Por Ivonne Calderón | @malenamoon13
La construcción de la identidad gótica también se forma a través de los oídos. Esta cultura ha encontrado en la música el caldo de cultivo de una manera particular de entender la vida y el arte desde lo trágico, lo melancólico. Sus raíces musicales se hallan en el post-punk y el new wave, género surgido a fines de los 70 y comienzos de los 80 como señal de ruptura con la crudeza, la rabia y la politización del punk, que acabó siendo cooptado por la moda mediática.
La industria se valió de bandas como los Sex Pistols y Ramones para enriquecerse. Sin embargo, el punk, que combinaba las perspectivas oscuras del decadentismo y el romanticismo, fue fundamental en la aparición del movimiento gótico. Esta nueva música experimental se empezó a distinguir por letras melancólicas y sonidos melódicos y ambientales que supieron ser sublimados por Bauhaus, el primer grupo gótico de la historia que debutó con su icónico sencillo "Bela Lugosi´s Dead" en 1979 y sin la cual no existiría lo que ha pasado a la historia como rock gótico.
En cualquier caso, no fue hasta después del suicidio de Ian Curtis, vocalista de Joy Division, que se acuñó el término “gótico” para referirse a esa nueva apuesta musical y lírica devenida del new wave. Y aunque Curtis no fundó directamente lo que hoy se conoce como rock gótico, sigue considerándose una figura clave. Su voz atormentada, sus letras oscuras sobre la desesperanza, la muerte como forma de exploración filosófica, la soledad y la inacabada lucha humana interna, han sido pilares de las formas estéticas y temáticas de este género. The Cure, Bauhaus, Sisters of Mercy, Siouxsie & the Banshees, Velvet Underground, por mencionar algunas bandas, son parte de esa nueva búsqueda musical y estética. Arreglos dramáticos, melancólicos, sonidos profundos y sombríos en tonos menores, la tristeza: toda una experiencia sónica que se trasladó del viejo continente –puntualmente desde Londres– hacia América del Norte y hacia nuestros países latinoamericanos.
Los fenómenos culturales viajan, se transmiten, se adaptan. Discos que fueron traídos desde tierras lejanas circularon en las escenas underground de América Latina. Sin Murphy de Bauhaus y su apuesta por un sonido oscuro y opresivo probablemente no hubiese surgido el rock gótico del Uruguay post-dictadura. No en vano la acogida que tuvo en Montevideo en 2013, en el marco de la gira que celebró los 35 años de su banda.
Borgia, la banda uruguaya liderada por Leonardo Pace, es parte de ese proceso de transferencia cultural. No obstante, antes de su surgimiento en 2010, en el Uruguay de los años 80 ya se había conocido el rock gótico. La música de aquellas bandas británicas se filtró a través de discos importados que llegaron desde Brasil, Chile y Argentina. En el caso de Uruguay, RRRRRRR fue la primera agrupación de este tipo, y en 2012 celebró sus 25 años con una serie de shows justo el Día de Muertos. Luego vendrían bandas como Fixion, formada en Montevideo en 2001, también de Gothic Rock. Así que, si de Uruguay y su capital se trata, el movimiento gótico crece, quizá no al mismo ritmo de otros países de la región, pero con una constancia que se refleja en comunidades como “Uruguay Gótico”, activa en redes sociales. Hoy por hoy diversos eventos culturales ayudan a que se visibilice más la cultura gótica. La escena sigue creciendo.
De hecho, Borgia, la banda uruguaya de género oscuro, ofreció un recital la noche del pasado 13 de diciembre. Inició interpretando “Ultramar”, el primer tema de Espectral (2024), su más reciente disco, producido por el artista y músico uruguayo Max Capote y con arte de tapa de Guillermo Laborde (Corvis). Las cortinas rojas del escenario de El Chamuyo se abrieron sutilmente para recibir a Leonardo Pace, el vocalista. Apareció con ojos delineados que recuerdan a Robert Smith de The Cure, y vestido de negro y cuero, entre la guitarra distorsionada de Germán Alcoba, la batería de Ruben Laner, el bajo profundo de Gustavo Dreier y el teclado de Aníbal Porras, su nuevo integrante.
