de la esencia de cada uno, cada artista tiene su manera de expresarse y decir las cosas. Por poner un ejemplo, Spinetta era un tipo con un lenguaje muy críptico, con una poesía compleja y a veces hermética. Pero cuando él tenía que decir algo, si sentía la necesidad lo hacía. En la década de los 90, por ejemplo, recuerdo cuando él se posicionó a favor de los maestros que estaban haciendo toda la movida de la Carpa Blanca. Habían armado las carpas en frente al Congreso para protestar por una situación muy similar a la que se vive hoy en Argentina. Luis no se privó de hacerlo porque lo sentía, fue y estuvo ahí con los maestros. Quiero decir que cada artista lo dice a su manera. En Bersuit, como es una banda muy particular y muy diversa, vos podés encontrar canciones con mucho contenido político y social, pero también canciones de amor, a veces más metafóricas también o fiesteras, qué se yo. Nuestro lenguaje y nuestra forma de decir es muy diversa.
Cortesía de producción
Vivieron un episodio de censura durante el gobierno de Menem, en torno a su versión de la canción "Sr. Cobranza". ¿Esto sigue pasando, o creés que hubo cierta evolución en este aspecto?
Lo que sí siento que sigue pasando es que estamos viviendo en Argentina un proceso muy similar a nivel político al de la década del 90. Es un gobierno neoliberal, muy de derecha, se ubica casi en la extrema derecha. La verdad que lo vivimos con mucho dolor y te diría hasta un poco de vergüenza, pero es lo que está pasando acá y lo que mucha gente votó. Sabemos que generalmente todos estos procesos terminan de manera explosiva. Ya lo hemos vivido, y eso genera mucho dolor, porque mucha gente va quedando fuera del sistema. Son pateados al costado y siempre termina mal.
¿Te preocupa el futuro en ese sentido, o lo vivís como una etapa que se termina con un gobierno?
Es preocupante, porque mientras tanto es un gobierno déspota, destructivo y cruel, entonces eso se vive con mucho dolor. Más allá de la situación de cada uno de nosotros —que quizás a alguno le puede ir mejor que a otro— uno lo ve en las calles, mucha gente pidiendo, revolviendo la basura o durmiendo en la calle. Van destruyendo el sistema de salud, el sistema educativo, todos los miércoles hay marcha de jubilados y los cagan a palos, maltratan a personas con discapacidades; es un panorama terrible, y por eso termina mal. Porque algo así nunca puede salir bien.
¿Creés que podrías haber hecho música ignorando la realidad social de tu país?
Sí, tal vez sí. Pero no es ignorar, porque uno puede hacer por ejemplo música instrumental, y está buenísimo también. Yo lo hice en algunos momentos de mi vida y me encantaba hacerlo, porque también es un lenguaje. Puede ser muy interesante, pero esta banda y nuestra forma de decir se armó así, y me encanta también que podamos hablar de ciertas cosas, porque es necesario. A veces te genera más conflicto cuando estás frente a un gobierno con el que estás de acuerdo en muchas cosas. Eso nos pasó en algunas etapas con Néstor y con Cristina; sentimos que había un montón de cosas con las que estábamos de acuerdo, y fue más raro eso que esto. Nos habíamos acostumbrado a estar en la vereda de en frente y a confrontar. Hubo que hacer una reelaboración, y también entender que eso podía pasar. Pero como te digo, dentro de nuestro lenguaje y nuestra forma de decir, hay una necesidad de contar ciertas historias que tienen que ver con nuestra realidad política.
Cortesía de producción
¿Les faltaba un motor creativo al no haber confrontación?
Faltaba un poco esa parte, sí. Igual se hablaba también de política, pero era diferente, porque nosotros sentíamos que muchas de las cosas que se venían reclamando se habían ido cumpliendo. Reclamos que tenían que ver con cuestiones de derechos humanos, cuestiones económicas y sociales, entonces te pone en otro lugar. Te mueve un poquito el eje. Nosotros sentíamos que era un poco hipócrita no reconocer eso.
¿Qué es ser un Bersuit?
La pregunta está muy buena, nunca me lo planteé realmente. Uno se encuentra inmerso dentro de un grupo y a veces no tiene esa perspectiva como para mirarse de afuera y poder analizarse. Pero podría decir que ser un Bersuit es formar parte de una banda de gente con inquietudes creativas fundamentalmente, obviamente relacionadas con la música, y que tiene la necesidad de comunicar y contar historias. Yo creo que básicamente somos eso. Después te podría decir también que somos un grupo de amigos, porque muchos de nosotros nos conocemos desde muy pequeños, y empezamos jugando realmente a hacer música. De repente eso se convirtió en una actividad más que lúdica, y empezó a ser una actividad vital y fundamental de nuestra vida. Me cuesta hacer una síntesis de lo que es ser un Bersuit.
