La llegada del covid-19 marcó un antes y un después. Ante la declaración de emergencia sanitaria, luego de que el viernes 13 se confirmaran los primeros cuatro casos de coronavirus en el país, las movidas solidarias aumentaron de manera exponencial. Canastas familiares, grupos de jóvenes que ayudan a personas mayores, tapabocas reutilizables, plataformas web, desarrollo de insumos médicos, avances científicos, ollas barriales, profesionales de la salud que se ponen a disposición para evacuar cualquier consulta y cientos de propuestas más se sumaron a la enorme ola de solidaridad que atraviesa el Uruguay.
Tapabocas solidarios. A través de su experiencia en el diseño y de ayudar ante la emergencia sanitaria, Verónica Benzano comenzó a investigar de qué manera podría colaborar a evitar la propagación del coronavirus. Así fue como decidió comenzar con la confección de tapabocas. "Tenía muchos restos de tela en mi casa y dije ‘voy a arrancar'. En el fondo tengo un taller, máquinas, y empecé a dedicar un par de horas diarias a hacer estos tapabocas y a entregarlos gratis para todo el mundo", contó.
La uruguaya pasa 18 horas del día cosiendo. Creó una mascarilla ecológica reutilizable confeccionada con entretela y elástico, con diseños para mujeres, hombres y niños. "Pensé en la entretela porque no es entretejida, entonces es mucho más impermeable a cualquier tipo de líquido. El virus se vehiculiza en la saliva, en fluidos, y si evitamos que la persona esté esparciéndolo o recibiéndolo me parece que ya es suficiente", explicó.
Al momento de su utilización se recomienda colocarlo y retirarlo tomándolo únicamente de los elásticos y así evitar tocar la tela. Se aconseja lavarlo con abundante agua y jabón, mínimo una vez por día, o rociarlo con abundante alcohol.
Si bien comenzó haciéndolos gratis, la alta demanda (regaló 1.000 en tan solo dos semanas) la llevó a ponerle un valor de 50 pesos para seguir comprando telas y poder continuar con la fabricación.
Los tapabocas se pueden pedir vía mail a [email protected] y ver en su nueva cuenta de Instagram @tapabocasolidario.uy. También se puede acceder al video que está disponible en su perfil de Facebook y que muestra los pasos para que, quien lo desee, pueda hacer su propio tapabocas.
CanastasUy. Siempre hay cosas buenas de qué contagiarse, y una de ellas es la iniciativa solidaria propuesta por CanastasUy, conformada por un grupo de personas que busca ayudar a las familias más vulnerables, con falta de ingresos y de alimentos para el día a día.
Todo comenzó a través de la cuenta de Instagram @CanastasUy y de un grupo de WhatsApp, al que rápidamente comenzaron a sumarse más y más voluntarios. "Surgió de una forma muy espontánea y fue tomando formalidad con los días", contó una de sus integrantes, Clarita Ruiz. Algunos quisieron colaborar económicamente, otros con su tiempo para armar y entregar canastas de alimentos, y otros para desarrollar otras tareas que sirven para sostener esta cadena.
CanastasUy funciona a base de las donaciones de empresas y particulares. Con eso compran y arman canastas de alimentos de primera necesidad. Luego las entregan a las alcaldías de las localidades más vulnerables.
De momento están trabajando para las localidades que integran el Municipio Nicolich en Canelones; en Montevideo en el Municipio A y en el Municipio de Paso Carrasco. Además, para que todo el proceso sea transparente, la firma de asesoramiento legal y contable Guyer & Regules controla las cuentas e informa sobre dónde y cómo se utiliza el aporte de cada persona.
"Con 200 pesos estás armando una canasta para que una familia coma durante tres días. El impacto se ve. Es súper importante esa ayuda", explicó. En tan solo un día, CanastasUy logró armar 600 canastas, y 48 horas después la ayuda de la población le permitió duplicar esa cantidad a 1.200.
Para colaborar se puede hacer una donación en la caja de ahorro en pesos No 387.0717 del Banco Itaú a nombre de Cuacua Sporting Club (CanastasUy). También se puede ayudar a difundir la campaña en las redes sociales con el hashtag #QueNoFalteUnPlato. "Ojalá que podamos seguir más allá del coronavirus; que sea lo que nos unió y que pueda salir adelante más allá de eso", concluyó Ruiz.
Área Vejez y Trabajo Social. En medio de esta pandemia, las personas mayores de 65 años son de las más afectadas. Para solidarizarse con ellos y ayudar a quienes viven solos y deben evitar salir a la calle, un grupo de estudiantes y profesionales crearon Área Vejez y Trabajo Social (Avyts).
