Si había sido conmovedor el minuto de aplausos en honor a Diego Rodríguez durante los dos partidos de Peñarol (Barcelona de Guayaquil y El Tanque Sisley), más aún lo fue el que le brindaron Rampla y Cerro en el Estadio Olímpico.

Al grito de “¡olé olé olé olé, Diego, Diego!” los dos rivales de La Villa se unieron en un solo grito. El plantel albiceleste salió con una pancarta en apoyo a Juan Jacinto Rodríguez, padre de Diego y estrechamente ligado al club.

Luego del sentido homenaje hubo tiempo para el fútbol, que se vio boicoteado. Para quienes quisieron jugar en corto y por abajo, el principal enemigo fue el campo de juego en mal estado, y para aquellos que prefirieron buscar envíos largos y por arriba, el viento fue un problema sin solución. Cerro lo tuvo a favor durante el primer tiempo pero no lo pudo aprovechar.

Mucha fricción y poco juego fueron la tónica de los primeros 45’, en donde hubo un leve dominio albiceleste con algunas ocasiones claras, como un tiro libre de Pablo Pallante que se perdió a pocos centímetros del arco picapiedra y un cabezazo de Álvaro Alejandro Mello, que exigió una muy buena intervención del meta Lucero Álvarez.

Del otro lado, si bien los rojiverdes tuvieron aproximaciones al arco adversario, no exigieron a Diego Martínez, arquero cerrense. Un golpe de cabeza de Martín Bonjour que se fue desviado y un disparo de Matías Britos que pegó en la cara externa de la red, fueron las insinuaciones más peligrosas a favor de los dirigidos por Jorge Giordano.

Recién a los 4' del complemento se dio la primera intervención de Martínez, enviando al córner un buen remate de Richard Núñez desde afuera del área. El ex Danubio y Peñarol fue de los más claros en ofensiva aunque se fue diluyendo con el pasar de los minutos.

Martín Vázquez debió expulsar a Omar Pérez poco antes del cuarto de hora de la segunda mitad, cuando el experimentado volante le entró duro a Rafael García. En el primer tiempo ya había sido amonestado por una infracción similar, pero el árbitro consideró que la falta no ameritaba volverle a mostrar la amarilla.

Las variantes de los entrenadores poco modificaron, ya que el cambio de piezas no repercutió en la forma de jugar. El partido siguió siendo luchado, de dientes apretados y pelota al aire.

Si bien estuvo más cerca Cerro con una definición demasiado elevada de Mello y luego otra del ingresado Silvio Bosco Frontán, el empate terminó siendo justo para los pocos méritos que hicieron los equipos.

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