Contenido creado por Laura Meléndez
Salud

Cabeza abajo

Siete formas de combatir la molesta tortícolis

La tortícolis puede arruinarte el día. Esta dolencia que se produce cuando los músculos del cuello se contraen y se tensan puede aliviarse siguiendo estos consejos.

11.07.2016 10:16

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2016-07-11T10:16:00-03:00
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Cuando los músculos del cuello se contraen y se tensan, produciendo dolor y rigidez e impidiendo la movilidad natural hacia un lado u otro, es que estamos de nuevo sufriendo los síntomas de la molesta tortículis. Esta dolencia, que se repite con frecuencia en caso de malos hábitos, es muy habitual entre la población, por eso, en DMedicina aportan claves para ponerle remedio

Calor en la zona. El calor permite relajar la musculatura aliviando la contractura, y por lo tanto reduciendo el dolor. Aplicarlo por las noches y, si es posible, dos o tres veces al día durante 15 minutos. Puedes hacerlo con paños calientes, manta eléctrica o incluso aplicando agua caliente durante la ducha.

Realiza estiramientos. Una vez que el dolor comienza a disminuir, puedes realizar ejercicios moderados sin forzar los músculos del cuello. Trata de tocar el hombro con la oreja, con cada hombro y cada oreja. Haz rotaciones de izquierda a derecha, parándote en el centro. Finalmente, flexiona el cuello hacia delante, tratando de aguantar un poco.

Utiliza un antiinflamatorio en crema. Actúa directamente sobre el dolor y te proporciona alivio durante 12 horas. Su aplicación es rápida y cómoda, ya que se absorbe rápidamente y alcanza con usarla dos veces al día (por la mañana y por la noche).

Corrige la postura. Si seguimos realizando la mala postura que tiene parte de culpa en nuestra dolencia podremos agravar sus síntomas. Por eso, además de no levantar peso durante un tiempo, hay que prestar especial atención a determinadas situaciones diarias como la forma de sentarnos correctamente en el trabajo, evitando así una mala posición del cuello durante horas.

Utiliza un collarín cervical. En las fases agudas de la tortícolis es recomendable que utilices un collarín. Así evitarás la atrofia y la consiguiente debilidad de la musculatura, que conllevará más dolor.

Duerme con la almohada adecuada. No debe ser ni muy alta ni muy baja y mantener la curva de la columna cervical sin forzarla. Además, puedes encontrar fácilmente varios modelos de almohadas cervicales, especialmente diseñadas para proteger esta zona.

Visita al médico si el dolor persiste. Si al cabo de un cierto tiempo los síntomas no disminuyen con estas medidas consulta a tu médico.