Karina Tucuna
Karina aprendió su juego de barajas favorito con su abuelo "el Nono", que podía pasar el día entero jugando y se enojaba mucho cuando perdía. "Creo que solo con la conga lo veía enojado", contó a galería; "cuando veo a Sol (su hija) copada con la conga, pienso en cómo le gustaría al Nono ver a su bisnieta disfrutando de ese juego".
Otro de los elegidos de la familia es el trivia, al que considera un clásico de verano: "Siempre jugamos mientras se prepara el asado en la noche", contó la gerenta de Marketing de Nuevocentro Shopping. "Nos enseñó mi marido, a él le encanta, yo creo que es porque siempre gana", agregó entre risas. La parte más compleja del juego para Karina es cuando la carta no tiene opciones de respuesta. El marido de Tucuna también ha intentado enseñarles en varias oportunidades a jugar ajedrez, pero no ha tenido éxito.
Además de los juegos de mesa la familia cumple todos los días con una rutina de deporte. Previendo la cuarentena, se equiparon con los elementos básicos para no extrañar el gimnasio. También siguen series y disfrutan de algunas películas.
"Es difícil hablar de algo bueno frente a la crisis que estamos viviendo, pero si dentro del contexto tenemos que buscar algo positivo, es aprovechar el tiempo en familia", opinó Karina.
También entiende que la tecnología viene siendo muy útil en estas circunstancias porque permite trabajar, estudiar, entretenerse y mantenerse en contacto con la familia a distancia, pero como contrapartida siente que se difunden muchas noticias falsas o información de fuentes inciertas que solo producen confusión. "Tenemos que ser conscientes del tiempo que le dedicamos a Internet, de qué tipo de información compartimos y en qué fuentes confiamos", dijo.
Mariana Arrillaga
En la casa de Mariana no había costumbre de jugar juegos de mesa, pero la situación actual llevó a la familia a buscar nuevos entretenimientos para alejarse un poco de las pantallas: "A veces la sobreinformación no es buena para los adultos ni para los niños", explicó la codirectora del jardín de infantes Teeny Tiny.
Al principio sin mucho entusiasmo, Mariana, María Grazia y Francesca (sus mellizas de 14 años) comenzaron a armar un puzzle. Las 500 piezas que unidas formaban una espectacular montaña las fueron conquistando poco a poco: "Los puzzles llevan varios días, requieren mucha paciencia y concentración, pero te van atrapando", dijo Mariana.
De cualquier manera, el juego favorito de la familia es el jenga, al que describen como divertido y ágil.
Para la madre de las mellizas, estos juegos son una buena manera de desconectar de la tecnología y acercar a la familia. "Las chicas tienen mucha actividad del colegio y pasan varias horas frente a la computadora. Llega un momento del día en que tratamos de hacer algo diferente y jugando se te van las horas", explicó.
En cuarentena también aprovechan para cocinar, ordenar, bailar y unirse a las clases virtuales de Ceci Albanell Gym.
Por otra parte, Arrillaga junto con Vicky Saenz, con quien dirige Teeny Tiny, tuvieron que ingeniárselas para mantenerse cerca de sus alumnos y brindarles entretenimiento didáctico. Pensando en eso, les dieron a todos los niños un kit con actividades, plastilina, crayolas y papeles de colores. También incluyeron juegos como el memory, que tienen que pintar y cortar ellos mismos, un mandala y un conejo de Pascuas para decorar. Además, suben constantemente a las redes del jardín distintas manualidades, búsquedas del tesoro, canciones, cuentos y recetas.
Diego Ruete
Se puede imaginar que la actividad favorita en la casa de Diego Ruete es cocinar, y lo es, pero también hay lugar para otros juegos.
La familia se divierte principalmente con puzzles y trivias, pero también se respetan los intereses de León, de dos años y medio, incluyendo algún juego de dados o simplemente haciendo avanzar autos de juguete.
Uno de los de mesa favoritos de la casa es el pictionary, del que surgen versiones alternativas como el pictionary con mímica. "Otra actividad que hacemos cada tanto es jugar al apagón", cuenta el cocinero; "solo mi esposa Inés y yo sabemos que la luz se fue voluntariamente, eso genera otro clima". La familia también coloca en su lista de favoritos al mikado y otro juego de nueve dados con símbolos en sus caras que tiene como objetivo inventar historias: "Es muy creativo", cuenta Diego.
El creador de Educocina asegura que, más allá de la cuarentena, se debería dedicar mucho tiempo a jugar no solo para entretener a los niños, sino para aprender a vivir. Cocinar en familia, leer libros y hacer manualidades son solo algunas de las actividades que sugiere para aprovechar el tiempo.
Santiago Colinet
Santiago no era un gran simpatizante de los juegos de caja hasta hace un año, cuando sus amigos comenzaron a jugar al catán. Intrigado por su pasión con este juego, decidió encargar a SondeBox -tienda dedicada a juegos de mesa- uno para él, y no se arrepiente.
"Me obsesioné al segundo con este juego de estrategia", confesó el joven fotógrafo. "Se trata de conquistar una isla a través de la recolección de materiales para expandirte antes que tus enemigos", explicó. "Hay muchísimas formas de ganar, pero la idea base es que llegues a 10 puntos entre tus ciudades y poblados", agregó.
Actualmente Santiago está cumpliendo con la cuarentena en el campo, en Salto, junto a su padre y hermanos, por lo que comparte con ellos jornadas de catán. "Me parece el momento ideal para desconectarnos un par de horas y sumergirnos en los juegos de caja, compartir un rato en familia y disfrutar de no estar con el celular en la mano las 24 horas del día", concluyó.
Katja Thomsen
Katja no es fanática de los juegos de caja, pero sí de las barajas españolas. Su juego favorito es la conga porque, además de ser muy divertido, resulta fácil de enseñar a quien no lo conoce.
"De niña jugaba mucho a la canasta con mi papá", contó a galería la modelo. Hoy, sin embargo, juega más al chancho va. "Mis hijos tienen todos edades muy dispares, cinco, siete, 12 y 14 años. El chancho va es un juego muy democrático y lo entiende hasta Catalina, la más pequeña de la casa, así que lo disfrutamos todos con ella", explicó.
Si hay algo que Katja agradece y rescata como positivo de este aislamiento social es la posibilidad de compartir estos momentos con su familia. "Los chicos se sorprenden de lo fácil que es reír a carcajadas en grupo, cara a cara y sin pantallas de por medio", contó. "Tienen una vida tan distinta a la mía a su edad que asusta, todo pasa por el celular", agregó, refiriéndose a los adolescentes.
