La columna de E. F. Huidobro

Pocos han expresado tan bien lo que está sucediendo.

La utopía tomó cuerpo y tanto, que fue generosamente superada por la realidad.

Lo de ayer fue una apoteosis de la utopía, de las esperanzas, de los sueños, de la lucha...

Como una especie de descubrimiento científico repentino y sorprendente pero rigurosamente demostrado, la utopía, en obra de multitudes, devino concreta, tangible e irrefutable.

Como dice el mensajero, ayer fue el día más utópico. Porque no fue el único: hubo decenas de miles (como 20.000 en medio siglo por no llevar la cuenta más atrás).

Y tal como agrega, ese día estuvo referido a una revolución intelectual y política. Que ni empezó ni terminó el lunes.

El discurso de Mujica en la Asamblea General es una pieza memorable de esa imprescindible revolución. A la vez balance y perspectiva de ella y no sólo de un Programa.

Mujica ni fue el único ni tampoco el más "madrugador". Ya lo dijimos: la obra fue de multitudes y entre sus filas hubo grandes dirigentes que están y otros que ya no están. Pero por sobre todo hubo un pueblo con la conciencia muy clara.

Pepe, como pasa muchas veces en la Historia, es la síntesis física de ello. Y su discurso del lunes, la síntesis escrita.

De acuerdo a ella, lo esencial es hacer Patria. No porque no esté hecha sino porque está, como tantas otras, muy amenazada. Y por ser eso así, se trazan los rumbos que se trazaron.

Se trata de hacer Vida porque también está muy amenazada y a una escala imponente. ¿Quién hubiera imaginado hace sesenta años que por las agresiones sufridas la Tierra protestara tanto y tan fuerte? ¿Quién que en Uruguay tuviéramos que levantar Planes de Emergencia contra la pobreza bajo pena de perder la Patria? Y con ella la posibilidad de cualquier otra cosa.

Esta revolución comenzó entonces hace ya un tiempo y tuvo avances. "Más de lo mismo" significa sencillamente continuar por sus caminos hasta el escaloncito de estos cinco años.

Pero "Patria para todos y con todos" define la estrategia y por ende la política. La tan rica, de alianzas, entre las fuerzas populares tanto sociales como políticas y la que nos debe relacionar con los demás Partidos: puentes tendidos para llevar adelante la "pelea" por conquistar cuatro o cinco objetivos centrales de los que la Patria pende. La que debe ser "para todos" solamente puede construirse "con todos". Y ahora hay condiciones para formar esas columnas gracias al gobierno de Tabaré Vázquez que, luego de los gobiernos frenteamplistas en Montevideo demostró que la mitad del país (sea cual sea) no está compuesta por monstruos sino que sencillamente se trata de gente.

Ese tan sencillo cambio intelectual (de "inteligir") que tanto nos costó, abre muchas avenidas.

Ayer Mujica, prueba viviente de que las utopías son posibles, propuso otra.