Documento sin título
Contenido creado por Catalina Zabala
Música
Montevideo despierta

Chane Pérez, de Niña Lobo: “A veces es extraño ser una banda en Uruguay”

La artista conversó con LatidoBEAT sobre el lanzamiento de su nuevo álbum y la evolución del grupo en los últimos años.

31.10.2025 14:28

Lectura: 7'

2025-10-31T14:28:00-03:00
Compartir en

Por Catalina Zabala
catazabalaa

Niña Lobo comenzó como una banda de amigas. Los ojos curiosos de la juventud les dieron la sensibilidad que necesitaban para empezar, y su vínculo hermano las convirtió en una manada. Crecer juntas y crear a la par. Observar la ciudad montevideana que las resguardaba y plasmarla en sus letras. Eso fue lo que hicieron desde 2019 hasta hoy, seis años de trabajo que les permitió lanzar dos álbumes de estudio. El primero, Lo que duró la vida de alguien (2021). El segundo, Montevideo despierta (2025), que vio la luz el pasado 23 de octubre y propone evolución. 

Andrea "Chane" Pérez analiza estos seis años de banda con un cariño fuerte. Porque para ella, el camino recorrido es la causa última de lo que Niña Lobo es hoy. Desde la escena under de Montevideo hasta el show de Emilia en el Antel Arena el pasado 2024, la banda ha sabido pasar por escenarios de índole muy diversa. Saben cuáles son las posibilidades que la música ofrece. Conocen las diferentes maneras de entenderla, y aprenden de todas ellas. 

Montevideo despierta se encuentra recién salido del vientre. Sus creadoras, aliviadas, viven el lanzamiento a través de una etapa que Chane describe como "placentera". En conversación con LatidoBEAT, contó que el proceso creativo fue "extenso, bello y revelador en muchas cosas". Lo presentan en vivo este 2 de noviembre en el Festival Indieween.

Este 23 de octubre lanzaron Montevideo despierta (2025), su segundo álbum de estudio. ¿Cómo lo están viviendo y cómo fue su proceso creativo? 

Nos agarra muy felices. Cansadas también, obviamente. Pero es ese cansancio bueno, como cuando vas a nadar y te queda el cuerpo agotado pero estás contenta. Satisfechas y aliviadas de entregarlo, es una sensación muy placentera. El proceso creativo fue largo, fueron varios años, y tuvimos que entender un montón de cosas sobre lo que estábamos haciendo para poder hacerlo. Trabajamos con Mariano Gallardo en la producción artística, y Ceci Simón tocó la batería en este disco. Eso también hizo que cambiáramos la manera de hacer un montón de cosas; cómo componíamos, cómo pensábamos los arreglos. Fue un proceso extenso, bello y revelador en muchas cosas.

¿Qué cambios hubo en cuanto al método de trabajo en comparación con Lo que duró la vida de alguien (2021), su primer álbum? ¿Marca una etapa de la banda?

Marca una etapa, seguro. Es un sonido nuevo, una imagen nueva. Lo discutimos mucho y le dimos varias vueltas para ver bien a dónde queríamos ir, el segundo disco siempre tiene eso. Hiciste el primero, dijiste un montón de cosas, ¿qué querés decir ahora como banda? Seguro marca una etapa. Con el primer disco pensábamos que 10 años después nos íbamos a ver inmaduras en un montón de cosas. Creo que la diferencia más grande que hay en relación al disco anterior es que nos hizo madurar mucho. Estamos más adultas en todo; en el sonido, en la portada, en todos los aspectos. Es un reflejo bastante fiel de nuestra vida y de la madurez que ganamos en estos años, por más chiquito que sea el escalón.

Cortesía de producción

Cortesía de producción

Empezaron la banda siendo muy chicas, y a veces el criterio artístico puede cambiar. ¿Se siguen sintiendo identificadas con las canciones de todas sus etapas? 

