Por Catalina Zabala
catazabalaa
Veinte años son muchos días, como dice Ernesto Tabárez. Muchas horas de creer en una idea. De sortear dificultades. Para el líder de Eté & Los Problems, el éxito de la banda se debe a su método compositivo. Uno que no ha cambiado a grandes rasgos y que es de todo menos básico. "Los procesos estándar dan resultados estándar", dijo en entrevista con LatidoBEAT. Y, al parecer, a él lo estándar no le alcanza.
Agradece tener una libertad creativa en el grupo que describe como "absoluta". Porque es gracias a esa libertad que ni siquiera se le ocurre formar parte de otro proyecto musical: su papel en Eté & Los Problems es omnipotente. A un año de lanzar Plata (2024), su último álbum de estudio, se encuentra en una etapa de escritura incipiente. Según su experiencia, "para hacer discos hay que vivir", y por eso, está viviendo; para algún día, quizás, volver a reunir 2.200 notas de voz en su celular que den forma a un nuevo álbum musical.
Se presentan este 29 de noviembre en su primer Teatro de Verano, evento que describe como un sueño cumplido y cuya premisa fue diseñar su "noche perfecta". Allí conmemorarán sus 20 años como banda. Veinte años de idas y venidas y, sobre todo, de canciones. Las entradas se encuentran disponibles y pueden adquirirse aquí.
Plata (2024), el último álbum, ya cumplió un año. ¿Tuvo la recepción que esperaban? ¿Qué sensación te queda un año después, habiendo tocado sus canciones en vivo?
Yo estoy muy contento con la recepción que tuvo el disco, le fue muy bien en términos de números y esas cosas. Pero lo más importante es que fue comprendido, un montón de personas se sintieron conmovidas por él. Me han dicho cosas muy bonitas, y eso es muy valioso para mí. Tocarlo en vivo es fantástico, es un disco que en algún momento pensé que iba a ser difícil de llevar al show por la cantidad de cosas que tiene, y la verdad es que le encontramos la forma y lo disfrutamos mucho. Hay canciones que ya se volvieron indispensables en el repertorio en este tiempo.
¿Cómo es ese proceso de adaptar las canciones al formato en vivo?
Estoy acostumbrado, entonces lo vivo como un proceso natural. Yo siempre tengo la conciencia de que, por lo menos con mi método, se graba lo que se quiere, y después, cuando se toca en vivo, se ve. No tengo cuidado con lo que hago en el disco para ver si después lo voy a poder hacer en vivo. De hecho, cuando presentamos este álbum en La Trastienda, hicimos muchas cosas. Llevamos cuerdas, vientos, tambores, gaitas, cosas que tiene el disco, pero después lo hemos tocado en versiones mucho más reducidas e igual funciona. La clave es encontrar qué es lo que importa de la canción para tocarla en ese formato. De hecho, nosotros también hemos tocado esas canciones solo con Iván, o con Iván y con Bárbara cuando hacemos prensa, que vamos a lugares más pequeños y tocamos los tres. Igual funciona. El proceso es ese, descubrir qué es lo más significativo de la canción. Qué es lo que hace que la canción se sostenga. Le podés quitar todo lo demás, pero, si está eso, funciona. Para empezar, la letra y la melodía. Eso es el núcleo de una canción. Después de ahí, lo que vayamos teniendo.
En tu caso, entonces, la prioridad siempre es la versión de estudio, no tenés en cuenta los shows en vivo para componer.
Cuando estoy en el estudio, pienso en el estudio, y cuando estoy ensayando para el vivo, pienso en el vivo. Preparo lo que estoy haciendo. No me gusta pensar en cómo las voy a hacer después, porque me parece que son instancias distintas y que en ambos casos te distraés de lo importante, de lo que estás haciendo. Yo no dejaría de poner una texturita preciosa que le queda bien a una canción porque después el vivo se vaya a complicar. En el vivo va a haber otras condiciones, y en el momento hago lo que tengo que hacer. Lo que la canción me pide.
¿En qué etapa compositiva estás ahora?
Hace poquito hice la primera cosa que se puede llamar canción. Venía haciendo detalles; yo trabajo grabando una idea, un silbido, un pianito, y escribiendo unos textos largos sobre lo que estoy pensando. El otro día, hace tres semanas capaz, hice lo primero que se podría decir una canción, que puedo agarrar una guitarra y tocársela a alguien. Pero me falta un montón, no estoy pensando en eso en este momento. Estoy concentrado en el Teatro de Verano, y yo creo que para hacer discos hay que vivir, entonces ahora estoy viviendo. Después me voy a dedicar a escribir, cuando lo encuentre. Además, es un proceso natural; yo creo que se va dando solo. Voy acumulando ideas, y un día me siento en el piano y aparece otra cosa. Después sí, hay un momento en el que siento que hay un cuerpo de pensamiento y de aproximación de ideas, de pianitos, de cosas pequeñas que son suficientes para sentarme a escribir. Pero para eso falta, y tienen que pasar algunas otras cosas que todavía no pasaron. Hay momentos en los que yo veo un disco que voy a hacer, como si se asomara a lo lejos. Veo el concepto y ahí me puedo poner a escribirlo. Ahora no es el momento.
