Documento sin título
Contenido creado por Sofia Durand
Teatro
No es cine, es teatro

“Chica Almodóvar”: la intensidad y el desborde emocional sobre las tablas

Irene Brusoni y Jesica Maiori Assad, directoras de la saga teatral, hablan sobre el proceso creativo y el trabajo en equipo.

07.08.2025 15:49

Lectura: 11'

2025-08-07T15:49:00-03:00
Compartir en

Por Sofía Durand Fernández
sofdurfer

El dolor de Cecilia Roth en Todo sobre mi madre (1999). El despecho de la Maura y su receta de Gazpacho en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). El síndrome de Estocolmo de Victoria Abril en ¡Átame! (1989). El coraje de torera de Rosario Flores en Hablé con ella (2002). 

Todas ellas, sus historias y el lente bajo el cual Pedro Almodóvar las captó sirvieron de inspiración para Chica Almodóvar, una saga teatral de tres episodios creada por la compañía de mujeres Rosas del Melodrama. 

Desborde e intensidad: así la describen Irene Brusoni, directora del primer episodio, y Jesica Maiori Assad, directora del segundo y tercer episodio además de ser parte del elenco. 

Se pueden ver por separado, no hay una exigencia de continuidad, aunque las tres forman parte de una historia mayor. Cada jueves de agosto se puede elegir cuál ver: "La increíble fortuna de nuestra esperanza" (Episodio 1), “El misterio del ángel caído” (Episodio 2), o “La sentimental ruta del policía Smog” (Episodio 3). 

Las entradas se pueden adquirir aquí

Cortesía de la producción

Cortesía de la producción

¿Cómo nace esta saga?  

Irene Brusoni (I.B.): La saga arranca como una obra teatral. Jessi y Agus, que es otra de las actrices, iban a presentar un libro de María Eugenia Trías, que es quien escribió las tres obras. En la presentación de ese libro empezó a surgir el espíritu de estos personajes y mediante charlas y encuentros de las tres, comenzaron a crear el texto de la uno. Después el equipo se fue a formando de a poquito, y una vez que teníamos esta obra, que la estrenamos y la disfrutamos tanto, no nos queríamos despedir de los personajes, entonces seguimos con la saga. Surgió por las ganas de seguir trabajando con estos personajes.  

¿Es un desafío plasmar en escena un texto escrito por alguien más?  

I.B.: Como todo para nosotras, fluyó mucho. Siempre es un desafío, porque una nunca sabe cómo se van a dar las cosas, pero la verdad es que fue sencillo desde la forma más linda posible y desde el primer momento. Al trabajar las cinco en conjunto, no se sabe mucho cuándo empieza el trabajo de una y cuándo termina el de la otra. Entonces, en ningún momento me sentí sola en la dirección. Los roles están para ordenar y colaborar, pero en realidad estamos todas haciendo todo constantemente.  

Jesica Maiori Assad (J.M.A.): Crear con estas cuatro mujeres es hermoso, es de las cosas más lindas que me han pasado en la vida. Las admiro muchísimo, son actrices, son diseñadoras y son dramaturgas, entonces desde esa confianza y amor las cosas pueden nacer con mucha más fluidez. No hay tranca, sufrimiento o autoexigencia de querer que todo salga perfecto. La creación que nosotras hemos hecho en estas tres obras de teatro fue pura expansión de juego. Siento que no es cotidiano, por lo menos por otros procesos artísticos que he tenido. Si bien el arte es hermoso, también ha tenido otras dificultades u otras exigencias por lo menos desde mi persona. Crear con ellas fue muy hermoso.

¿Qué relación tienen con el cine de Almodóvar y el arquetipo de chica Almodóvar?  

I.B.: Lo que observamos para crear estas historias han sido a esas actrices y a esos personajes femeninos que Pedro Almodóvar elige. Todas nos sentimos muy identificadas con esa intensidad y también con cómo él las dirige, hay una particularidad en esto del desborde que ellas manejan que nos representa mucho. La forma que tiene Almodóvar de contar las historias nos representa desde lo emocional, sobre todo.  

J.M.A.: La intensidad, el desborde del amor y la estética almodovariana va muy de la mano con lo que nosotras hacemos, disfrutamos mucho de poner ese guiño. No pasa desapercibido, no creo que alguien que vaya a ver nuestras obras diga: “Meh, bueno”, o la amás o un poco nos odias porque no coincidís con nosotras en absoluto, y está bien, es parte de la vida. Pero nos gustan un poco los extremos a nosotras, no somos del equilibrio. 

