Nacido en 1928, vivió su adolescencia y juventud en plena matanza de la II Guerra Mundial. Se enteró con estupor, posiblemente por radio, de la bomba de Hiroshima a los diecisiete años. Debe haber visto pasar por la puerta de su casa las multitudes de cabecitas negras que protagonizaron el nacimiento peronista conmoviendo Argentina y la Región. Oyó y leyó, a los veintiún años, en 1949, el triunfo de la Revolución en el país más poblado del mundo (China) y la insurrección colombiana del Bogotazo . Y a los veinticuatro la formidable Revolución campesina boliviana A los veintiséis el increíble triunfo vietnamita contra Francia en Dien Bien Phu y el comienzo de la lucha armada por la liberación de Argelia
A los veintiocho, finalmente, participó con Jacobo Arbenz contra la invasión organizada por los EEUU y el inicio de la masacre guatemalteca. Dos años después, a los veintiocho, contacta en México con los jóvenes cubanos del Granma que lo aceptan a pesar de su asma, porque necesitaban un médico.
Hemos elegido algunos ejemplos entre muchos de un tiempo que fuera el más violento del siglo XX.
Es una enorme mentira afirmar que el Che inauguró una era de violencia. En realidad fue producto de ella.
El panorama de tiranías y Golpes de Estado en América Latina era desolador. De la democracia: vestigios sobrevivientes.
A los treinta y un años de edad entraba victorioso en La Habana al mismo tiempo que en Caracas era entregada la formidable Revolución victoriosa venezolana
Dos años después, en 1961, ocupando importantes cargos de Gobierno, representa a Cuba en Punta del Este y nos habla a todos desde el Paraninfo de la Universidad. Nos dice que dados sus antecedentes democráticos excepcionales, en Uruguay no hay espacio para la violencia.
A pocos metros del Paraninfo, cuando se retiraba en paz por la calle Tristán Narvaja, sufrió el único atentado personal violento de su vida: un grupo fascista uruguayo intentó matarlo y, errándole por poco, mató al Profesor Arbelio Ramírez.
Un año después vive la crisis de los cohetes que puso en tensión al Planeta y terminó con una decisión unilateral de la URSS sin consulta con los cubanos.
Menos de apenas tres años después, Guevara desaparece.
En 1965, aventando rumores de todo tipo, Fidel Castro lee públicamente la famosa carta de despedida. Antes, el Che había recorrido el mundo criticando a la Unión Soviética.
Y a fines de 1966 aparece en Bolivia.
Nadie supo, hasta hace poco, que antes había estado en el sufrido Congo. Allí fracasó y, según la parte final de su amargo Diario del Congo, ese fue el año en el que estuvimos en ninguna parte .
Lo de Bolivia, tan complejo y discutido aún, es bastante aunque no suficientemente conocido.
Desde que se plegó al Movimiento 26 de Julio en México (1956), hasta que por fin lo asesinaron: once años, en los que Guevara condensó en sí una enorme cantidad de acontecimientos.
Su legado no fue, como hemos demostrado, haber inaugurado una época de violencia.
Su indiscutible herencia, la que sí abrió un futuro hasta hoy, de la que muy pronto se apropiara la Juventud de todo el mundo, incluso más allá de las ideologías, fue el desprendimiento, la entrega, la generosidad, el altruísmo
En un mundo entrado en la Era del consumismo, el pasotismo, la idolatría por bienes materiales y cargos de cualquier tipo. De una despiadada, amoral e inmoral lucha por ellos, de hipocresía y falsificación, el sacrificio del Che, que impacta ya cuando se va de Cuba hacia paraderos desconocidos abandonando honores y comodidades envidiables por cualquier pequeñismo, hasta su lucha derrotada y su muerte victoriosa, el mensaje es nítido y estridente. Imposible de ocultar o mancillar. Es Voz de conciencia.