Preocupa creciente uso indebido de fármacos neurológicos como “potenciadores”

Muchas personas sanas consumen medicamentos capaces de potenciar sus capacidades cognitivas, sobre todo la memoria y la concentración. El problema es que esas pastillas que ingieren no se diseñaron para darles a ellos una mano con el estudio o el trabajo, sino como tratamiento médico para quienes padecen alguna enfermedad neurológica, como alzhéimer, esquizofrenia o TDAH. Y al parecer, alertan los científicos, esa tendencia podría ir en aumento.

"No sabemos suficiente acerca de cuántos ciudadanos sin enfermedad mental están tomando estos fármacos, ni tampoco de qué forma ni por qué. El problema es que los actuales medicamentos que mejoran la cognición [en enfermos] también tienen una amplia variedad de efectos secundarios que no son predecibles y que podrían ser perjudiciales", alertan las neurocientíficas Barbara Sahakian y Sharon Morein-Zamir, ambas investigadoras de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido.

Estas investigadoras acaban de publicar un artículo en The Lancet Psychiatry Journal en el que instan a gobiernos, instituciones de salud públicas y farmacéuticas a trabajar de forma conjunta para valorar el uso de estos fármacos en gente sana.

"Necesitamos tener estudios y datos que nos permitan disponer de una visión amplia y equilibrada de los riesgos y beneficios de este tipo de fármacos y establecer a partir de ahí unas regulaciones jurídicas claras para su uso", dicen en declaraciones recogidas por La Vanguardia.

Los fármacos usados para potenciar las capacidades cognitivas son de muchos tipos, desde antipsicóticos, hasta nicotina. Según los expertos que investigan este creciente problema, entre los más consumidos están el metilfenidato, un medicamento psicoestimulante usado para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), y el modafinilo, un neuroestimulante que suele prescribirse para aquellas personas que padecen narcolepsia, un trastorno neurológico crónico que altera la capacidad normal del cerebro de regular los ciclos de sueño y que causa una gran somnolencia durante el día. También el donezepilo, usado en enfermos de demencia y alzhéimer, es usado sin receta por personas que quieren mejorar su memoria o potenciar su capacidad intelectual.

Esta clase de medicamentos se venden sólo bajo receta profesional, pero es posible conseguirlos mediante proveedores clandestinos a través de Internet, lo que añade un nuevo problema al ya existente, ya que esta vía de compra no ofrece ninguna garantía.