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Música sin enemigos

Trabajo de equipo

Música sin enemigos: Moreno Veloso llega el 26 de setiembre a Uruguay

Moreno Veloso, el hijo del gran Caetano, se presenta en Montevideo el 26 de setiembre. En "Música sin enemigos", Andrés Torrón revela que es más que un apellido.

08.09.2016 12:04

Lectura: 4'

2016-09-08T12:04:00-03:00
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La música puede ser el arte colectivo por excelencia o una manifestación individual y solitaria. Es difícil inclinarse por una u otra postura. Ambas han producido obras excelentes a lo largo del tiempo.

Como siempre, hay manifestaciones intermedias. Una buena parte de la música popular brasileña ha desarrollado una excelente mezcla de individualidades y espíritu colectivo. La bossa nova tiene sus grandes nombres -Joao Gilberto, Tom Jobim- pero fue también un movimiento cuyo resultado es distinto a la suma de individualidades. Lo mismo pasó más claramente con el tropicalismo, creado por Caetano Veloso, Gilberto Gil, Os Mutantes, Jorge Mautner, Tom Zé y muchos otros.

A principios de siglo, al inicio de los 2000, un grupo de músicos brasileños que en ese entonces estaba llegando a los 30 años retomó la idea del trabajo colectivo sin dejar de lado las individualidades. Esos músicos llevaron a cabo proyectos como tríos de cantautores que iban rotando la figura central en cada disco, orquestas que rescataban el samba de inicios del siglo XX con mirada contemporánea y la producción artística de álbumes de colegas de distintas generaciones. Entre esos músicos estaba Moreno Veloso.

De más está decir que Moreno -hijo de Caetano Veloso- creció en un ambiente ideal para ser músico. Cuando tenía 10 años se estrenó como compositor e intérprete en el disco Cores Nomes (1982) de su papá con la canción "Um Canto de Afoxé para o Bloco Do Ile". Una década después volvió a participar en una grabación de su padre en el disco Circuladô como cantante y percusionista. En 1997, su composición "How beautiful could a being be" fue grabada por Caetano en el disco Livro.

Aunque también estudió cello, en esas épocas la música no era su ocupación principal, sino los estudios de física en la Universidad de Rio de Janeiro. La física convivió con la música hasta el año 2000, cuando ganó la segunda. Ese año Moreno editó el álbum Máquina de Escrever Música (o Music Typewriter en su edición estadounidense), junto a Domenico Lancelotti y Kassin. El trío fue rotando al artista al frente del proyecto. Así Máquina de escrever música era presentado como un álbum de Moreno+2; Sincerely Hot (2003) fue un disco de Domenico+2 y Futurismo, editado en 2006 fue presentado como una obra de Kassin+2. El trío fue pionero en combinar la sonoridad clásica del cantautor con guitarras con elementos electrónicos como samples y loops, un recurso que fue ampliamente usado (y abusado) durante toda la década. Era inevitable que se comparara la música de Moreno con la de su padre, más teniendo en cuenta varias similitudes estilísticas. Era obvio que en esa comparación Moreno iba a salir perdiendo, por más que se haya revelado como un muy interesante y agradable compositor de canciones, con un registro mucho más limitado que su papá, pero que sabe hacer de esas limitaciones una virtud. El proyecto +2 consiguió seguidores en todo el mundo y Moreno, Kassin y Domenico se volvieron artistas internacionales.

Moreno además no se quedó solamente en su faceta de cantautor. Además de acompañar a sus amigos Kassin y Domenico, los tres tuvieron que ver con el nacimiento de la Orquestra Imperial, un proyecto del que ya se habló en esta columna, escribiendo sobre Rodrigo Amarante. Además el trío grabó y tocó con Adriana Calcanhoto y Bebel Gilberto y Moreno se dedicó, -al igual que Kassin- a la producción artística y también a la ingeniería de sonido, trabajando con infinidad de artistas de Brasil, de Europa y de Japón.

Pasaron 14 años para que Moreno editara otro álbum con su nombre en la tapa. En 2014 salió Coisa Boa, un precioso disco de canciones, que tiene participaciones de Arto Lindsay, Melvin Gibbs, Rodrigo Amarante, Pedro Sá y sus antiguos compañeros Domenico y Kassin.

Algunas de las canciones de ese disco fueron parte de la banda sonora del film Boyhood de Richard Linklater.

Moreno se presentó en Montevideo con Adriana Calcanhoto hace unos años. Ahora vuelve como solista tocando el próximo 26 de setiembre en La Trastienda junto al gran guitarrista Pedro Sá, Rafael Rocha en batería y percusión y Bruno Di Lullo en bajo.

Por Andrés Torrón