Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

No me claves tus puñales

Fue al médico por una supuración y descubrió “tangibles vestigios” de un viejo incidente

El hecho sucedió en Tanzania. Una radiografía reveló que el paciente llevaba desde hacía años una hoja de cuchillo dentro.

26.08.2025 13:40

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2025-08-26T13:40:00-03:00
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Médicos del Hospital Nacional Muhimbili, en Tanzania, divulgaron recientemente un informe acerca de un caso muy inusual que les tocó atender. El trabajo, de interés académico, fue publicado en la revista científica National Library of Medicine.

El reporte describe lo sucedido con un hombre de 44 años y “sano en términos generales”, que llegó al hospital con un historial de diez días de secreción de pus blanco desde el pezón derecho.

El paciente dijo no sentir dolor, dificultad para respirar, tos o fiebre. Interrogado acerca de “episodios destacables”, que pudieran relacionarse con el caso, recordó un altercado violento ocho años antes, durante el cual había sufrido varios cortes en la cara, la espalda, el pecho y el abdomen.

En aquel momento, los médicos suturaron sus heridas y desde ese momento en adelante vivió una vida sin sobresaltos, hasta que su pezón comenzó a supurar pus. Incapaces de determinar a simple vista la causa de la infección, los médicos ordenaron un examen de rayos X y se sorprendieron al ver una enorme hoja de cuchillo alojada en el pecho del hombre.

“Las imágenes iniciales con una radiografía de tórax lateral mostraron un objeto metálico retenido en la parte media del tórax, con opacificación circundante que probablemente representaba un hematoma loculado en resolución o crónico o una fibrosis postraumática, una secuela de la herida de arma blanca del paciente”, escribieron los médicos en su estudio de caso.

De alguna manera, la hoja del cuchillo, que había entrado por el omóplato derecho, esquivó milagrosamente cualquier órgano vital. En el momento del altercado, el hospital donde lo atendieron no tenía medios para realizar un estudio radiológico y, como no reportó dolor después de que sus heridas sanaron, nadie se molestó en investigar más.

Los médicos explicaron que el pus se debía a la acumulación de tejido muerto alrededor del cuerpo extraño, y se maravillaron de que el hombre hubiera vivido ocho años con semejante pieza metálica en el cuerpo sin sentir molestias.

Tras el impactante descubrimiento, la hoja fue extraída cuidadosamente mediante cirugía, junto con el tejido muerto y el pus. El paciente pasó 24 horas en cuidados intensivos antes de ser trasladado a la sala general durante otros diez días. Su recuperación fue satisfactoria y las visitas de seguimiento posteriores transcurrieron sin incidentes.