Josefina Ham y Matías Pereiro se conocieron en 2015 cuando él, que es profesor de Educación Física, entró a dirigir el equipo de hockey de Old Girls del British Schools, donde entrenaban las amigas de Josefina. Ella jugaba en otra categoría, pero se veían en el club de Old Boys & Old Girls.
Cuando en 2016 el equipo de Old Girls salió campeón, hicieron una gira por España, Portugal y Andorra. Josefina, por su parte, se había ido de viaje con unas amigas y se unió a la gira después de terminar su itinerario. Aunque ahí se conocieron más, fue recién a principios de 2017 cuando él la invitó a salir: “Charlamos con otra intención y ahí empezó la relación. Estuvimos cinco años de novios’’, expresó Josefina.
En diciembre de 2020 se fueron a vivir juntos y empezaron a hablar de casamiento, que para Josefina era muy importante por sus creencias religiosas. La tan ansiada propuesta llegó hace un año y medio, al recibirse ella de arquitecta. Estaban cenando cuando él le dio un anillo y le hizo la propuesta. A partir de entonces comenzaron los preparativos para que todo saliera perfecto en ese tan ansiado día.
El civil se realizó el 8 de junio en la barbacoa del Lawn Tenis con familiares y sus amigos más cercanos. Los novios organizaron para el festejo algo simple: tragos para brindar, picada, pizzas y postres. “Estuvo muy divertido y se empezó a preparar lo que se venía el sábado”, contó Josefina.
El sí delante de Dios fue el sábado 11 por la tarde en la iglesia Stella Maris. Josefina entró a la iglesia del brazo de su padre, Andrés Ham, con un vestido de estilo soft deluxe con un toque de vanguardia. El género elegido fue un satén de seda natural nacarado y para el bustier un microtul de seda bordado con motivos lineales abstractos de cristales y nácar. El diseño era una dupla que se componía por un vestido al sesgo de escote halter con cuello alto y espalda profunda, remarcada con un lazo. Llevaba sobrepuesta una blusa de mangas raglán con una gran cola desmontable con detalles en sintonía con la tela del vestido, realizado por Gaby Cambón. Su estilista, Alexia Leindekar, optó por un peinado simple con una trenza atada con su propio pelo, donde el tocado en metal plateado y perlas irregulares de río, minimalista y delicado, se lucía, siguiendo las líneas de la tela bordada del vestido.
El maquillaje tuvo el foco puesto en la luminosidad y la frescura del rostro. En sus manos llevaba un rosario de perlas blancas de su abuela, que es tradición en la familia. Por otra parte, su tía le obsequió un aplique para el final de la trenza, que eran seis mostacillas plateadas con brillos.
La ahijada de Matías, Jacinta Pereiro, de dos meses, fue en los brazos de Mateo, hermano mellizo del novio, a llevar los anillos al altar. El sacerdote que los casó, Gonzalo Estévez, comentó que era la primera vez que veía a alguien tan pequeño llevar los anillos. El coro estaba compuesto por las primas de Josefina acompañadas por Marcos Rodríguez y Aico Algorta; el Ave María estuvo interpretado por Victoria Guridi.
Luego de la ceremonia religiosa los invitados se trasladaron a la chacra San José para la fiesta, que estuvo organizada y planificada muy al detalle por la novia con la ayuda de Ivanna Holjevac-, esposa de su papá, que se dedicó por muchos años a organizar casamientos. La decoración del salón fue rústica y simple, con flores, mucho follaje verde y madera. El catering, de Nora Rey, consistió en una mesa con quesos, jamón crudo, croquetas y tortilla de papa. El plato principal fue lasagna de pollo y de postre se sirvió lemon pie, brownie con dulce de leche y merengue y más. Más tarde en la noche, cuando los mayores se habían retirado, hubo chivitos y pizzas. Los tragos estaban a cargo de Inmigrantes, con una gran variedad de opciones.
Las amigas de la novia, que eran sus compañeras de Arquitectura, le hicieron una sorpresa a la hora del cotillón y le regalaron una capa con luces y chalecos. “Todo salió a la perfección y como lo planeamos”, enfatizó Josefina.
La luna de miel será en diciembre. Irán a Australia y Nueva Zelanda por 45 días. Eligieron partir en verano para poder disfrutar de las playas y el turismo aventura, y porque son países con mucha versatilidad de actividades y paisajes.