La noche del sábado 18 fue una de las más frías del año, con temperaturas que se mantenían por debajo de los dos dígitos. Sin embargo, en la Capilla de Jacksonville primó la calidez: entre los invitados, Leandro Oholeguy y María Emilia Bordaberry concretaron su matrimonio con una emotiva ceremonia oficiada por el sacerdote Fernando Romero, íntimo amigo de la familia.
La historia de estos recién casados se remonta al año 2014. Ambos nacieron en el interior del país, ella en Durazno y él en Tacuarembó. Se conocían “de vista”, de coincidir en el Prado, porque sus familias tienen cabaña de Hereford. Pero fue en la Facultad de Agronomía donde comenzaron a compartir materias y finalmente se enamoraron. En octubre de aquel año se pusieron de novios y en diciembre de 2021 decidieron casarse, luego de recibirse de ingenieros agrónomos.
La ceremonia religiosa estaba prevista para mayo, pero por un acontecimiento familiar debieron posponer la fecha. Aun así, todo sucedió tal cual lo soñaron. María Emilia disfrutó de cada etapa del proceso, en el que las dos familias tuvieron gran protagonismo. En su styling la ayudó su tía Ana Bordaberry, quien también participó en el armado del ramo junto con su abuela paterna, Josefina Herrán. El vestido, realizado por Gaby Cambón, se inspiró en un estilo deluxe romántico con un touch de los años 30. Consistió en una dupla compuesta por un vestido sin mangas cortado al bies con apliques en la espalda y una torera superpuesta de línea geométrica. El género elegido para el vestido base fue un satén italiano de tono apeach con detalles de encaje chantilly francés en tonos offwhite y gold; mientras que la torera era de shantoung de seda con líneas recamadas en perlas. La espalda descubierta se enmarcaba con una gran cola de organza de seda natural y encaje chantilly, todo bordado en hilos de seda dorados. Los zapatos se los prestó su prima María Jesús Bordaberry y su mejor amiga le dio una medallita de la Virgen de Lourdes para colocar en el ramo. El objeto más especial fue un rosario de su bisabuela materna, que acompañó a todas las mujeres de la familia en sus respectivos casamientos. Tanto el peinado como el tocado estuvieron a cargo de Florencia Pollio, quien diseñó unos broches con toques en dorado para colocar sobre el cabello suelto peinado al natural.
Pasadas las 21.30 horas, los novios y los invitados se dirigieron al Salón Los Olivos, de Jacksonville, para compartir una fiesta a lo grande. De la decoración se encargó María Elina Daverede con la participación especial de Beatriz Moretti, abuela materna de María Emilia. A ella le encanta pintar, por lo que intervino los manteles de las mesas y sumó algún cuadro para adornar los banquetes.
El catering fue de Nora Rey y contó con un plato principal elaborado con carne con salsa de vino tinto, papas suizas y ratatouille. Se acompañó con bocaditos de distintos sabores, una mesa de jamones y quesos y otra de gramajos. Para el after, se sorprendió a los invitados con hamburguesas de Mc Donald’s.
El DJ Rodrigo Milsev, compañero de facultad de Leandro, viajó desde Paysandú para musicalizar la fiesta, que duró hasta las 5.30 de la madrugada.