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Música
Dumb & Poetic

“Man´s Best Friend”: el juego irónico de Sabrina Carpenter detrás del encaje y color rosa

La estrella pop lanzó su séptimo álbum de estudio en clave de narradora infrasciente.

02.09.2025 16:20

Lectura: 8'

2025-09-02T16:20:00-03:00
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Por Catalina Zabala
catazabalaa

Man´s Best Fríend: “El mejor amigo del hombre”. Cuando escuchamos esta frase, pensamos en un perro. En la imagen, una chica joven de melena rubia en cuatro patas protagoniza el plano. Una golden retriever. Del lado izquierdo, asoma un hombre de pie vestido de traje. Su cara no se ve, porque es lo que menos importa. Le tira del pelo a su protagonista, pero esta parece disfrutarlo. Como si de una correa se tratara.

La portada de Man´s Best Friend (2025) de Sabrina Carpenter, lanzado el pasado 29 de agosto, vio la luz el 11 de junio y despertó críticas en todos lados. Era misógina, promiscua, atrasaba. Calificar a Sabrina Carpenter de machista es el camino más sencillo: letras hipersexualizadas, outfits reveladores en los shows, seducción en todas sus formas. Todo su universo parece girar en torno a los hombres. A través de un claro trabajo de rebranding comercial, Short N Sweet (2024), su álbum previo, jugó con lo erótico de la inocencia y la femenidad. Fue un éxito en ventas y la posicionó como una de las estrellas pop más famosas del momento, cuando en verdad lleva siete álbumes de estudio y más de 10 años de carrera musical. Una muy reducida al público estadounidense y las consecuencias de ser una chica Disney, hasta 2024 y su Short N Sweet. Color rosa, encajes, pijamas aniñados. Picardía y doble sentido en cada verso de sus canciones.

En respuesta a las críticas, Man´s Best Friend tuvo un par de portadas más. En una de ellas, posa en el centro de una mesa llena de hombres trajeados, y otra vez, solo se ve su rostro. Perdida entre hombres. Disfruta su atención, pero se la ve aturdida. Sabe que se tiene que ir, pero no termina de hacerlo.

Lo atrevido es un acierto en términos de clics. Invita a mirar más. Y cuando se la mira más de cerca, se descubre que la originalidad de Sabrina está en la capacidad de satirizar al género masculino aparentando lo contrario. Logra ironizar aquello que, al mismo tiempo, parece disfrutar. Lo que cuenta con imágenes lo desdice con palabras. ¿Por qué funciona? El giro novedoso está en su premisa: colocarse a sí misma en un lugar infrasciente. El oyente entiende más que ella, o es lo que aparenta. En Man´s Best Friend, su autora cuenta que su inocencia es una herramienta de seducción, o de supervivencia. Que sabe perfectamente a lo que se expone, y que al final, lo sufre. Man´s Best Friend no es una historia de amistad ni de romance que se concreta. Pero tampoco de ruptura, sino de patrones repetidos. La propia carencia como el peor de los enemigos.

El villano ya no es el hombre de turno, es ella misma por buscarlo.

Lo anunció también en junio, con “Manchild”. El primer tema del álbum. La canción no puede ir separada del videoclip que la acompaña, son dos partes de un discurso. La letra lamenta su mala suerte con los hombres, es una mujer desgraciada que solo atrae a hombres inmaduros. ¿Pero qué muestra el video? Ella hace dedo en la ruta; está, literalmente, perdida. Sale con hombres muy dispares entre sí y con la propia Sabrina, que no saben encender un auto o fumar un cigarrillo sin que algo explote. Las famosas red flags son clarísimas para el espectador, pero ella las ignora. Porque con el vacío que la sofoca, su aparente inocencia es, otra vez, un instinto de supervivencia. Lo que hace y lo que dice no concuerdan. Al final, se baja de un auto y se sube a otro. Cambia de dirección en la ruta. Que sea la primera canción del álbum no es casual, es un anuncio de lo que viene. En Man´s Best Friend lamenta su propia naturaleza. Quien se queda en el lugar del perro es ella misma.

AFP/ Kevin Winter

AFP/ Kevin Winter

Con “Tears” hace lo mismo pero a la inversa. Tiene miedo, se pierde a sí misma, le quitan la ropa y la obligan a hacer pole dance. Pero en la letra, es ella quien se desespera por un encuentro sexual con el hombre a quien le canta. Es la artífice de sus propios problemas. La arquitecta de un mal edificio al cual habitar, con la ironía siempre en primer plano. También vuelven los guiños a los clásicos, típicos en ella. En una atmósfera de terror, casas embrujadas y coreografías grupales que recuerdan al Michael Jackson de “Thriller” o a Psicosis (1960) de Hitchcock, propone sátira total.