Del otro lado, un público en penumbra aguardaba la versatilidad de su voz, sus agudos sorprendentes, sus guturales, y la teatralidad que Pace pone en juego con la soltura de su cuerpo. Según él, “tenés que meterte en la canción y actuarla”. Una vocación performática que recuerda a Curtis de Joy Division. Aunque Borgia no solo recoge la influencia de esta banda británica y otras de rock gótico, sino de Depeche Mode, Soda Stereo, Héroes del Silencio, por mencionar algunos.
Fundada en 2010, Borgia fusiona influencias del darkwave, rock gótico, electro-dark y synth-pop y es hoy una de las bandas más destacadas de la escena under del rock uruguayo. Bebiendo del amplio legado del post-punk, Borgia incursiona en sonidos y melodías experimentales de estilo ambient características del darkwave, con sintetizadores que producen atmósferas oscuras, etéreas e introspectivas, cultivando así un estilo sónico sombrío y a la vez romántico, que además se ve reflejado en las letras de sus canciones. No hay duda, el elemento lírico es un asunto central para la banda, pues lo gótico implica una mirada poética, una forma peculiar de ver el mundo, de observar las cosas, sostiene Pace. Para él, “la poesía es magia, porque uno quiere descubrir lo que hay detrás de cada verso”. Las letras de esta banda uruguaya, compuestas en su mayoría por Pace, profundizan en la muerte, la experiencia religiosa, lo mágico, la eternidad, el amor y el desamor, el sexo, con un tono claramente existencialista y melancólico propio del gótico romántico. Las composiciones parten del influjo literario que han tenido autores como Nietzsche, Lovecraft, Poe y Horacio Quiroga en su vocalista.
Con la línea de bajo de “Eternidad”, y entre una espesa nube de humo y luces azules titilantes, Pace contó al público la angustia que implica la reflexión sobre lo eterno; un misterio. Lo hizo acompañado por el viento estival que se coló por la ventana que da a la calle Juan Carlos Gómez, en cuya esquina se yergue, portentoso, el Palacio Gómez con su estilo neo-gótico. Tras esa atmósfera hipnótica instalada por los sonidos envolventes, la profundidad poética del vocalista y el trance de su cuerpo en escena, la banda irrumpió con “Levian”. Sintetizadores contagiosos que provocaban el baile, batería resonante dispersada entre el humo blanco, y una lírica que sugiere, que propone. Una letra oscura sobre el amor y el deseo.
Foto: Cristian Montes de Oca
Entonces Pace cerró la canción destapando un vino espumante, rosado, en medio del frenesí del espectáculo, de su profundidad. La espuma en sus manos, el público aguardaba en silencio como presintiendo que algo iba a decir. Antes de que interpretara “Oscuridad”, tema hit de la banda, dijo: “La poesía siempre es fruto de la tormenta”. El show cerró con “Sangras”, canción de su primer álbum. Pace, al borde del escenario, entonó: “A ver si sangras tanto como yo/mis ojos mueren al despertar/seré un Cristo el resucitar/te quise tanto, pero al final/lo que fuimos se va”. La noche se tornó lenta, suave, mucho más melancólica.
Profano (2010), el disco debut de Borgia, apareció antes de que se presentaran públicamente en escena. Luego vinieron los recitales por la recepción positiva que tuvo entre el público. Diez años después lanzaron su segundo álbum, Noches de Magia (2020), que los convirtió en una de las bandas más representativas de la música oscura en Uruguay. No en vano su nombre proviene de aquella leyenda negra de la familia noble española de los tiempos renacentistas (la casa de los Borgia), conocida por sus entresijos políticos, intrigas, asesinatos y escándalos. En octubre de 2024, Borgia presentó Espectral, su tercer disco, que desde entonces ha generado una ola de críticas favorables para su proyecto artístico, enriquecido con la llegada de Porras a los teclados. La banda ha compartido escenario con agrupaciones como Fixion en la tarima del Montevideo Music Box. Ha hecho conciertos en Argentina, y hoy completa un sin número de presentaciones en las que sigue poniendo en juego una performance que hace memorables sus espectáculos.
La banda se presentará mañana 20 de diciembre a las 21 horas en la Sala Zitarrosa, en el marco del espectáculo multi artístico y programa de radio en vivo “Rock al Rock” que celebra sus veinte años. No hay duda, la música, la puesta en escena y las letras hacen de Borgia un proyecto musical que promete. Talento uruguayo en una ciudad como Montevideo, que por momentos se nos antoja gótica, oscura.
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