Por Nicolás Medina
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Hay un fenómeno universal en el mundo del cine que atraviesa generaciones y nacionalidades: todas las madres del planeta están enamoradas de George Clooney. Algunos lo disimulan con dignidad, otros no dudan en expresarlo, pero la devoción existe y se hereda culturalmente. Por eso, cada vez que Clooney estrena algo nuevo, el interés no viene solo del público más cinéfilo: viene de gente que simplemente quiere ver qué está haciendo uno de los hombres más encantadores del mundo, incluso cuando le da vida a un tipo que lleva décadas sin encantarse a sí mismo.
Ahí entra Jay Kelly (2025), la película dirigida por Noah Baumbach —autor de Frances Ha (2012) o Marriage Story (2019)—, que lo pone en un papel que parece hecho a medida: una estrella del cine mundial atravesando un estado emocional a medio camino entre la crisis existencial y el tedio profesional. No es necesario haber seguido su carrera para entender la idea. Clooney interpreta a un actor que no sabe si quiere seguir actuando, y Baumbach filma esa duda con la mezcla habitual de ironía, terapia y neuronas hiperactivas.
En la película, Jay Kelly, el actor, pierde a un viejo amigo y mentor. Empujado por esa ausencia decide reevaluar su vida, su carrera y la forma en que el mundo lo mira. Lo hace en clave de viaje: cambia de país, cambia de clima, cambia de tono emocional según el capítulo que toca.
Baumbach divide la película en segmentos como si se trata de un diario ordenado en bloques temáticos, una estructura que le permite moverse con libertad, pero que también le juega en contra. La película avanza como una sucesión de estaciones, cada una con su pequeña epifanía, sin lograr del todo que esas piezas se integren en un único latido.
Aun así, la película tiene algo irresistible cuando pone a Clooney frente a la cámara en modo “reflexión suave”. Está cómodo, está contenido, está exhibido sin perder glamour. Hay momentos en los que uno siente que Baumbach le presta su neurosis al actor, y otros en los que Clooney parece prestarle su carisma al director para que la película no se vuelva demasiado conceptual. En ese intercambio, aparece lo mejor de la obra. La idea de que la crisis de identidad de una estrella no tiene por qué volverse un espectáculo solemne, que puede abordarse con cierta ironía sin perder humanidad.
El que roba la película, sin embargo, es Adam Sandler. Su mánager, Ron, —un hombre extenuado que sigue al protagonista sin entender del todo para qué— aporta la nota terrenal, la respiración honesta, la mirada de “yo te quiero igual, pero estás complicado”.
Jay Kelly funciona a medio camino como una película que no pretende ser la gran revelación del año, pero sí una excusa perfecta para asomarse a un Clooney que se anima a jugar con su propio mito y a un Baumbach más introspectivo de lo habitual. Es una obra que respira entre la neurosis amable y la melancolía liviana, que avanza con dudas, pero también con cierta sinceridad. Y aunque no siempre encuentre su forma más pulida, ofrece lo suficiente como para entender por qué el magnetismo de Clooney —ese mismo que heredaron generaciones enteras— sigue siendo un motor narrativo en sí mismo.
Para conocer más sobre la película, LatidoBEAT conversó con el hombre que da vida a Jay Kelly, George Clooney y al director de la cinta, Noah Baumbach.
"Jay Kelly" (2025), Noah Baumbach
Jay Kelly es parte de una tradición de películas sobre películas. ¿Tienes alguna favorita de ese género? ¿Y cuál dirías que es la que mejor captura la sensación de ese mundo?
George Clooney (GC): Es una buena pregunta, tengo que pensar en películas sobre películas. Me acuerdo de que me gustaba mucho The Player (1992), aunque hace años no la veo y no sé cómo habrá envejecido. Siempre me encantó la manera en que Altman movía la cámara.
Pero diría que, en general, las películas sobre cine hacen un trabajo bastante pobre mostrando como se filma realmente. No puedo decirte cuantas veces veo algo y pienso: “Eso nunca pasa así”. Por eso estoy orgulloso de lo que hace Noah aquí, porque se siente auténtico y divertido.
Hay una serie francesa, ¡Llame a mi agente! (2015) —en francés es Dix Pour Cent o algo así—, sobre el mundo del espectáculo que me hace reír mucho. Acabo de hacer un cameo en la película que están haciendo. No sé qué tan precisa es, pero está muy bien hecha y me divierte muchísimo.
La historia sigue a una estrella de Hollywood que siente haber perdido algo en el camino. ¿Sentís que tuviste que renunciar a algo en tu propio recorrido?
GC: Creo que todos renunciamos a algo para llegar a donde estamos. Todos lo hacemos. También creo que la película es menos sobre una estrella y más sobre cómo todos intentamos equilibrar trabajo y familia y fallamos todo el tiempo. Tus decisiones te perseguirán más adelante. Yo siempre trato de mantener a mi familia y amigos cerca, eso ayuda: cuando todo va bien, te aterrizan; cuando va mal, te sostienen.