El grupo tiene alrededor de 15 profesionales y estudiantes de Trabajo Social de la Udelar, de 25 a 30 años, que cubren las necesidades de personas mayores en los distintos barrios de Montevideo y departamentos del interior del país. Cumplen con todo tipo de pedidos. Desde idas al supermercado o a la farmacia por medicamentos de venta libre, hasta llamados para evacuar dudas de cualquier índole, como, por ejemplo, el número de teléfono del supermercado más cercano. "Si necesitan hacemos las compras, pero en general todos los supermercados o almacenes tienen delivery de alimentos", dijo Milena Garzón, una de las integrantes del movimiento.
Las solicitudes llegan de diferentes barrios de Montevideo y también de varios departamentos del Inteior. "En general, nos llaman personas solas, que no tienen familia o amigos", contó.
En el caso de tener que concurrir a un domicilio, los jóvenes utilizan las medidas de seguridad necesarias. "Estamos tratando de tomar todas las precauciones posibles porque, en definitiva, nosotros también podemos afectar a la persona", dijo Milena. Utilizan tapabocas y guantes, no dan besos, no comparten lugares cerrados, y tampoco aceptan ningún tipo de pago, lo hacen pura y exclusivamente como un acto solidario.
Involucrate. CoronaSolidaria es una campaña impulsada por Involucrate (involucrate.uy), un portal de voluntariado y donaciones de Uruguay que busca reunir en un mismo sitio todas las iniciativas solidarias que surgen a causa de la llegada del covid19 a Uruguay. "Cuando entrás a la página y visualizas el mapa te das cuenta de que capaz que podés donar a un lugar que está a cinco cuadras de tu casa y no lo sabías", contó Andrea Alba, integrante del equipo de Involucrate.
Todo funciona a través de una página web. Allí aparecen iniciativas que buscan apoyar a personas vulnerables socioeconómicamente, a personas mayores o más vulnerables al virus, al sistema sanitario, a la economía de independientes y microempresas, y también propuestas para sobrellevar la cuarentena en casa. "Quisimos centralizar todas las acciones solidarias en torno al coronavirus; no solo para el apoyo de movimientos sociales, también para las microempresas y las plataformas que surgieron con base en esto", agregó.
Involucrate es una portal web que, desde 2017, conecta organizaciones sociales y ambientales con personas que desean hacer voluntariado o donar durante todo el año. "Eso lo seguimos haciendo hasta hoy. Todo el tiempo estamos actualizándonos para entender bien cuáles son las necesidades reales", contó Andrea. El contacto con la organización es a través de la web coronasolidaria.uy.
Impresoras 3D. En menos de una semana, la cantidad de voluntarios que se inscribieron en la convocatoria de la Universidad Tecnológica del Uruguay (Utec) para realizar insumos médicos en 3D superó las 700 personas. "La idea fue abrir a la comunidad un llamado para voluntarios, ya sean empresas o particulares, que tengan herramientas de fabricación digital que puedan funcionar para producir elementos necesarios para hospitales o particulares", contó Federico Farachio, analista de Comunicación Institucional en Utec.
"Lo que hace Utec es gestionar esa plataforma de innovación abierta, en donde se toman insumos de la comunidad de infraestructura o recursos tecnológicos pero también recursos humanos para poder producir y abastecer las necesidades que vayan surgiendo", agregó Federico.
La Utec cuenta con 24 impresoras 3D y con un total de 150 sumando las de toda la comunidad. A su vez, la institución también tiene escáneres y otras tecnologías indispensables para llevar a cabo la producción.
El proceso de trabajo se divide en cuatro comisiones. La primera tiene que ver con la recopilación de datos y de insumos de proyectos del exterior que ya han sido validados. Luego está la comisión de diseño y prototipado, la de validación y producción, y por último la de ensayos y protocolos, encargada de adaptar las producciones a los diferentes reglamentos.
Una vez que el producto atravesó todas estas comisiones y fue validado por la Administración de los Servicios de Salud del Estado (Asse), pueden comenzar a producir los insumos médicos de forma masiva.
Según contó Alejandro Ferreira, docente encargado de Fabricación Digital y coordinador de laboratorios de impresión 3D del país, los objetos que esperan realizarse primero y de forma masiva son las pantallas de protección y las válvulas y los acoples de los respiradores. El próximo paso será la fabricación total de respiradores, que es el equipamiento médico fundamental para atender a los pacientes infectados por coronavirus.