Otro fuerte de sus letras es la claridad y lo cotidiano de sus imágenes, se identifica cualquiera. En “Nobody´s Son”, “acá vamos de nuevo, llorando en la cama, qué sentimiento familiar”. Reniega de ello, pero en el fondo, es su zona de confort. “Todas mis amigas enamoradas y a mí me llaman para hacer el mal tercio”. Ella no quiere un amor sano. Ella elige, libremente, la posición del perro de la portada.

Todos estos planteos van más allá, por supuesto, de la vida personal de la cantante. El álbum no es el diario íntimo de su vida (o sí), sino de las dinámicas que se repiten entre ambos sexos. En nuestra manera natural pero enfermiza de relacionarnos. Todos la criticamos, y aún así, la perpetuamos.

El sonido del álbum emana nostalgia, lo vintage siempre le gustó. Canciones como “Nobody´s Son” o “Goodbye” tienen un punto Abba difícil de ignorar. No es casual que desde hace varios meses se hable de un posible rol protagónico de Sabrina en la tercera entrega de Mamma Mia!, y los guiños al respecto vienen cada vez con más frecuencia. Con un evidente sabor a estrella de pop, en el álbum también hay sonidos country y R&B. Este coqueteo con el siglo XX también está en su imagen. Melena rubia con rulos perfectamente formados, vestuarios de lencería de los 50 y trajes, y guiños constantes al cine más clásico en sus videos, desde Hitchcock hasta Tarantino. Parecen trailers de películas viejas. En este álbum, los únicos dos videoclips disponibles lo emanan claramente: “Manchild” y “Tears”.

Sea en un álbum u otro, Sabrina cuenta cómo son las dinámicas del enamoramiento heterosexual desde la perspectiva femenina en nuestro siglo. Relata cada sensación en carne propia. Critica a los hombres, pero tampoco se desprende de ellos. Los presenta como una droga que lastima, pero que como toda droga, es difícil de dejar.

No se ve solo en su música propia, sino también en la elección de los covers que hace en vivo: elige siempre clásicos que refuerzan la misma idea. Y por supuesto, Abba está presente. “Mamma Mia”, de la agrupación sueca o “It´s Raining Men”, de The Weather Girls, son algunas de las piezas que ha seleccionado en diferentes conciertos para reversionar. “Acá voy de nuevo. ¿Cómo resistirme a tus encantos?”. El problema está en mí, y por ahora no lo quiero cambiar.

Los temas que terminan de afirmarlo en Man´s Best Friend son “When Did You Get Hot”, “Go Go Juice” o “House Tour”. Porque se acerca el final de la historia que ella cuenta, y advierte que el ciclo se va a reiniciar. El patrón tóxico se repite. Superó la angustia que le generaba el hombre de turno, pero no supera a este patrón. Sea a través del deseo de un hombre conocido en quien no se había fijado, el alcohol como excusa consciente para el coqueteo o una invitación provocativa, las tres canciones anuncian que no está curada. Que la historia se repite. Porque también en “Goodbye”, donde sí hay una aparente sanación, las contradicciones siguen presentes si se escucha con atención.

Man´s Best Friend relata de manera irónica y humorística un proceso de entendimiento. Con una búsqueda más clara de profundidad logra ir más allá que Short N Sweet, que se quedaba en el placer de la conquista. Por eso, funciona como una excelente parte dos: sufre las consecuencias negativas de la cacería masculina que contaba en el primer álbum. Aunque la primera impresión lleva a pensar que tiene un target masculino, la realidad es muy lejana. Tampoco se trata de lo opuesto, sino de una jaula con la puerta abierta. Puede salir, pero por ahora no quiere.

Su complicidad solo pertenece al público femenino: invita a reírse de las propias fallas, a no ser tan dura con una misma. La burla a la dinámica heterosexual entre hombres y mujeres es el centro de su imaginario. Genera empatía, porque a través de sonidos pop livianos y canciones sobre chicos, invita a mirar hacia adentro y entender que hay partes de dolor que elegimos libremente volver a atravesar. Revivirlo de manera incesante por temor a reinventar.

Por Catalina Zabala
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