Otro de los éxitos del álbum fue "Negra murguera", su colaboración con Falta y Resto. ¿Cómo se dio y por qué colaborar con la murga uruguaya?
Pasó esto: nosotros para el 1998, cuando empezamos a armar las canciones de este disco, Hijos del culo, sentimos que había mucha diversidad. Siempre hubo mucha diversidad musical, estilística, y también poética dentro de esta banda. Había dos temas en este disco que presentaban el desafío de un sonido que era muy uruguayo; "Negra murguera" y "Es importante". Las dos canciones tienen esa forma de cantar y de ser tocadas, entonces Santaolalla planteaba un poco sus temores. Sobre todo en "Negra murguera", que es más compleja de grabar. Nunca habíamos grabado un tema así. Nosotros armamos el demo y la verdad que se aproximó mucho a la idea, pero nos dimos cuenta de que nos iba a faltar fundamentalmente tanto la parte coral como la parte de percusión. Necesitábamos gente más especializada y que conociera mejor el género. Nosotros teníamos el contacto de Alejandro Balbis, a quien ya conocíamos. A través de él fue que se generó el contacto con Falta y Resto. Y ahí, con tres cantantes y tres percusionistas, se armó el combo para interpretar estas dos canciones en su parte percusiva y coral. Para nosotros era un gran desafío, porque era un género que nunca habíamos abordado.
Con internet y la disponibilidad masiva de la música, los shows en vivo adquirieron otro valor. En su carrera han tenido presentaciones históricas, como su show en el Estadio Monumental en 2007. ¿Cómo lo recuerdan y cómo viven hoy los toques en vivo?
Es cierto lo que decís, hace poco estuvieron tocando Los Piojos por ejemplo cuando volvieron, pero es cierto. Es un estadio muy grande, y para que salga bien tiene que haber 50.000- 60.000 personas. Lógicamente no cualquiera puede hacerlo, y como vos decís, sí, hay artistas y gente del género urbano y el trap como María Becerra que lo vienen haciendo. Son momentos de la música, esto es dinámico también. Hay que saber adaptarse un poco a esas circunstancias, porque siempre se va moviendo.
Aquel show lógicamente fue muy importante, quizás el más importante y representativo de nuestra carrera. Fue un evento magnánimo para nosotros, creo que lo es para cualquier banda. Esto fue en mayo de 2007, y tengo lindos recuerdos. El desafío fue muy grande como banda y también a nivel de convocatoria, pero la verdad que salió muy bien. Fue un poco osado a nivel organizativo, porque nosotros lo hicimos un poco a los ponchazos. Un evento tan grande requiere de una organización más grande, porque realmente es muy difícil organizar eventos así. Te das cuenta cuando lo estás haciendo, por suerte salió bien. Y hoy en día las presentaciones en vivo son muy lindas; nos mantienen activos, conectados, viajando, y aparte en lo personal me gusta mucho ir a los lugares y poder llevar nuestra música. Encontrarnos con la gente que nos disfruta. Es una linda forma de vivir, y eso también es ser un Bersuit.
Gustavo Cordera fue líder de la banda hasta el año 2009. ¿Cómo recuerdan estos años y cómo han convivido con sus declaraciones polémicas de 2016?
Yo personalmente con Gustavo tengo buena relación. Si bien no lo estoy viendo mucho, cada tanto nos hemos juntado a hablar. Lamento muchas de las cosas que le pasaron y sus declaraciones, porque realmente no las comparto para nada. Lamento también la forma en que él de alguna manera salió a defenderse o a excusarse. Yo convivo tranquilo con eso porque estamos en diferentes situaciones, en el sentido de que hace muchos años que él se fue de esta banda, fue en el 2009. A partir del 2011 nosotros retomamos y estamos en diferentes caminos, pero igualmente no deja de dolerme lo que a él le pasa. Eso ya lo digo desde un lugar humano. Le deseo lo mejor, y como te digo, yo no comparto para nada su manera de ver y de decir, y ojalá pudiera salir un poco de ese laberinto en el que se metió, y al que entró solo, por otra parte.
Se presentan en Uruguay este 12 de diciembre. ¿Cómo lo están preparando?
Nosotros estamos celebrando el disco Hijos del Culo. Lo estamos haciendo en varios momentos del año y en diferentes lugares, y va a ser un poco la base del show. Después también le agregamos muchas canciones muy emblemáticas y populares que la gente siempre pide y quiere escuchar. Tengo mucho cariño por el pueblo uruguayo, mucha admiración por su arte y su cultura, así que siempre es un placer poder viajar y encontrarnos con la gente de Montevideo.
Por Catalina Zabala
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