Estilo de vida
El universo de un precursor

Un recorrido por la Galerie Dior de París, el mayor museo de moda de la ciudad

En honor a su historia y fundador, Dior inauguró en París la Galerie Dior, que se convirtió en el mayor museo de la moda de la ciudad; en paralelo, reabrió las puertas de su icónico local en la Avenida Montaigne

27.06.2022 07:00

Lectura: 10'

2022-06-27T07:00:00
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Por Sofía Supervielle

A pocos meses de su apertura, Galerie Dior se convirtió en una parada obligatoria para los amantes de la moda que visitan la capital francesa. Con bocetos originales y documentos de archivo, así como con accesorios y prendas de la colección privada de la casa Dior, muchas exhibidas por primera vez, Galerie Dior intenta perpetuar la memoria de esta maison de moda icónica. Desde el 7 de marzo de este año, esta propuesta se sumó a la lista de museos de moda parisinos, acompañando a los reconocidos Palais Galliera, que recorre la historia de la cultura del vestir desde el siglo XVIII hasta la actualidad; al Museo de Yves Saint Laurent, que honra la historia de la marca y ofrece exposiciones temporales; al Atelier Anne Hoguet, cuyas exposiciones honran, de manera exclusiva, al abanico; a la Ciudad de la Moda y el Diseño, ubicado en un antiguo almacén industrial sobre el río Sena y que ofrece exposiciones temporales sobre las creaciones de los alumnos del Instituto Francés de Moda; y al Museo de Artes Decorativas, que ofrece una colección de 150.000 piezas de moda de los siglos XIII al XXI.

El atelier original de Dior se puede ver a través de un vidrio

El atelier original de Dior se puede ver a través de un vidrio

Sobre la calle François 1er, una fila de gente espera pacientemente para entrar a la nueva atracción del barrio: la Galerie Dior (la entrada cuesta 12 euros y hay que reservar turno en la web billetterie.galeriedior.com). Con 13 salas, que recorren la vida y obra de su fundador, junto a sus distintas fuentes de inspiración y varios diseños icónicos que sin duda influenciaron e influencian la moda, y mucho más, este museo capta el espíritu de la alta costura parisina e impresiona con cada pieza expuesta. Pero la experiencia Dior no termina allí. A pocos pasos, en la esquina con la Avenida Montaigne, también se encuentra el local más icónico de Dior. Es el primero que abrió su fundador, Christian Dior (1905-1957), en 1946. Allí se celebraron los primeros desfiles de la marca, es donde se gestaron las colecciones fundacionales y donde se construyeron los cimientos de una de las casas más emblemáticas de la alta costura parisina. Es tanta su importancia para la moda local e internacional que la galería le dedica una sala entera, donde se puede ver una recreación del atelier y el estudio de Christian Dior. Pero además, para quienes se queden con ganas de ver más, la casa de avenida Montaigne volvió a abrir sus puertas el pasado 11 de marzo, tras tres años de estar cerrada por renovaciones. Por estos días, todavía se forma una fila de unas veinte personas que esperan para entrar, ya que el ingreso de clientes es en tandas y reducido. Esta escena se repite en los locales de otras marcas de lujo en la misma ciudad, como las de Louis Vouitton o Chanel.

Universo Dior. “Los diseñadores de moda ofrecen un refugio de lo maravilloso. Son, en cierto modo, los maestros de los sueños”. Esas son las palabras de Christian Dior que se leen a la entrada de la galería. La frase le da la bienvenida a los visitantes, tanto locales como internacionales, que quedan impresionados por lo que la acompaña a su costado: el Diorama. Son más de mil piezas en miniatura, colocadas en orden cromático, desde el blanco hasta el negro, pasando por el rojo, naranja, amarillo, tuquesa, verde, etc. La instalación, característica de las exhibiciones que la casa Dior hizo alrededor del mundo, como la de Londres (2019), Shanghái (2020) o Nueva York (2021), cubre paredes enteras de la galería y acompaña la escalera caracol que llega hasta el tercer piso. No hay visitante que no saque su celular para filmarlo o que no pose sobre alguno de los escalones para una foto. Cada una de las piezas, que incluyen bolsos, zapatos, perfumes, vestidos, faldas, sombreros, guantes y otros accesorios, son creaciones que datan desde 1947 hasta la actualidad. El Diorama representa la esencia del estilo Dior y resalta la importancia de los accesorios en un atuendo.

Maestro de la alta costura. El new look, un estilo y una silueta cuyo máximo exponente es el Bar Suit, un conjunto en blanco y negro que se caracteriza por su cintura extra delgada, los hombros caídos y una falda acampanada, es de los mayores legados que Christian Dior dejó en la moda. Fue el protagonista de su primera colección, presentada al final de la Segunda Guerra Mundial, y revolucionó los códigos de la elegancia y la feminidad. Su influencia es visible en todas las marcas reconocidas a escala mundial y hasta en las marcas de fast fashion de hoy en día. La huella que Dior dejó en la moda es indiscutible y la galería se encarga de dejarlo en claro. Esta va más allá del new look y sus sucesores; firmas y nombres como Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferré, Hedi Slimane, John Galliano, Kris Van Assch, Raf Simons y quien se encuentra actualmente en la cabeza creativa de Dior, Maria Grazia Chiuri, son responsables de mantenerla viva a medida que pasan los años.

En la primera sala de la galería se recorren los inicios del modisto y la evolución de la marca hasta nuestros días. Nacido en Granville, en la costa norte de Normandía, Dior creció rodeado de naturaleza, acompañado de una madre apasionada por las flores y un padre dueño de una empresa de fertilizantes. Se pueden ver algunos carteles publicitarios de la empresa, los primeros bocetos originales de Dior y los libros de florería de su madre.

