Después de que se retirara la hasta ahora "diosa viviente" de Katmandú por haber alcanzado la pubertad, se designó a una niña de tres años como la nueva Kumari. Esta es una tradición ancestral del pueblo de Newar, en la que se selecciona a una niña que se considera que encarnó a la diosa hindú Taleju.
Su nombre es Trishna Shakya y después de ser oficialmente ungida en una ceremonia, será trasladada desde su domicilio familiar hasta un palacio, donde vivirá y será atendida con tratos especiales.
Kumari es considerada como la encarnación de la diosa hindú Taleju. Deberá ser transportada porque sus pies no deben tocar el piso. "Ocupará su lugar en el trono de Kumari luego de una ceremonia con oraciones y rituales tántricos", dijo Karmacharya.
Trishna pertenece al pueblo Newar del valle Katmandú, al igual que sus antecesoras. Una vez ungida como diosa viviente, será autorizada a salir de su palacio 13 veces en el año para días festivos específicos. Desfilará por Katmandú vestida con trajes de ceremonia y la cara pintada.
Los criterios de selección para las aspirantes a Kumari son muy estrictos. Tienen una serie de requisitos físicos, como tener un cuerpo inmaculado, mejillas de león y piernas de gamo, y de requisitos emocionales o morales. Para demostrarlos la niña deberá mostrar su bravura al asistir, sin llorar, al sacrificio de un búfalo.
Esta tradición tiene elementos de hinduismo y budismo. La práctica está vinculada con la monarquía nepalesa, y continúa a pesar de que el último rey fuera depuesto en 2008.
En base a AFP
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