La moda es testigo de los cambios que afronta la sociedad y evoluciona con las transformaciones culturales y la tecnología. Es por eso que la marca Skip decide apostar a este desarrollo, que no solo involucra el cuidado de las fibras con soluciones tecnológicas en limpieza y cuidado, sino que va más lejos al comprender que la ropa es una forma de expresar identidad y que lograr asumirla es parte de una evolución.
Skip alienta a que las personas usen la ropa con libertad, sin limitaciones ni prejuicios, y busca contribuir a un mundo con mayor libertad de expresión al vestir promoviendo una cultura más inclusiva para que todos puedan expresarse y sentirse cómodos a la vez. Es decir, dejar las etiquetas de lado, y que solo existan en la ropa.
“Por esta región del planeta es mucha la censura social con respecto a lo que usa el otro, es mucha la presión que sentimos y mucho lo que escondemos por miedo a la mirada de los demás. Queremos que si los uruguayos y las uruguayas eligen el gris sea por convicción y no porque de esa manera evitan que los miren o los juzguen. Queremos contribuir a que cada uno se anime a usar lo que quiera, que cada persona elija el color que mejor la represente ese día, en ese momento, independientemente de quién mire y, sobre todo, contribuir a una mirada más empática, celebrando la diversidad”, dijo Laura Passano, brand lead de Cuidado del Hogar de Unilever.
En esta línea, Skip realizó un estudio local sobre el vínculo que los uruguayos y las uruguayas tienen con la ropa. Los resultados llamaron la atención al revelar las principales barreras a la hora de vestirse: cuerpos no homogéneos, “no ser joven”, identidad de género y mandatos de género.
“Me gustaría ver más moda para todos los cuerpos”, “me gustaría ver más ropa sin género”, “me siento condicionada por el peso y por la edad”, “mucha gente no acepta lo que al otro le gusta” son algunas de las frases que surgieron de la investigación.
Para el estudio, Skip encuestó en 2021 a 608 uruguayos y uruguayas y realizó 14 entrevistas. La investigación arrojó que el 51% de los encuestados teme usar algunas prendas por la forma de su cuerpo y el 52% por cuestiones de edad. El 58% de los participantes coincide en que la mayoría de los vendedores no están capacitados para tratarlos como les gustaría.
Talleres. Ante estos resultados surgió la interrogante de qué hacer para que los uruguayos y las uruguayas mejoren su experiencia con la ropa y logren manifestar cómo se sienten con ella. Con la ayuda de la Cámara de Comercio y Negocios LGBT de Uruguay y la psicóloga Martina Gadea, Skip organizó talleres para capacitar a trabajadores del rubro de la moda en tres módulos: Diversidad, Atención al cliente: mandatos para vestir en cuerpo, edad y género, y Atención al cliente: Comunidad LGBTQl+.
Los talleres apuntaron a una comunicación inclusiva y a tomar consciencia de las microagresiones que puede haber de vendedores hacia clientes para evitarlas, esas formas sutiles pero dañinas de comportamiento discriminatorio que experimentan los miembros de los grupos segregados. Quienes están más alejados de los estereotipos o mandatos sociales suelen vivir situaciones de discriminación o autodiscriminación. Esta dinámica de talleres promueve un alejamiento de los estereotipos culturales, pensando no tanto en lo que debemos ser sino en lo que somos y queremos ser. El proyecto hace hincapié en la importancia de naturalizar las diferencias, conocerse a uno mismo y aceptarse. De esta forma, será más sencillo aceptar al otro.
Entre los consejos que Skip da a los vendedores está identificar sus propios prejuicios para controlarlos, preguntarle al cliente por su estilo y gustos personales, tener en mente las opciones de talles y diseños para ofrecer prendas acorde, siempre considerar que la ropa no tiene género, y mostrar al cliente nuevas formas de vestir, porque a veces no es que no se anima, sino que no conoce.
Tiendas de moda como Margara Shaw, Rotunda y Urban Haus se sumaron a este propósito por compartir los mismos valores. Los talleres se implementaron —y se planea seguir impartiendo con otras empresas— para las personas que trabajan para estas marcas en la búsqueda por empatizar con cada cliente que entra a los locales, priorizando que se sienta más libre, aceptado y contento. De esa manera, se habrá logrado más que una venta.