Si hay fans leales y rigurosos, esos son los de Jane Austen, que encontraron en la nueva producción de Netflix ciertas inexactitudes inexcusables y un tratamiento, a su entender, poco acertado de la sutil riqueza del carácter de la heroína. Lo cierto es que en su ópera prima la directora británica Carrie Cracknell se toma unas cuantas libertades creativas. Una de ellas es romper con la cuarta pared. Ese recurso que se volvió sello primero de House of Cards y años más tarde de Fleabag, con sus protagonistas (Kevin Spacey en la primera, Phoebe Waller-Bridge en la segunda) hablando directo a la audiencia, aparece en varias escenas de Persuasión, filme que la plataforma de streaming puso a disposición de sus usuarios el viernes 15. Vemos entonces a Dakota Johnson dirigiéndose directamente a cámara, en un escenario que reconstruye (aunque permitiéndose algunas licencias, sobre todo en el vestuario) el período Regencia en Reino Unido (de 1795 a 1837).
Persuasión es una de las novelas de Jane Austen menos visitadas por el cine. Publicada en 1818, unos meses después de la muerte de su autora, tiene una protagonista más entrada en años que otras de sus obras más célebres, lo que centra la trama en torno a esta mujer, Anne Elliot (Johnson), que dejó pasar una propuesta de casamiento contra su voluntad pero por recomendación de su familia y varios años más tarde, cuando reaparece aquel candidato, Frederick Wentworth (Cosmo Jarvis), ahora convertido en héroe militar y más deseable aún que antes, se lamenta todavía de esa decisión. “La película se hizo con una gran cantidad de amor y atención al material original y un respeto sincero por Jane Austen”, dijo la directora a The New York Times. “No ha habido ningún intento de desmantelar el material original”.
Lo que sí hubo, según explicó, fue un intento de acercar el trabajo de Austen a una audiencia que tal vez nunca leyó uno de sus libros ni vio ninguna adaptación de sus historias. “Queríamos hacer una versión un poco más estridente, cuestionadora y desafiante para que le hablara a una audiencia joven y mucho más feminista”, explicó. Y en eso, asegura, sí estaba siendo fiel a Jane Austen, una autora que solía cuestionar con exquisita agudeza el rol de la mujer y los límites que le imponía la sociedad.

Del teatro al streaming. Persuasión es la novela de Austen favorita de Cracknell, y por eso eligió adaptarla para debutar como directora de cine. Aunque novata en estas lides, su carrera como directora teatral es notoria, con obras en su haber como Sea Wall/A Life, protagonizada por Jake Gyllenhaal y Tom Sturridge, nominada a cuatro premios Tony en 2020.
En su primera incursión en cine, Cracknell decidió arriesgar tanto en la forma como en los diálogos. Los guionistas de Persuasión, Alice Victoria Winslow y Ron Bass, incluyeron líneas como “Si sos un cinco en Londres, sos un 10 en Bath”, o “Ahora somos algo peor que exnovios, somos amigos”, y la referencia a una colección de partituras que el galán le regala a Anne como playlist. Expresiones todas que evidentemente surgieron mucho después de la escritura de Persuasión. Cuando le preguntaron a la directora si se perdía algo cuando se perdía el lenguaje original de la obra, respondió: “Realmente disfruto ese carácter juguetón y la iconoclasia”.
Una de las críticas más fuertes que recibió la película es haber convertido a Anne Elliot en una millennial, que además de pronunciar frases como esas, llora en la bañera por su desdicha y bebe vino directo de una botella. “Creo que el humor está absolutamente relacionado con la escritura de Jane Austen, pero también tiene una especie de modernidad, y esperábamos que esto ayudara a que el material conectara con un público nuevo o más joven”, dijo Cracknell a Vogue. Sobre la forma, dijo: “Romper la cuarta pared nos da la oportunidad de ver directamente su pensamiento y entender hacia dónde va”. Según dijo, su esperanza es, no obstante, haber equilibrado el uso de este recurso para expresar la “complejidad y la agitación” de la vida interior de Anne.