Cortesía de la producción

Cortesía de la producción

Jesica, vos no solo actuás, además dirigís el segundo y tercer acto. ¿Cómo compaginas esos dos roles? 

J.M.A.: Como decía Ire, al trabajar tanto en conjunto nunca sabemos dónde empieza y termina el rol de cada una. Obviamente hay decisiones que las tomo yo, pero estamos jugando: yo salgo de escena, ellas hacen de mí, vemos la espacialidad del lugar a ver si quedamos centradas o no. Me parece que eso es lo más desafiante y lo más divertido. También es lindo estar por fuera, pero estar adentro. En esto de que se nos desborda el amor, las ganas por actuar, los colores, la intensidad, también se desborda eso de querer estar adentro, afuera, en el centro, en el medio: quiero estar en todos lados. Agus, que es nuestra compañera de actuación, también está en la parte de sonido. Entonces todas estamos pensando en diferentes cositas. 

I.B.: Eso de que nunca te sentís sola me pasó con el episodio. Esa actitud de libertad y convivencia para dirigir hace más sencillo que puedas salir y ver algo porque te sentís muy acompañada desde la escucha y saber que se va a aceptar la propuesta que digas. En ese sentido es bastante sencillo.  

J.M.A.: Es difícil y sencillo. Nos sentimos sostenidas, y eso es lo más importante.  

Es un equipo integrado exclusivamente por mujeres.

J.M.A.: Juramos que es casualidad. Aunque las casualidades pensamos que no existen, yo entiendo que son causalidades, pero no fue algo buscado. Somos cinco mujeres que hemos compartido otros tipos de procesos y formación. Fue desde esa mirada compartida que tenemos del arte y del teatro que nos fuimos uniendo. En la dos y en la tres tenemos un compañero, que es Julián, y a Vale, somos siete. Milena es quien hace la parte de comunicación. Somos un grupo un poco más grande, pero la parte troncal somos nosotras cinco.  

¿Cuál es el núcleo que une a todos los episodios?  

J.M.A.: Yo creo que en los tres episodios pasa algo que no se espera. En la uno es un poco más descontrolado todo, en la dos y en la tres es más lineal, pero de repente pasa algo que decís, “¿qué?”. El factor sorpresa es el núcleo de las tres obras. 

I.B.: Un poco la sensación de que puede pasar cualquier cosa. Sobre todo la uno es una gran representación de eso: pensás que la historia está yendo para un lado, ellas te hacen una confesión de algo que está pasando y vos no te estabas dando cuenta, y decís; “Claro, acá puede pasar de todo”.  

J.M.A.: Eso fue lo magnifico de la dramaturgia de María Eugenia, que cuando nosotras lo leímos, dijimos: "Está re loca". Se nos hizo fácil poder representarlo porque está muy bien escrito, es mucho más fácil levantar imágenes. Más allá de que había desafíos, porque en las tres obras hay otros personajes y los hacemos nosotras, me parece que está bueno y nos divertía mucho poder hacer todos los personajes. Me parece que eso también tiene que ver con el núcleo de la obra: el factor sorpresa y levantar todas las imágenes que puedan llegar a aparecer. 

I.B.: Son todos personajes entrañables. Maru crea personajes con los que es muy sencillo identificarte y por eso es sencillo interpretarlos.  

Cortesía de la producción

Cortesía de la producción

¿Cómo se trae el arquetipo de chica Almodóvar a una esencia rioplatense? 

I.B.: Creo que el teatro hace mucho más sencillo que lo arquetípico pueda coexistir. Al no ser cine, lo teatral te permite otro lugar de expresividad y dramatismo que es lo que le robamos a Almodóvar aplicándolo a la escena latinoamericana, porque también estas chicas viajan a otros lados. Es mucho más sencillo transpolar.  

J.M.A.: En la construcción de un personaje vos no te disocias de él. De acuerdo a tu persona, empezás a agregarle cosas y a sacar alguna que otra tuya, pero en realidad sos vos, y nosotras somos latinoamericanas, no somos españolas, por más que nos hayan colonizado. Es fácil porque viene desde nosotras: la esencia soy yo, no me puedo correr de eso, puedo construir desde mí, no por fuera. Eso es lo interesante: que lo estén haciendo dos uruguayas y una argentina. 

