Personajes
Entrevista

Mauricio Pizard: "Como está la vieja de los gatos, yo soy la vieja de las plantas"

Nombre: Mauricio Pizard • Edad: 38 • Ocupación: cocreador y autor de garage gourmet • Señas particulares: se despierta todos los días a las 5 de la mañana, se define como existencialista pero cree en el horóscopo, sabe leer el tarot

28.06.2022 07:00

Lectura: 6'

2022-06-28T07:00:00
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Por Marcela Baruch Mangino

Es arquitecto de formación, fotógrafo y autor de los libros Conservas, ollas, huertas y fermentados. ¿Dónde nace su vínculo con la cocina? De mi madre y mi abuela materna, que falleció en noviembre. Ella era el pilar de la familia, una italiana que hacía pasta con palote y cultivaba flores, especialmente dalias. Mi abuela es la persona más buena que conocí, incapaz de hablar mal de nadie. Mis abuelos vivían en Camino Los Horneros, eran viticultores y tenían una huerta para ellos donde también cultivaban flores. Después se mudaron a Pando y allá también tenían flores.

A usted, ¿qué le gusta cocinar? Fui vegetariano 10 años y dejé de serlo hace cinco, porque me di cuenta de que es como hablar un idioma que no todo el mundo entiende. Me perdía mucho el factor social de la salida a comer, era una barrera y en los almuerzos familiares era un clavo. Ahora me gusta hacer platos de olla, de cocciones largas, pero en el horno, como estofados o matambre a la leche.

Además de la pasión por la fotografía y la cocina, cultiva flores como su abuela. Como está la vieja de los gatos, yo soy la vieja de las plantas. Soy muy ansioso y la tierra me ayuda a nivelar. En lo de Joaquín (Pastorino, su expareja y socio en Garage Gourmet) quedaron la huerta y las flores que seguimos cuidando.

Hoy se dedica a la fotografía gastronómica. ¿Cómo empezó? Cuando me di cuenta de que la arquitectura no era lo que me gustaba comenzó la fotografía conceptual. Llegué a exponer en el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC) y en el Centro Cultural de España junto a otros fotógrafos. Hice una serie de fotografía monárquica con la perra chihuahua de Leatitia D’Arenberg, por ejemplo.

¿Abandonó el arte? En Uruguay las muestras se hacen en museos del Estado donde hay llamados, concursos y siempre se presentan y ganan los mismos. Me agoté. Ahora me siento cómodo donde estoy en la gastronomía; desde Garage Gourmet tenemos un mensaje para dar, la gente lo recibe, se copa. La gastronomía está en permanente ebullición. Además, me permite comer, vivir de esto.

Aparenta muchos años menos, pero tiene 38 y suele contar en las redes que su receta es no ponerse nada. Duermo muchas horas, de las nueve o diez de la noche hasta las cinco de la mañana de un tirón. Vivo todo el día con el sol, también voy al club. Como todos los ingredientes que están en las cremas (ríe). Hasta el shampoo está hecho con comida, en vez de ponérsela hay que comerla.

No tiene formación en letras pero publica a razón de un libro por año. Y en todas sus obras está presente la investigación. ¿Qué le gusta leer? Me siento muy cómodo escribiendo. Ahora leo mucho cuentos, la redes te resetean la concentración, te hacen buscar textos más cortos, como los de Mariana Enriquez, por ejemplo. Cuando estudiaba Arquitectura y viajaba de Pando a Montevideo dos horas leía de filosofía, novelas y también mucho sobre género, para entender dónde estaba parado. Estoy orgulloso de mi biblioteca, es amplia. Por otro lado, en los libros le damos mucha atención a la bibliografía para poder incentivar a que la gente investigue más.

¿Es muy detallista en todo? No, estoy más desprolijo. Me empecé a relajar más en los libros, voy a lo esencial, a lo que queremos transmitir y no tanto la forma. Esto permitió que las cosas se fueran dando accidentalmente, sin buscarlas.

El éxito de Garage Gourmet, que hoy tiene casi 46.000 seguidores en Instagram, cuatro libros publicados con varias ediciones y realiza eventos de gran convocatoria, ¿es accidental? No creo que estuviéramos preparados para hacer eventos multitudinarios ni publicar libros que agoten ediciones a la semana de editarse. La vida nos fue llevando, no es fluir porque sería medio hippie.

Somos auténticos, hacemos nuestras fotos, respondemos todos los mensajes de las redes. El éxito está en que somos genuinos. También confieso que intentamos intencionalmente estar en la noticia de forma permanente para que la gente no se olvide de nosotros.

Confiesa en sus redes sociales que no le gusta la gente. Sin embargo, los eventos de Garage Gourmet son multitudinarios.¿Cómo lo maneja? Lo que sucede es que soy introvertido, más bien callado, y me gusta estar solo. Si bien en el evento Ollas del Mundo que organizamos hace pocas semanas en el EAC hubo entre 8.000 y 10.000 personas, a mí me da mucha ansiedad la gente, me pone nervioso. Para relajarme fumo marihuana.

¿Cómo es su familia? Mi madre es de géminis, además es maestra, fue a la escuela rural, estudió Magisterio, habla hasta por los codos, es avasallante y muy creyente. Mi viejo, electricista, es más callado, más retraído. Yo, que soy el hijo del medio, estoy a medio camino entre los dos. Mis dos hermanos son ingenieros en computación, ellos me arreglan la compu y a cambio me roban plantas, las últimas fueron dos brochas de pintor.

Usted, ¿también es creyente? No creo en nada, soy existencialista, pero me gusta el horóscopo y además estudié tarot y sé leerlo. Lo hago para mí, para conocerme más, aunque a veces también se los tiro a los amigos.

Le gusta viajar. ¿Cuál es su próximo destino? Me encanta y planeo todo, me fijo hasta los horarios de los ómnibus en las ciudades. Lo sorprendí a Joaquín en un viaje a Irán con eso. Desde 2019 que no me tomo vacaciones, porque soy emprendedor y si no trabajo no como. Cuando tenés un trabajo de ocho horas terminás el horario y no te llevás tareas a casa, cuando sos tu jefe tenés otras libertades al no tener horarios, pero estás todo el día pensando en lo mismo.