Mis hijos no eligieron esto y, a veces, lo siento por ellos. Pero en general, los sacrificios son parte del pacto con el diablo. Sinceramente corté tabaco por tres dólares la hora, vendí seguros puerta a puerta —un trabajo terrible—. Sé lo que es hacer trabajos duros. Nunca me vas a escuchar quejarme de lo que tuve que sacrificar, no es nada comparado con lo que otros han dejado atrás.
George Clooney en entrevista con LatidoBEAT
Esta fue tu primera colaboración con Emily Mortimer en un guion. ¿Cómo trabajan juntos? ¿Cómo es su proceso?
Noah Baumbach (NB): Es curioso, porque me preguntaron por qué elegí a Emily para escribir el guion, y en realidad no tengo una respuesta racional. Fue algo instintivo. La aprecio mucho; siempre la encontré brillante, divertida, y me encanta lo que hizo en su serie Doll & Em (2014). Además, es una fantástica actriz. Tenía muchas ideas para esta película, pero no estaba seguro de cómo unirlas. Se las conté y me encantó cómo reaccionó. Así que simplemente le dije: “¿Por qué no lo escribimos juntos?”.
Nos reunimos todos los días, conversábamos, y lo que más me gusta de una gran colaboración —como las que tuve con Greta Gerwig escribiendo, actuando o dirigiendo— es que aparece una tercera cosa. Estás vos, está la otra persona, pero emerge una especie de tercer ser creativo que solo existe cuando ambos trabajan juntos. Eso fue lo que pasó con Emily: llega un punto en el que ya no sabes quién hizo qué. El guion se convierte en esa otra entidad que surge de la energía compartida.
Hay una chiste recurrente en la película sobre cómo la gente crea una idea propia de quién es Jay Kelly. ¿Cómo vivís eso vos?
GC: En mi caso, la experiencia de la gente con mi fama siempre fue más personal. Su idea de quién soy no está tan lejos de la realidad. Creo que algunos asumieron ciertos privilegios que él evitó para tener una vida normal. Y la tengo: salvo por la gente con cámaras en la puerta de casa, mi vida es bastante normal. Muchos periodistas me conocen hace años, siempre viví igual y tuvimos la misma relación.
Noah Baumbach es conocido por filmar muchísimas tomas. ¿Qué pensaste de ese método? ¿Cómo trabajas con eso?
GC: No es mi estilo. Como director, si la tengo en una toma, sigue adelante. En la sala de edición, mirar 40 tomas me haría explotar la cabeza. Como actor vengo de la televisión, donde tenés dos o tres tomas y listo. Los actores que vienen del cine suelen calentarse un poco y pueden hacer 30 tomas sin problema.
Le dije a Noah antes de empezar: "Hace años que no trabajo con alguien que hace tantas tomas. Vamos a trabajar a tu manera, sos el director y estoy encantado de estar acá". Pero sabía que iba a necesitar un tiempo para adaptarme.
Fue fascinante. No es mi método como director ni es lo más fácil como actor, pero lo entiendo y me encantó el proceso. Y esta es una película sobre la amistad, así que tampoco viene mal tener un par de momentos divertidos en el rodaje.
"Jay Kelly" (2025), Noah Baumbach
¿Cómo elige a este elenco y a George Clooney en particular?
NB: Mientras Emily y yo escribíamos, sabíamos que necesitábamos un gran actor, pero también alguien con quien el público tuviera historia. La misma historia que los personajes de la película tienen con Jay Kelly. George se rio cuando le di el guion y dijo: “Tenés suerte de que diga que sí, porque solo tres personas en el mundo pueden hacer este papel”. Y probablemente tenga razón, no creo que hubiera hecho la película sin él. George es una estrella de cine, sí, pero también es un actor excepcional. Hace que parezca fácil. Será modesto y dirá que es el guion o la dirección, pero trabaja muchísimo y se revela en la película de una manera muy honesta. Y en cuanto al resto del elenco, quería intérpretes que pudieran entrar, brillar rápido y sugerir vidas completas más allá de sus pocas escenas.
La película es sobre la performance, sobre cómo actuamos incluso fuera de cámara. Por eso cada personaje debía sentirse como alguien con una vida propia, no como un satélite de la estrella. Es también el mensaje para Jay: el mundo no gira alrededor de ti. Todos son protagonistas de su propia historia.
George Clooney también es director. ¿Eso cambió algo en tu dinámica con él?
NB: Seguramente sí, pero de manera muy positiva. George tiene muchísima experiencia y es muy claro: “Decime qué necesitás, dónde querés que mire”. No es nada preciosista, sabe lo que es dirigir. Sabe que a veces inventás excusas elaboradas para que un actor camine hacia la derecha, cuando en realidad solo necesitas que camine hacia la derecha. Y él simplifica las cosas: “Decime dónde y lo hago”.
Los actores que también dirigen suelen estar agradecidos de actuar, de no tener que tomar todas las decisiones. Y como actor, verlo trabajar era un placer. Lo que hace en esta película —esa vulnerabilidad que surge de a poco— es bellísima. Empieza como un tipo y termina siendo otro.