Jane Austen posmoderna. Esta Persuasión no es el primer ejemplo de una novela de Jane Austen con una adaptación moderna. Ni idea (Clueless) y El diario de Bridget Jones también tomaron las tramas centrales de Emma y Orgullo y prejuicio y las aggiornaron a los tiempos que corren. La gran diferencia entre ellas y la nueva Persuasión es que esta última sigue transcurriendo en el 1800. De ahí que sus detractores califiquen ciertas “licencias” de anacronismos. El vestuario, por ejemplo, no es enteramente fiel a ese período. En busca de simplicidad, frescura, y también, una vez más, de una mayor conexión con el público joven, los atuendos eliminaron los sombreros y tocados tan característicos de la época, así como los miriñaques y las polleras demasiado rígidas y voluminosas. “Para mí, fue una oportunidad muy emocionante el alejarme un poco de las convenciones de los dramas de vestuario de la Regencia y hacer algo ligeramente más minimalista y desestructurar un poco todo”, explicó la diseñadora de vestuario del filme, Marianne Agertoft, a Vogue.
Con Bridgerton como precursora, Persuasión sigue esa línea de incluir un reparto multirracial. “Se trata de que la audiencia más amplia posible se vea representada en estas historias clásicas, que se han sentido exclusivas y excluyentes en el pasado. La construcción de cualquier pieza de época es un acto de imaginación y, en este caso, se convirtió en un acto de imaginación aspiracional, que es permitir que un público mucho más amplio sienta que pertenece a este mundo y que puede acceder a esta historia”, explicó Cracknell.


Por su especial amor por Persuasión, la directora se vio bastante afectada por las críticas iniciales que recibió el filme, sobre todo por esa adaptación combinada por la que opta, en la que elige con qué elementos propios de la época quedarse, y cuáles descartar. “Creo que la gente tiene un sentimiento muy profundo de propiedad sobre Austen y, con razón, tienen una conexión muy fuerte con el libro”, dijo a IndieWire. Si bien se mostró respetuosa con las opiniones de los fans, pidió que no se apresuraran a juzgar la película solo con el tráiler, que se enfoca mucho más en la comicidad del filme y no tanto en el cariz melancólico de la historia, que sí queda retratado en el filme.

En los zapatos de Anne Elliot. No han sido más que elogios los que Dakota, hija de Melanie Griffith y Don Johnson pero ya con renombre propio, ha recibido por su interpretación de este personaje tan querido de la literatura. La actriz, que tomó una de las decisiones más arriesgadas que una intérprete joven puede tomar al aceptar el papel de Anastasia Steele en la trilogía erótica Cincuenta sombras, supo salir a su antojo de ese pequeño casillero y en el último tiempo ha dado un giro a su carrera y sorprendido con actuaciones como la de La hija oscura, la adaptación de la novela de Elena Ferrante que eligió Maggie Gyllenhaal para debutar como realizadora. “He trabajado bastante con directoras, casi exclusivamente. De hecho, solo he trabajado con un director masculino en los últimos cinco años. Creo que es maravilloso. Hay un poco más de empatía en el set. Las aristas son un poco más suaves y se siente una perspectiva diferente del mundo: la vida, los seres humanos y las relaciones”, contó la actriz a Glamour.

Johnson, de 32 años —en pareja desde hace cinco con Chris Martin, el vocalista de Coldplay—, y a quien la mayoría de sus colegas definen como “brillante”, ha demostrado una gran inteligencia en sus elecciones laborales y también en el manejo de su vida privada. Además de una gran sensibilidad y sutileza en sus interpretaciones. La de Anne Elliot es, según algunos, tal vez la mejor hasta el momento por los desafíos que representan la variación de tono de la película y el hecho de tener que hablar a cámara en medio de una escena. También desde Gran Bretaña han dicho de su acento británico que es “extrañamente convincente”.
Una nueva adaptación de Jane Austen siempre genera interés y curiosidad. Aunque no alcance los estándares del Orgullo y prejuicio de Joe Wright o Sensatez y sentimientos de Ang Lee, los aficionados al romance de época probablemente encontrarán el suficiente encanto para dedicarle una hora y 49 minutos de su tiempo.