Mirador
Casamiento

Vargas y Arechavaleta: una historia de amor intensa y aventurera

Luego de un año de noviazgo, Ignacio y Martina se fueron a vivir juntos a España y regresaron a Uruguay recientemente para celebrar su casamiento

06.01.2022 07:00

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2022-01-06T07:00:00
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La historia de Ignacio Vargas y Martina Arechavaleta es intensa y aventurera. Ambos se conocieron en 2019, en un boliche de Montevideo, por medio de dos amigos en común. El flechazo fue inmediato: al otro día él le escribió y comenzaron a salir. 

Luego de un año de noviazgo se fueron a vivir juntos a España y regresaron a Uruguay recientemente para celebrar su casamiento por civil el 15 de noviembre, en el registro de Ciudad de la Costa, y el religioso el 18 de diciembre, en la capilla María Rosa Mística. 

Entre familiares y amigos se vivió una ceremonia fresca y emotiva, conducida por el padre Nicolás Gastaldi. Apenas la novia cruzó la puerta del brazo de su padre impactó a los invitados con un outfit sencillo pero auténtico. El vestido, diseñado por Alejandra Asplanato, tenía líneas simples y modernas y bordados con pequeños cristales. Conseguir la tela no resultó para nada sencillo. Martina sabía desde un principio qué era lo que quería y comenzó la búsqueda en varias ciudades europeas, sin tener suerte. Finalmente, su mamá y la diseñadora encontraron una tela en Montevideo que, si bien tuvo que intervenirse bastante, acabó siendo lo que Martina soñaba. 

El look se completó con una imponente gargantilla de Flo Pollio, unos broches en composé, un moño bajo por Diego Alfonso y make up sutil de Pepi Filipelli. Para cumplir con la tradición de llevar algo prestado y algo azul, llevó unas caravanas de brillantes de su abuela materna y una piedrita azul, que decidieron bordarla al vestido, prestada por una amiga del exterior que no pudo estar presente. 

Tras la ceremonia, los novios y los invitados se trasladaron al salón Las Caballerizas. Cinzia Bialade y Ana Luisa Villa, tía de la novia, lograron una ambientación descontracturada e impactante con mucho énfasis en el jardín, para que todos pudieran disfrutar de la noche cálida al aire libre. Una de las cosas que Martina más disfrutó de su casamiento fue que su familia estuviera involucrada en los distintos detalles: su tía en la decoración, su mamá en la búsqueda de la tela del vestido, amigos de la pareja en el coro y sobrinos pequeños del novio acercando los anillos. 

Luego de disfrutar de una noche inolvidable, Ignacio y Martina se instalaron en José Ignacio para disfrutar de unas vacaciones compartidas en familia antes de regresar al viejo continente. Sobre la luna de miel aún no hay un destino escogido, y es que, próximamente, la pareja se mudará a Amsterdam, por lo que deberá postergar el viaje de recién casados al menos por un par de meses.