Foto: Diego Civera
Sobre estos pequeños elementos que describís, cuando lanzaste Plata me contaste que tenías 2.200 notas de voz en tu celular que se acumularon durante el proceso creativo. Hoy, un año después, ¿tu método no cambió en ningún sentido? ¿Creés que pueda cambiar algún día?
Evidentemente mi método se mantiene, en este momento tengo 27 notas de texto. Imaginate que le faltan como 2.500, y de audio tengo 12. Por ahora trabajo así, pero puede cambiar. Por lo general algo siempre cambia en los procesos. La forma de empezar suele ser siempre igual, pero después, cuando el disco va tomando carácter, va modificando la manera de producción. Vuelvo a lo anterior que decía de las canciones, hago lo que las canciones me piden. Pero primero es esto; pensar, anotar, volver a pensar y tomar nota de lo que estoy pensando. Empezar a perfilar mi interés sobre las cosas de las que me parece que voy a hablar, entonces empiezo a leer al respecto, a unir los puntos. Pero todavía falta para eso, me parece. Capaz que no, pero ahora no estoy pensando mucho en el disco con ánimos de escribirlo, y me parece bien.
Yo no tengo apuro por escribir. Me gustaría hacerlo más rápido o que me llevara menos tiempo, pero la verdad es que el tiempo de trabajo sobre los discos es lo que me permite que me gusten. Justo ayer tuve una reunión con Santi Peralta, el exguitarrista de Los Problems con el que trabajamos 15 años, y me pasó una carpeta con un montón de demos que tenía de la banda que había perdido en un disco duro que murió. Encontré un montón de canciones que había olvidado, que en algún momento fueron partes de discos y que después no se agregaron. Si me hubiera apurado habrían quedado esas, que no estaban tan buenas como las que quedaron. La verdad es que confío bastante en ese método, y al final creo que un compositor tiene que seguir el método que le resulte. Cada uno tiene el suyo, de hecho me parece que los resultados más ricos se dan también eligiendo tu proceso. Los procesos estándar dan resultados estándar. Los procesos no estandarizados dan resultados particulares.
¿Hay mucho proceso estándar en la música de hoy?
Desde siempre; no creo que la música esté en un momento particular, a pesar de lo que diga mucha gente. Yo creo que siempre va a haber lindas canciones, siempre va a haber alguien encontrando la manera de abrir su corazón y de contar las cosas que ve de manera original, inteligente, talentosa. Me parece que eso va a pasar siempre. La otra vez le decía a un amigo: yo no creo que haya épocas de oro en la música, porque la música es de oro. Lo que puede estar corrido es el foco de atención sobre la música, pero en realidad yo creo que cuando se juzgan décadas pasadas, en realidad se están juzgando las cosas que sobrevivieron de ese tiempo, que son las buenas. Nadie habla de los discos horribles que salían en los noventa ni de los sesenta, hablan de los que sobrevivieron.
En todo caso, cuando se habla de los sesenta, que se describe como una época gloriosa, es cierto, pero también es cierto que es una época que restableció algunos de los cánones que se siguen aplicando. Entonces siempre es la más valiosa, porque es una edad de patriarcas. Yo escucho mucha música nueva, permanentemente. Tanto como la otra, estoy escuchando discos que salieron hace 10 minutos y a Aníbal Sampayo, y me parece que las divisiones temporales de la música son para gente que no hace música. Yo no estoy pensando cuándo se hicieron las cosas, las escucho.
Hace un rato decías que "para hacer álbumes hay que vivir". Al mismo tiempo, tu música está muy ligada a tus experiencias personales. ¿Te seguís sintiendo identificado con tus primeras canciones?
Sí, es como cuando ves una foto vieja. Sos vos, pero también es otro. Hay un yo permanente, todos tenemos adentro un yo que no cambia con el tiempo, y que es el mismo de cuando tenías seis años. Vos pensás en vos y siempre hubo un "vos" ahí. Pero sí, a mí me gustan más mis canciones de ahora, me parecen mejores. Ayer, escuchando esos demos, justo pensaba que hay una cosa ahí que no fue en ese disco, y que después se asemeja a otras cosas que vinieron después. Esperé y salió mejor. Ahora ya no tanto, pero hace unos meses estuve escuchando mucho el material viejo y hay una distancia enorme. Pasaron 20 años; yo soy otro. Pero entiendo por qué lo hice, en otro momento renegaba más. Sobre todo del primer disco, y ahora lo volví a escuchar y lo entendí como mi manera de empezar. Peor sería que yo sintiera que ese disco es mejor que Plata. Estaría en un problema. Tampoco siento que fuera mejor a los 20 años, en ningún aspecto. Solo en que no me dolía la espalda, nada más. Solo era más joven, pero realmente no siento que haya sido un tiempo mejor. Yo no soy muy nostálgico, en general, soy una persona que vive pensando en el futuro y no en el pasado. Y en este período de trabajo, en el que tuve que revisar todo lo que hemos hecho, no extrañé nada.