Noah Baumbach en entrevista con LatidoBEAT
Esta historia podría haber sido cínica, pero tiene un tono profundamente humano. ¿Cómo evitaste caer en la ironía o la amargura?
NB: Nunca sentí cinismo mientras la escribía, sentí mucho afecto por el personaje. Sí, cuando lo conocemos tiene algo de adolescente, una cuota de derecho y cierto narcisismo propio de una gran estrella. Pero creo que, aun con todas las barreras que construyeron entre él y el mundo, en algún nivel sabía que necesitaba cambiar su vida.
No sabía cómo expresarlo ni cómo empezar. La muerte de su amigo y el reencuentro con su viejo compañero —que sale mal— lo desencadenan, pero nadie le dice que debe emprender este viaje. Nace de él. Es un tipo que toma desvíos, que se pierde, que busca algo. Y tengo mucha empatía por cualquiera que, aunque se haya vuelto cómodo con una versión fija de sí mismo, un día se pregunta: “¿Y si hay otra versión? ¿Y si me estoy limitando?”. Mike Nichols decía sobre The Graduate (1967) que se trataba de alguien que se salva a través de la locura. Sentí que Jay hacía exactamente eso: se salva a través de la locura.
Y lo mismo vale para Ron, Liz y todos los demás personajes: entiendo perfectamente cuando sienten que ya no pueden más. Jean Renoir decía en La regla del juego (1939): “Todos tienen sus razones”. Siempre pienso en eso cuando escribo personajes.
"Jay Kelly" (2025), Noah Baumbach
La película tiene un tono muy retrospectivo. ¿Sos alguien que reflexiona mucho sobre su carrera?
NB: Reflexiono muchísimo sobre mi vida, mis experiencias, mis relaciones. Todo eso aparece en mis películas, aunque no use datos biográficos explícitos. Pero no reflexiono sobre mi filmografía, no veo mis películas después de hacerlas. Cada una es una versión mía que existe ahí afuera y está bien que sea así, incluso si hoy no las hiciera igual.
Lo que sí quiero en mis películas es reflejar la experiencia humana: identidad, relaciones, matrimonio, amistad, paternidad, vínculos entre padres e hijos. Esas cosas están en todas mis historias. En ese sentido, sí, soy reflexivo. Pero no revisito mis trabajos.
Tu película es una de las pocas historias personales y no alarmistas del año. ¿Por qué crees que necesitamos historias de Hollywood sobre Hollywood en este momento del mundo?
NB: Porque es una historia humana. La pregunta “¿soy quién creo que soy?” es universal. La distancia entre lo que mostramos y lo que somos realmente es una tensión de todos los tiempos. También es una historia sobre la mortalidad: mirar hacia atrás y hacia adelante al mismo tiempo. Preguntarte cómo vas a vivir el resto de tu vida.
Cuando somos jóvenes creemos que hay tiempo para todo, y cuando envejecemos entendemos que estamos viviendo las consecuencias de nuestras elecciones. Jay encarna todo eso para el espectador.
Además, queríamos que fuera entretenida, que fuera un viaje disfrutable, incluso si habla de la muerte, la identidad y el paso del tiempo. Eso es lo que puede ofrecer el cine: escape y reflexión al mismo tiempo. Un espacio común donde estar juntos, sentirnos juntos, y llevarse algo después. Un recuerdo, una pregunta, una emoción que sigue viviendo adentro tuyo después de que la película termina.
"Jay Kelly" (2025), Noah Baumbach
Este personaje intenta ser una buena persona, y en general se nota que te llevas muy bien con la gente. ¿En algún momento de tu carrera decides conscientemente ser “un buen tipo” con la prensa y el público?
GC: Soy hijo de un periodista, un hombre de noticias. Escribí Buenas noches y buena suerte (2005). Nuestra fundación trabaja para sacar periodistas de la cárcel. Tengo un profundo respeto y afecto por quienes cuentan historias. Siempre me resultan interesantes porque buscan obtener algo nuevo, algo que no dije antes. Y yo trato de dárselo, aunque después de tantas entrevistas uno repite un par de cosas. Intento que mis respuestas no sean tan aburridas como para que quienes están detrás de la cámara quieran pegarse un tiro cuando termine.
Crecí en una familia sana y feliz, en un pequeño pueblo de Kentucky. Me siento muy afortunado a los 64 años. Después de un tiempo sin un gran papel, tener algo así para venir a hablar con ustedes, los periodistas, es emocionante. ¿De qué me quejaría? ¿Por qué estaría distante? Jay es distinto porque se hizo famoso muy joven y nunca aprendió realmente a hablar con la gente.
Jay Kelly se estrenó el pasado 5 de diciembre en Netflix . La película tuvo su estreno mundial como parte de la competencia oficial de la 82° edición del Festival de Venecia. Acaba de recibir cuatro nominaciones a los Critics' Choice Awards, y George Clooney y Adam Sandler también recibieron nominaciones a los Globos de Oro por sus interpretaciones.
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