Sí, creo que a medida que pasa el tiempo entendemos mejor todo lo anterior y lo podemos querer más. Cuando sos adolescente y te acordás de las cosas que hacías de niño capaz que sentís un poco más de cringe, por ejemplo. Pero ya cuando sos adulto, todo eso te genera mucha compasión y te conmueve. Me parece que nos pasa lo mismo al ver todo lo que hicimos en estos años. El inicio en 2019 nos generan un montón de emoción. No lo negamos en lo más mínimo, es parte y siempre va a ser parte de quiénes somos.

Siempre fueron reflexivas en cuanto a la ciudad de Montevideo. Está muy presente en sus letras, y hoy da título al álbum. ¿Qué significa para ustedes? ¿Cómo impactó en su música?

Creo que son esas cosas que uno entiende en la medida en que va haciendo, notás que tenés temas recurrentes. Creo que lo montevideano y la música uruguaya está presente en nuestro corazón, y de alguna forma u otra se va filtrando. A veces es un poco más abstracto o emocional quizás, o se lee en referencias como "Jaime R.", una canción del disco anterior. Este álbum tiene un montón de cosas del sentir montevideano, que no es lo mismo que el sentir uruguayo. Cada departamento tiene su peculiaridad. Pero sí, nos importa mucho, nos contiene, nos atraviesa. No sé si fuimos conscientes siempre de lo atravesadas que estábamos por la ciudad, incluso haciendo este disco. El nombre no fue lo primero que apareció, fue de las últimas cosas y reordenó todo. Pero la ciudad dentro de las canciones ya se había manifestado antes de que apareciera el nombre. Creo que no es tanto una decisión consciente que esté presente, pero sí el resaltarlo.

Cortesía de producción

Cortesía de producción

Hoy en día el internet y las plataformas permiten un mayor intercambio e influencias a nivel global. ¿Ven esta consciencia de lo nacional en muchos artistas jóvenes? 

Yo creo que sí, lo ves en distintas personas. Facu Balta o R Flakkkk para mí son muy uruguayos. Aunque hagan trap, que capaz es una música que asociamos a otras culturas, sí hacen referencia a un montón de cosas que tenemos como país. Creo que eso siempre está, quieras ocultarlo más o menos. Me parece que nos atraviesa a todos y sucede en diferentes géneros musicales.

Fueron teloneras en varios shows, desde Emilia hasta No Te Va Gustar. ¿Cómo viven esas experiencias y el intercambio con artistas de estilos diferentes?

Sí, a veces es extraño ser una banda en Uruguay. Capaz obtenés una oportunidad muy especial y extraña como esas que mencionás, en escenarios que no accederías normalmente. Adaptar un show a las condiciones técnicas de ese lugar es algo muy exigente, porque actuás en recintos grandes. Por otro lado está la realidad de tu banda, cuál es tu circuito, en qué salas tocás y con qué colegas te llevás en el día a día. Son mundos distintos, y nosotras hemos tenido la suerte de tocar en varios de ellos. Dialogan todo el tiempo, y al final lo que pasa la mayoría de las veces es que la música conecta a un montón de gente. Capaz que hacés un género muy diferente, pero también te entendés en ese oficio de lo sacrificado que puede ser. No sé si sacrificado, porque es una palabra fea y con mucho peso para mucha gente; pero entregado, al menos.

Cortesía de producción

Cortesía de producción

Niña Lobo comenzó como una banda de amigas, y sus letras están muy influenciadas por sus experiencias personales. ¿Cómo es la dinámica de trabajar juntas desde la amistad, y cómo fue cambiando a lo largo de los años?

Se fue dando y lo fuimos resolviendo con el tiempo. Empezamos a entender cómo llevarnos y las sensibilidades de cada una dentro de lo musical. Eso me parece que no es algo que esté hecho, es un proceso constantemente en construcción. Sí creo que hemos aprendido cómo discutir, cómo conversar, básicamente a ensayo y error.

¿Cuáles son sus próximos shows en vivo? 

Vamos a estar en el Festival Indieween ahora el 2 de noviembre, un festival independiente precioso en Durazno y Convención. Después, el 7 de diciembre vamos a estar en la Sala del Museo con Barbi Recanati. Ambas fechas van a ser bien distintas una de la otra, pero las dos muy buenas propuestas.

Por Catalina Zabala
catazabalaa