Agatha Christie escribió más de setenta novelas —la mayoría de ellas con varios asesinatos y un grupo de sospechosos, entre los que Hércules Poirot debe encontrar al culpable—. Sin embargo, el mayor de los misterios no se encuentra en uno de sus libros, sino en su propia biografía.
Una noche fría de diciembre de 1926, Agatha Christie le dio un beso a su hija, encendió el motor de su auto y se fue manejando por la campiña inglesa. Horas antes se había enterado de que su esposo, Archibald Christie, estaba en una relación con otra mujer y que pensaba dejarla por ella.
La autora estuvo desaparecida durante 11 días, en los que fue buscada intensamente por la policía. Algunos pensaban que había sido víctima de un asesino serial, otros que buscaba promocionar su próximo libro. Cuando finalmente la encontraron, en un spa en Yorkshire, dijo que no recordaba nada de lo sucedido.
Casi cien años después, Nina de Gramont, una escritora estadounidense, se topó con el caso en un sitio web y quedó profundamente intrigada. Tanto que empezó a hacer el ejercicio de imaginar qué podría haber pasado durante esos 11 días: el detalle que le resultaba más curioso era que Christie se registró en el spa con el apellido de la amante de su marido.
De Gramont trabajó en El caso Christie durante cinco años, de forma intermitente, mientras que enseñaba escritura creativa en la Universidad de Carolina del Norte. Con sus incógnitas e intrigas, la novela hace honor a Christie, pero el mayor desafío para la autora fue ponerse en los zapatos de la joven irlandesa que oficia de narradora del libro, Nan O’Dea.
El trabajo minucioso dio sus frutos y El caso Christie —que se acaba de publicar en español en Uruguay— llegó a la lista de los más vendidos del New York Times, fue seleccionado por Reese Witherspoon como la lectura del mes de febrero de 2022 y actualmente está siendo adaptado a la televisión por la productora Miramax.
A pocos días de terminar su receso de verano en la universidad, Nina de Gramont conversó por videollamada con Galería.
¿Cuál era su relación con Agatha Christie antes de escribir este libro?
Esa es una de las preguntas que naturalmente me hacen a menudo y me gustaría no haber dicho la verdad, porque realmente no tenía mucha relación con la autora (se ríe). Recién leí una de sus novelas después de haber escrito el primer capítulo. Su trabajo no me era ajeno —porque es prácticamente imposible—, la admiraba como persona. Probablemente el aspecto más divertido de escribir este libro fue tener la oportunidad de conocerla como escritora, leer varias de sus novelas y biografías.
Tal vez fue mejor para el libro, porque no tenía tanto apego al personaje.
Exactamente. Hace unos años intenté escribir un libro sobre Emily Dickinson, a quien le tengo un increíble cariño, pero no funcionaba. Era como escribir una novela sobre Dios. En este caso, como ella no era tan especial para mí antes de escribir el libro, el proceso de encariñarme a medida que iba escribiendo fue valioso en términos de desarrollo del personaje.
¿Hubo algo que le sorprendió luego de conocer más sobre ella?
No sabía que la calidad literaria de sus libros era tan alta: en cierto sentido está al nivel de Jane Austen, sobre todo en su capacidad de capturar las rispideces entre las diferentes clases sociales y de presentar el pasado, presente y futuro de sus personajes con una frase breve pero inteligente. Tampoco me esperaba su gran sentido del humor, que es evidente no solo en sus novelas sino también en su autobiografía. Tal vez debería haberme esperado ese humor irreverente teniendo en cuenta que es una mujer que logró muchísimo en una época que no era común. Fue una pionera, una aventurera. Admiro mucho su forma de analizar a los seres humanos de una manera muy justa y compasiva.
¿Fue un desafío encontrar la voz de la protagonista, Nan O’Dea, una mujer irlandesa ficticia del siglo pasado?
Fue muy difícil, en un momento dejé el libro de lado, sentía que no estaba calificada como para escribirlo. Mi proceso fue hacer muchos borradores, con todos los puntos que necesitaba para que se desarrolle la historia, y después investigar lo necesario. Estaba preocupada por el lenguaje y los modismos, también por el día a día. ¿Qué se hacía en esa época cuando alguien quería hacer una llamada telefónica? Tuve mucha suerte porque en su autobiografía, Agatha Christie describe con gran detalle cómo era su vida, incluso cuántas personas trabajaban en su casa. Entonces, se trató de dejar las cosas fluir y luego contrastarlas con la realidad de esos documentos para cambiar lo necesario. Leí muchísimos libros escritos en la época, trabajos académicos y también miré mucho Downton Abbey.

