En su nueva columna, el entrenador canino Andrés Peirano -cuya cautivante historia podés conocer aquí- ofrece recomendaciones para identificar -y eventualmente corregir- un trastorno que se presenta a menudo en las primeras etapas de la vida de los perros

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Pica es el nombre que se le da al trastorno asociado a la ingesta de objetos no comestibles, y es muy común en nuestros compañeros de cuatro patas; sobretodo en la etapa de cachorro que es cuando, generalmente, se origina.

Este trastorno se genera, principalmente, cuando el cachorro empieza a jugar con algún objeto no comestible, ya sea por aburrimiento o buscando atraer la atención de su humano.

Cuando esta conducta se torna reiterada al punto de tornarse obsesiva u estereotípica, se puede decir que nuestro compañero sufre del trastorno de pica en alguna de sus variantes; las cuales son:

•             Coprofagia: que es la ingesta de materia fecal

•             Mucofagia: que es la ingesta de mucosidades

•             Acufagia: que es la ingesta de elementos cortopunzantes

•             Paperofagia: que es la ingesta de papel

•             Tricofagia: que es la ingesta de pelo

•             Geofagia: que es la ingesta de tierra

•             Urofagia: que es la ingesta de orina

•             Litofagia: que es la ingesta de piedras

Si bien es verdad que esto puede originarse debido a una deficiencia nutricional, si hablamos de un perro que esta siendo alimentado con ración balanceada, esta causa queda descartada.

Lo que nos deja solo tres causas posibles:

•             Estereotipias: son conductas impulsivas y repetitivas que no tienen una función determinada

•             Demanda de atención: el perro aprende que dando esa conducta obtiene la atención de su humano, más allá de que lo rezongue o no; cuando un castigo no es efectivo se transforma en un reforzador de la conducta, por lo que muchas veces es este error humano el que lleva al perro a aprender y reforzar la pica

•             Desorden jerárquico: a diferencia de la demanda de atención, cuando se produce un desorden de este tipo podemos identificarlo ya que, en su mayoría, los perros responderán con conductas o actitudes agresivas al querer sacarle el objeto de la boca; demostrando una protección del recurso ante un guía que no representa una imagen de autoridad

Este trastorno puede tener como consecuencia una variedad de complicaciones para nuestro compañero de cuatro patas como lesiones bucodentales, trastornos u obstrucciones digestivas, intoxicaciones o el contraer una gran variedad de paracitos.

Cualquiera sea la situación, actuar lo antes posible es fundamental para evitar que la pica sea un problema cada vez mayor, ya que, sin la ayuda de un profesional especializado en la modificación de la conducta canina, este trastorno sólo empeoraría y se arraigaría más y más en el perro. 

Andrés Peirano

apeiranok9h@gmail.com

Instagram: @tig_herodog