I.B.: Agarramos la parte que consideramos que capta muy bien Almodóvar, que es lo humano; lo humano está en todos lados. Lo llevás a vos porque sos persona y te pasan todas estas cosas, que es lo fabuloso de los personajes arquetípicos: te muestran cosas universales que le pasan a todo el mundo y al llevarlo a vos se convierte en latinoamericano.  

J.M.A.: Lo que le importa al ser humano: el amor, la plata y la vida y la muerte. No hay mucho más.  

¿Qué buscaban lograr a través de la escenografía?  

J.M.A.: La primera está más despojada escenográficamente, son varios monólogos que se entrelazan, entonces lo que hacemos es entrelazar los monólogos con la actuación. Van cambiando de espacio, sin embargo, la escenografía es exactamente la misma, nosotras levantamos esas imágenes con la actuación. En la dos cambia un poco, apostamos un poco más a la escenografía y a la espectacularidad, entonces hay cambios cada vez que cambiamos de espacio. En la tres ya unimos lo que tiene que ver con el cine, intentamos unirlo con lo que es el teatro. Hay un condimento, una parte audiovisual muy fuerte, además de nuestras actuaciones.  

I.B.: Jime Vignolo, que hace la escenografía, logra captar de manera muy clara lo que necesita transmitir la obra desde la escenografía, entonces crea un dispositivo para que la obra pueda plasmarse de manera correcta y así generar esta sensación que traen los textos. La escenografía está acompañando la historia.  

I.B.: La versatilidad que tiene la escenografía. Ves perfectamente el living de una casa y en la misma situación un bar en el centro, eso en realidad es lo magnifico de nuestra amiga Jimena. Nosotras no le llevamos la idea, ella lee el texto y nos trae la idea. No es que nosotras le llevamos nuestra idea, hay algo en este trabajo en conjunto que ella está mucho en el proceso creativo, en los ensayos, en la primera vez que leemos el texto, cuando empezamos a ponerlo en escena. Ella va levantando esas imágenes y trae propuestas.  

Cortesía de la producción

Cortesía de la producción

¿Qué devolución han tenido por parte del público? 

J.M.A.: La primera está hace tres años en cartelera y sigue funcionando. La gente sigue disfrutándola y es el impulso para vean la segunda y la tercera. Les gusta conectar con lo que estos personajes tienen para mostrar. Siento que estos personajes son muy genuinos, apasionados, y están muy conectados con los otros dos. Somos tres personajes que aman estar haciendo eso y se nota en escena. En este mundo que a veces está tan apagado, sentarte en el teatro a ver verdad, vínculos y amor, está bueno. Ver Chica Almodóvar genera un lugar de afloje corporal, es como si te sentarás en el bar o en el living con ellas. No queremos incomodar al público, todo lo contrario.  

I.B.: Somos generosas con el público. Algo que nos dicen mucho es cómo se ve, que es algo muy nuestro y eso lo hace particular. De hecho, muchas veces cuando salimos y la gente nos conoce después de la función nos dice que es como seguir viendo la obra.  

J.M.A.: Nosotras rompemos la cuarta pared en las tres obras, y a la gente le gusta ser parte. No te voy a incomodar porque no tenés que pararte a hacer nada conmigo, pero te hago parte de lo que estoy sintiendo y me está pasando. Me parece que eso es algo particular y generoso con el público, que son seres humanos que también están cansados de la vida y que quieren sentarse a disfrutar un ratito.  

Dado que la primera se estrenó hace tres años, ¿sienten que la saga crece y cambia a la par de ustedes?

J.M.A.: Totalmente.

I.B.: Fue el gran descubrimiento de esta última, nos vino a demostrar y a espejar esto de que hay otra madurez y tranquilidad. Eso se traslada a los personajes, que están en otro lugar distinto en esta entrega.  

J.M.A.: Nosotras somos otras y hemos pasado por diferentes procesos. Si vos ibas al estreno hace tres años atrás y después a la función de ayer, era otra obra. Cambiamos nosotras y nos dejamos transformar por ese paso del tiempo. Una vez que una estrena una obra, se va transformando, porque lo que vos necesitás de la obra es el público, entonces yo soy diferente y el público también. Si te dejás atravesar por ahí, todo se va a ir transformando.  

I.B.: Nos hemos derribado mitos a nosotras mismas en esto de que el teatro es repetición. Nos dimos cuenta de que no, de que el teatro es hacer todas las veces cosas distintas y somos grandes defensoras de hacer muchas funciones porque se termina de armar ahí.

Por Sofía Durand Fernández
sofdurfer