Si bien Dior soñaba con ser arquitecto, la presión por parte de su padre lo llevó a estudiar Ciencias Políticas en Sciences Po de París, una de las universidades más prestigiosas del mundo en ese rubro. No completó estos estudios y, siguiendo su pasión por el arte, ya radicado en la capital francesa, abrió su primera galería de arte en 1928, con 23 años. Poco tiempo después, en 1931, inauguró la segunda. En 1935 comenzó a vender bocetos de vestidos y sombreros, pero no fue hasta 1938 que comenzó a trabajar en la moda. En ese año el diseñador Robert Piguet lo contrató para trabajar con él en su atelier. Luego lo hizo Lucien Lelong y en 1946, con 41 años, Dior abrió las puertas de su propia tienda y atelier.

Ahora, la galería exhibe documentos originales dentro de vitrinas y maniquíes con atuendos del new look, además de recorrer la trayectoria de Dior y señalar los hitos de su carrera. Unos de ellos fueron los desfiles que organizó en el exterior, como en Venezuela, Estados Unidos y Rusia. Eso lo llevó a ser portada de la revista Time en 1957, convirtiéndose en el primer modisto en lograrlo. Además, fue el primer diseñador que les prestó ropa a las actrices famosas para que la lucieran en los estrenos de sus películas. Tanto es así que una de las salas está dedicada a este tema en específico.

Flores, arte y mucho dorado. Hojas verdes que cuelgan del techo, sonidos de pájaros y proyecciones de hojas en las paredes son la escenografía de una sala de la galería dedicada a los jardines. La naturaleza, especialmente las flores, fue la mayor inspiración de este diseñador. Su vínculo con ella, explica el texto curatorial, nace en su infancia en Granville. El contacto con la naturaleza que tuvo en sus primeros años de vida fue tan fuerte, que en su primera colección creó la silueta de una femme-fleur (mujer-flor).

“Dibujé mujeres floridas, de hombros redondeados, bustos en flor, cinturas finas como vides y faldas anchas como corolas”, es la frase de Dior que se lee en una de las paredes de esta sala. En ella también es posible recorrer colecciones de los distintos directores creativos de la casa, con el factor común de que la mayor inspiración —tanto en la estética de los vestidos, sus telas y bordados, como en sus siluetas— fueron las flores. La sala está apenas iluminada y la temperatura es baja, condiciones necesarias para la conservación y cuidado de las piezas.

El mobiliario original del estudio de Christian Dior se puede ver en una de las salas, que reproduce su atelier en la avenida Montaigne.

El mobiliario original del estudio de Christian Dior se puede ver en una de las salas, que reproduce su atelier en la avenida Montaigne.

Para representar cada una de las facetas del invaluable patrimonio de la maison Dior, otros espacios de la galería están dedicados a honrar la afinidad que tuvo su fundador con el arte, su fascinación con el color dorado y por París.

Entre sus 20 y 30 años, Dior conoció los movimientos de vanguardia, como el cubismo o el surrealismo, y comenzó a estrechar lazos con los artistas e intelectuales de la época. En el espacio de la galería dedicado a ese vínculo, las paredes están repletas de cuadros de Salvador Dalí, íntimo amigo de Dior, ilustraciones de René Gruau y poemas de Jean Cocteau. Una vez trabajando como diseñador, Christian Dior conectó la moda con sus pasiones artísticas y sus sucesores siguen tomando eso como inspiración. Los atuendos expuestos en esta sala son aquellos inspirados en ciertas disciplinas artísticas o vanguardias. Un ejemplo de eso fue Nude, la colección primavera-verano 2018, que tomó elementos del surrealismo.

Un lugar emblemático. “Cuando la casa Christian Dior abrió por primera vez, tenía tres salas de trabajo bajo el alero del número 30 de la Avenida Montaigne, un minúsculo estudio, un salón para mostrar los vestidos, una cabina o vestidor para los maniquíes, una oficina y seis pequeños probadores”, cuenta Dior en sus memorias. A 75 años de su apertura, la casa cuenta con seis pisos, en los que se encuentra la tienda de ropa femenina, otra de niños, un restaurante y parte de la Galerie Dior. Este lugar se convirtió en el símbolo de la elegancia parisina desde su apertura y es por eso que la galería le hace honor en varias de sus salas. Además de recorrer su historia y estilo arquitectónico a través de dibujos y fotografías, se puede visitar el estudio de Dior, con su mobiliario original, su pequeño atelier antiguo y la escalera icónica donde se hicieron las fotografías de varias colecciones. La casa es donde las colecciones cobran vida desde los inicios de la firma, fue el escenario de innumerables desfiles de moda, así como de eventos con invitados que incluyeron a Grace Kelly, Marlene Dietrich y Rita Hayworth.

Amor por la fantasía. Una de las salas que más impresiona es la dedicada a los bailes de máscaras del siglo XX. Eran una constante inspiración para Dior y es por eso que Maria Grazia Chiuri celebró su primera colección de alta costura con un suntuoso baile de este tipo en los jardines del Museo Rodin. Esta colección está expuesta en la Galerie Dior, inmersa en un juego de luces e imágenes proyectadas sobre la pared que envuelven a la sala por completo. Según la descripción que aparece allí, Dior describía estos bailes como un momento en el que la fantasía se abrazaba a la realidad. Ofrecían, a sus ojos, la oportunidad de vestir trajes extraordinarios y transformarse en criaturas fantásticas. Esta sensación se refleja a la perfección gracias a la instalación inmersiva de la sala, que también cuenta con sonidos y sillones para sentarse a disfrutar de las piezas y los visuales.