Las relaciones de hombres y mujeres

Rosetta Forner es la autora de "Piensa como un hombre, siente como una mujer", un libro que tuvo mucho éxito en España gracias a su capacidad para diferenciar emocionalmente a hombres y mujeres.

En su libro destaca hasta 13 tipologías diferentes de hombres: el hombre Ferrari, el jinete, el PC, el máquina de afeitar, el caja de herramientas, etcétera. Además, se dedica a derribar algunos mitos repetidos por las mujeres sobre los hombres, como la frase "todos son iguales".

En una entrevista con ABC, amplió algunos de estos conceptos. "En lo único que se parecen (los hombres) es en que todos son humanos. Sin embargo, sí hay estereotipos aplicables a una gran mayoría", aseguró.

Las mujeres que no se ponen en el lugar de los hombres y esperar que hagan las cosas a su manera suelen ser las inmaduras, "las que tiene tendencia a vivir como una niña con derechos, pero sin responsabilidades, a estas mujeres les viene muy bien todos los esterotipos de que los hombre no sienten, no padecen".

"Me he encontrado con muchos casos de mujeres que echan la culpa de su infelicidad a su relación con los hombres. La primera pregunta que les hago, y que les escuece mucho, es ¿cómo contribuyes, por acción y por omisión, a este resultado de tu vida que no te gusta? (...) Las soluciones están en uno mismo, no en que el otro cambie", aclara.

Para Forner, "muchas personas, en vez de esperar a tener la persona que le hable al alma, una relación de respeto..., montan 'pymes emocionales' porque así les es más sencillo no estar solos, compartir pagos del alquiler, tener niños".

La autora considera que es un gran error que un hombre o mujer intente que su pareja cambie su actitud. "El cambio escuece. Las personas no cambian, evolucionan como un proceso interior en el viaje de la vida. Si una persona no te quiere, déjala en paz", asegura.

Los hombres "sin duda son más prácticos, cuando dicen 'a' es 'a'". "Ellos también sienten y padecen, pero si son inmaduros se complican también mucho la vida", cuenta Rosetta.

"Hay que ser realista: las relaciones de pareja no son de color rosa, ni como se presentan en muchas películas americanas. La madurez permite manejarse bien con la frustración: ¿puedo mejorar la relación? Sí. Pues lo intento. La vida diaria es a veces prosaica y aburrida y a las personas no suceden cosas en lo personal y profesional que no son agradables, y ni mucho menos idílicas: la casa se ensucia, uno se enferma, se pincha la rueda del coche", cuenta spbre las relaciones "perfectas", ya que a su juicio "perfecto no hay nadie".