Si bien el mundo era otro hace cien años, los problemas de Nan O’Dea y de Agatha Christie son, en el fondo, similares a los que continúan enfrentando las mujeres hoy en día. Por ejemplo, Nan es forzada a tener un hijo y darlo en adopción. La semana pasada, el derecho al aborto fue revocado por la Corte Suprema de Estados Unidos…
Es interesante haber escrito y publicado el libro antes de que se derogara el derecho al aborto. Recuerdo cuando estábamos en una reunión de marketing con la editorial que alguien me preguntó si había una enseñanza en el libro, y yo le dije que nunca escribiría pensando en eso. Aunque si me pongo a reflexionar... uno siempre escucha que nuestro futuro distópico aterrorizante es parecido a El cuento de la criada, pero me gustaría que piensen en lo que relato en el libro, en nuestro pasado distópico aterrorizante, en todo nuestro pasado, incluso el reciente, que obviamente nos continúa impactando.
También es curioso que ambas, por ser mujeres, tienen opciones limitadas; más allá de que una es rica y otra no.
Definitivamente, y sin duda hay limitaciones diferentes dependiendo de cuánto dinero tienen. Pero me encanta que digas eso de Agatha, porque es verdad; todos tenemos esa fantasía de que al llegar a cierto estatus uno automáticamente queda protegido. Pero no es así, sobre todo si pertenecés a algunos grupos, siempre va a haber gente que se siente con el derecho de menospreciarte. Agatha, sin duda, tiene que enfrentarse a eso, incluso dentro de su propia familia. El libro trata de cómo ella logra superar todo eso.
Escribió cuatro libros juveniles, ¿cree que se subestima el género?
Absolutamente, lo noto porque he escrito en los dos géneros. Eso está cambiando, de todas maneras, en los últimos 25 años se ha vuelto cada vez más respetado. Pero al mismo tiempo, creo que es como tú decís: si estás escribiendo libros para jóvenes, especialmente chicas, la gente va a encontrar formas de menospreciar. Las adolescentes creo que deben cargar con gran parte del peso de la misoginia, no reciben el respeto que merecen.
Además de escribir es profesora en la universidad. ¿Ha pensado en dedicarse a la escritura a tiempo completo?
La idea de dedicarme a la escritura es algo que siempre está ahí, pero me encanta enseñar. Han sido años muy difíciles para los académicos; por el covid, no formás las mismas conexiones con los estudiantes. Es tan limitante enseñar de forma remota que estoy esperando a que las cosas vuelvan a la normalidad antes de tomar una decisión. Además, tengo una hija adolescente que empieza la universidad el próximo semestre, que es supercara, así que también quiero esperar a terminar de pagar su educación (se ríe).
Miramax TV compró los derechos para la adaptación de El Caso Christie. ¿Está emocionada?
Estoy superemocionada, la guionista es Juliette Towhidi, que es brillante. Los derechos se vendieron para una miniserie y estaría muy contenta si efectivamente se hace.
También hay otra adaptación de una obra suya en camino, The distance from me to you, que escribió con el seudónimo de Marina Gessner.
Exactamente, esa es una novela juvenil que escribí hace un tiempo. Ya leí el guion de Tiffany Paulson, es buenísimo, y va a ser protagonizada por Sabrina Carpenter. De todas maneras, en mi experiencia, no hay que entusiasmarse por una película hasta que estás sentado comiendo pop y viéndola. Así que estoy emocionada, pero con cautela.
Cuando escribía El Caso Christie, ¿intuía que iba a ser un bestseller?
Creo que en algún punto siempre creés que a todos tus libros les va a ir bien, incluso sobre aquellos que eventualmente no terminan vendiendo. Pero cuando estás trabajando en un proyecto de tan largo aliento, si bien soñás con eso, termina quedando de lado y te sumergís en la historia en sí, en tratar de hacerla lo mejor posible. Si bien estos pensamientos te estimulan, no son los que te llevan a la línea de llegada. El momento en el que creí que podía ser un éxito fue cuando Reese Witherspoon lo eligió para su club.
¿Qué sintió en ese momento?
Reese es estupenda y me encanta lo que está haciendo con su club, ella tiene un equipo de mujeres jóvenes maravillosas, alegres y divertidas a las que les encanta su trabajo. De todas las experiencias profesionales que he tenido, trabajar con ella ha sido de lo mejor que me ha pasado. Mi hija ama Legalmente Rubia, así que para ella fue increíble cuando Reese Witherspoon eligió El caso Christie para su club de libros. Fue una de las pocas veces, en los últimos años, que logré impresionarla.