Tocaron en el Cosquín Rock 2025. ¿Te gusta participar de esos eventos?
Fue hermoso. Tocamos en un horario lindísimo, tipo 20:30 en el escenario B, que estaba hasta las tetas. Había un montón de personas, 6.000 o 7.000. A mí me gusta tocar en esos lugares; invitamos al Enano, a Martín Quiroga, fueron los tambores, lo hicimos bien.
En los festivales se dan otras dinámicas que no suceden en los shows propios; hay mezcla de géneros musicales, de generaciones.
Sí, hay mucha camaradería. Hay gente a la que solo ves ahí y en los Graffiti. Hay personas que me caen bien, que quiero y con las que tengo buena onda, pero no la suficiente para invitarlos a cenar. Entonces los ves ahí y te ponés contento.
La banda está cumpliendo 20 años. ¿Cómo lo están viviendo?
Lo estoy viviendo con mucha emoción. Hay algo de mirar el camino recorrido, de valorar mucho lo que logramos. Porque no solo estamos cumpliendo 20 años, sino que los estamos cumpliendo haciendo el show más grande que hayamos hecho, llegando a un lugar al que siempre quisimos llegar. No es una celebración recostada en lo que hicimos para atrás, sino que es una apuesta para adelante. Eso por un lado, y por otro lado, ayer me reencontré con Santi Peralta, con quien vivimos un montón de cosas, y eso es muy lindo. También con Laura Gutman, que tocó años con nosotros. Va a venir otro músico con el que tocamos mucho, y hay algo ahí que yo valoro de cómo ha pasado el tiempo.
Pero vuelvo a eso, a lo que tenemos hoy. No es reencontrarnos con ellos y pensar en todo lo que perdimos, sino poder disfrutar de esto que tenemos, que es un montón. Hacer un Teatro de Verano es una cosa muy difícil; es un privilegio que muchísimos artistas buenísimos no tienen porque las condiciones de su público no alcanzan. Nosotros tenemos esa bendición y esa suerte, y también es algo que construimos con mucho esfuerzo, porque 20 años son un montón de días. Todos esos días seguí creyendo, solo dos días en 20 años me fui a la cama pensando que no lo iba a hacer más. El resto de las veces me fui a la cama teniendo días durísimos en los que todo salía mal, y dije: "Mañana empezamos de vuelta". Eso también es lo que celebramos, la tozudez. El no habernos bajado.
¿Te ves 20 años más en Los Problems?
Creo que mientras logre hacer andar la máquina voy a seguir, yo tengo una libertad creativa absoluta en esta banda. No hay nada que yo no pueda hacer, entonces no necesito irme a ningún lado para trabajar en lo que quiera. Si yo mañana propusiera hacer un disco de tango, creo que me la llevarían. Yo no concibo hacer otro proyecto porque este colma mis expectativas artísticas; no necesito otra cosa. No me debo a nadie cuando trabajo, hago los discos que quiero y los que logramos hacer con mis compañeros. El resultado siempre está entre lo que uno desea y lo que uno logra. Pero a mí nadie me dice si hacer una u otra cosa por ser del estilo de la banda o no. La banda tiene una libertad de hacer exactamente lo que quiere, y tenemos cinco discos que lo demuestran. Canciones que no se parecen en nada entre sí, si las ponés todas juntas, hay de todo. Eso es lo que hace que yo no tenga necesidad de irme. Hay bandas en las que, por su naturaleza, si tenés ganas de hacer otra cosa es mejor que te muevas, porque son bandas de género o lo que sea, pero yo no. Esta banda no tiene ningún género musical, es una banda de canciones. Las canciones que yo encuentro son las que hago, no necesito irme a ningún lado.
Tocan el 29 de noviembre en el Teatro de Verano. ¿Cómo lo están preparando?
Lo estamos preparando con demasiado esfuerzo, lleva muchísimo trabajo hacer un Teatro de Verano. Más del que yo imaginaba, que sabía que iba a ser mucho, pero es todavía más. Lo estamos llevando bien, estamos cansados, pero contentos. Falta un montón para las personas que nos van a ir a ver, pero para nosotros no falta nada. Ya estamos en la recta final de ensayos, ya está todo el mundo nervioso. Entramos en territorio de histeria y agotamiento, y eso solo va a ser peor de acá al Teatro de Verano. Pero estamos muy contentos, porque ya se vendió muchísimo. Para cualquier otro show de Los Problems estaríamos locos con la cantidad de entradas que vendimos, pero el tamaño del teatro hace que igual intentemos vender más. Aun así, nunca habíamos vendido tantas entradas como vendimos para este show. Estamos muy copados con eso. El espectáculo que estamos armando es la cosa más linda de la vida, es el show de nuestros sueños. Realmente fue construido pensando en cómo querríamos que fuera la noche perfecta. De verdad lo trabajé así, esa fue mi premisa. Cómo sería mi noche perfecta: en el Teatro de Verano, tocando con estas personas estas canciones. Estamos a 29 días de cumplir un sueño y eso es un montón. Todo parece indicar que va a suceder.
Por Catalina Zabala
catazabalaa
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]