La amante de Fernando Lugo

"Fui seducida con bellas palabras cuando tenía apenas 16 años, cuando coincidimos en la vivienda de mi madrina Edyth Lombardo de Vega, en Chore, departamento de San Pedro, donde Fernando Lugo se quedaba a dormir", dijo Viviana Rosalith Castillo, según informa Clarín.

"Todo se inició una vez cuando le llevé las ropas de cama a su habitación, y al preguntarle si necesitaba algo más, él me dijo que sí, que a mí era a quien él necesitaba, siendo a partir de ese momento constante su acoso, hasta que debido a mi corta edad e inexperiencia, fui seducida por su forma de hablar, por sus palabras bonitas, por sus expresiones bellas".

Los padres de ella le permitieron elegir entre "vivir en el pecado" u olvidar lo ocurrido, por lo que ella decidió abandonar su casa. Se mudó a Asunción, donde la visitaba "con una Nissan Patrol del obispado o con un automóvil Mercedes Benz color negro polarizado, que él ya tenía en San Pedro".

El religioso le prometió que dejaría la sotana para formar una pareja, pero ni cumplió su promesa ni reconoció al hijo. Más tarde renunció a su ministerio episcopal y asumió como director del colegio Verbo Divino de Asunción, hasta diciembre de 2006, cuando pidió permiso al Vaticano para postularse a presidente. Viviana ya estaba embarazada de cuatro meses.

Contó que recibía apoyo económico pero sin periodicidad. "Además es celoso y me prohíbe trabajar, lo cual hace mi vida más complicada porque últimamente tengo que mendigarle para asistirle a mi hijo". El punto más crítico de la relación llegó semanas atrás en una discusión, cuando Lugo la abofeteó dentro de un automóvil. Lugo sería, según ella, "su primer y único hombre".

Su abogado dijo que decidió iniciar acciones legales cuando se publicaron informaciones sobre una supuesta relación de Lugo con la vedette Jessica Cirio.

"El demandado nunca negó su condición de padre, habiéndome prometido en reiteradas ocasiones que reconocería a su hijo, pero que esperaría más, porque tenía muchos enemigos políticos, que podían destruir su carrera, si el hecho salía a la luz, lo cual tampoco le convenía a su hijo, ni a mi persona, según sus expresiones, por lo que me pedía paciencia".