La Linterna Chardonnay 2016, Bemberg Estate Wines
El legendario enólogo mendocino Daniel Pi se propuso hacer un vino chardonnay para guardar por 20 años, una rareza en Sudamérica, región principalmente de blancos jóvenes creados para consumir en el año. La etiqueta pertenece a la bodega familiar de los Bemberg, dueños del Grupo Peñaflor —Trapiche, Las Moras, El Esteco, Navarro Correas y más— desde 2010.
Este chardonnay de Gualtallary, cultivado a 1.200 msnm, en un suelo que llaman albino por su color blanco dado por la presencia de cal, es elegante y se inspira en los vinos del Viejo Mundo.
Clásico, La Linterna ofrece los aromas típicos de la variedad, como flores de azahar y cítricos. En boca, la untuosidad de la fermentación maloláctica (esa que le da al chardonnay su característica nota a manteca) se combina con una elevada acidez —aunque no invade— y la presencia de taninos. Estos últimos factores le aportan longevidad, pues a pesar de ser de 2016 aún muestra colores vibrantes y mucha frescura al beberlo.
Al presentarlo en Uruguay, Daniel Pi comenta a Galería: “100% del vino fermenta con levaduras nativas del viñedo en fudres y barricas, pero la madera aquí no es protagonista, sino simplemente un soporte”. Además, destaca la presencia de aromas terciarios —propios de la crianza de 10 meses sobre borras y los años en botella— a nuez y almendras. Estas características hacen a La Linterna un vino versátil en la mesa.
Precio: 4.990 pesos.
Kidia Gran Reserva Chardonnay 2017, Viña del Pedregal
La región de Casablanca, en Chile, es reconocida por la calidad de sus vinos blancos, de acidez marcada y aromas frutales, y también por mostrar que esas características, con un sabio manejo en bodega, puede aportar etiquetas de gran guarda. Este es el caso del Kidia Gran Reserva Chardonnay de la Viña del Pedregal.
Los del Pedregal llevan ocho generaciones trabajando la viña, en un saber hacer que se transmite de generación en generación. Bajo su nombre, lideran varias marcas de vinos: Since 1825 —en honor a los valores de la familia—, Origen, Eloisa, Carta Vieja, G7, Aves del Sur y Kidia. Esta última hace referencia a la orquídea, y encuentra en este chardonnay una de sus expresiones más refinadas.
Este es un vino de perfil clásico, untuoso, carnoso, que combina las características de la fruta con la crianza en madera, al que se le augura un largo futuro en la botella. Se sirve a 12 ºC, una temperatura más alta que la habitual para los vinos blancos, pero la recomendada para las botellas de alta gama. Su armonización ideal es con pescados grasos como la anchoa o una palometa, pero también puede acompañar carnes blancas y pastas con manteca y crema, bien clásicas.
Precio: 1.000 pesos.
Marga Chardonnay 2020, Valle de las Lágrimas.
Dedicado a la importación de soluciones vitivinícolas, el sobreviviente de la tragedia de Los Andes, Álvaro Mangino, creó la marca de vinos Valle de las Lágrimas en honor a sus compañeros de viaje. En cada etiqueta colocó un mensaje, dibujó estrellas para recordar a los que no volvieron y a la montaña la mostró en forma de silueta. Con el mismo espíritu, en 2020 elaboró un chardonnay en honor a su novia de aquel momento y esposa desde entonces, Margarita, con la que tuvo cuatro hijos. En este vino usó algunos de los símbolos que los acompañaron durante la ausencia, una cadenita cambiada y una ilustración de la pareja señalando a la luna como consuelo.
De este chardonnay se elaboró únicamente una barrica de 500 litros en la bodega Spinoglio; es un vino de guarda fermentado y criado en madera francesa. Con un año de botella, Marga acaba de ser presentado en el mercado. Aún con colores vibrantes, casi verdes, este es un blanco que parece aún estarse acomodando. El azahar típico de la variedad se combina con el aporte de la madera aún muy presente, lo que lo vuelve un vino que bien puede acompañar una selección de quesos frescos como una ensalada de vegetales asados o carnes blancas.
Precio : 700 pesos.
