Financiamiento público y algo de caja propia: ¿cómo se costea el Frente Amplio?

Desde adelantos por votos hasta cenas, rifas o descuentos de sueldo en el caso de cargos de confianza, el Frente Amplio maneja distintos mecanismos para financiarse.

La campaña de Daniel Martínez obtuvo financiamiento por casi US$ 8 millones. En tanto, las campañas al Senado en 2019 tuvieron costos variopintos, desde US$ 861 en el caso del Espacio 609 a otras más gasoleras, como la de la Lista 1001, que registró ingresos para la campaña por US$ 320.000.

Para Diputados, en el Frente Amplio, el financiamiento del MPP en Montevideo fue a partir de US$ 500.000. En el caso de Asamblea Uruguay, en la capital se contó con unos US$ 486.000.

En la campaña anterior, los aportes particulares por donaciones o cenas fueron menores en el financiamiento de la campaña de Martínez. En el caso de la listas, algunas declaran haber apelado al financiamiento de particulares, ya sea por fondos generados a través de contribuciones permanentes —como es el caso del MPP— o a través de rifas, cenas y otros eventos, como expone por ejemplo la declaración jurada de la lista al Senado del ahora exprecandidato Mario Bergara.

Tanto las declaraciones juradas como las fuentes consultadas por Montevideo Portal señalan que dentro del Frente Amplio gran parte del financiamiento de campaña surgió a partir de adelantos de dinero tramitados ante el Banco República en función de los votos que se presume conseguirán.

También, en grandes líneas y salvo excepciones, las declaraciones son genéricas y no entran en detalles sobre aportes particulares.

Dirigentes de distintos sectores del Frente Amplio consultados por Montevideo Portal remarcaron que la mayor parte de los ingresos para sus campañas proviene de adelantos por votos. De todos modos, también señalan dificultades prácticas para registrar los microaportes que puedan hacer los militantes o que se reciban a través de bonos u otras actividades de finanzas.

Las vías de financiamiento

El adelanto por votos funciona de la siguiente manera: la fuerza política y los sectores hacen un estimativo de los votos que proyectan tener, y, a partir de lo que prevén obtener de la Corte Electoral, piden un adelanto al banco. Así, el Banco República libera distintos adelantos de fondos que luego deben ser reintegrados una vez terminada la campaña.

Según explicó una fuente al tanto de este mecanismo, formalmente el banco paga a la persona que encabeza la lista, pero en el caso del Frente Amplio, a través de un poder y tras acuerdos internos, los diputados y senadores dan el visto bueno para que este dinero sea dirigido a la fuerza política como organización. A su vez, una vez ingresado en la caja partidaria —en general en diferentes tandas, como puede verse en las declaraciones juradas—, el Frente Amplio los distribuye, ya sea para gastos de campaña general o como financiamiento de sectores o departamentales.

En la campaña anterior, por concepto de adelantos a través del Banco República, el FA recibió para la campaña de Martínez $ 296.263.470 (99%) de un total de $ 299.607.470 declarados como ingresos. En dólares, los ingresos por financiamiento público rondaron los US$ 7,9 millones, y por donaciones privadas unos US$ 89 mil.

En cuanto a donaciones nominativas de privados, el Frente Amplio recibió aportes del agente marítimo Nodus por US$ 30.000, del cambio Sir por US$ 30 mil, de la arrocera Saman por US$ 15.000, y de la empresa Adiser S. A por US$ 10.000.

En el Frente Amplio, a su vez, por cada voto al lema hay una parte del dinero (60%) que va para la fuerza política, y el restante (40%) es lo que recibe el sector.

Pese a haber salido del gobierno nacional, la fuerza política mantiene también una estrategia de aportes de las personas que ocupan cargos políticos, mediante un descuento de parte del sueldo. Esto incluso está consagrado en el estatuto del Frente Amplio.

“El aporte económico al Frente Amplio de los legisladores y funcionarios de confianza política cualquiera sea su nivel y naturaleza será obligatorio”, dice el documento.

El monto de los aportes, en tanto, es establecido por el Plenario Nacional. En la actualidad, según dirigentes consultados, la retención varía en función del total del ingreso del funcionario, en franjas que van entre un 5% y un 15%.

La última rendición de cuentas publicada por los partidos es de 2022. Allí el Frente Amplio establece que por concepto de aportes a partir de cargos políticos recibió $ 36.887.717, unos US$ 920.395 a la cotización del cierre de aquel año.

En 2019, por ese mismo concepto, el FA tuvo ingresos por $ 57.482.547, equivalentes a US$ 1.539.601 a la cotización de $ 37,3360 del cierre de fin de ese año.

Uno de los métodos de finanzas más tradicionales, y empleados tanto por la fuerza política desde su central y los precandidatos, como por los diferentes comités de base, son las rifas. Por ejemplo, en 2022, a través de un bono colaboración de $ 350, se participaba por un auto Chevrolet Onix cero kilómetro, y como segundo premio una moto Baccio de 125 centímetros cúbicos.

Por su parte, los sectores emplean distintos mecanismos. Uno de los que tiene más aceitada su herramienta es el MPP, que como sector topea los ingresos de sus legisladores y dirigentes en cargos de confianza, y el excedente va para la agrupación. De esto obtienen un dinero que, según los registros, de todos modos es menor frente a lo proyectado por votos.

Otro de los mecanismos tradicionales de financiamiento son las cenas. Este año una de las que tuvo mayor notoriedad fue una que allegados a la campaña de Yamandú Orsi organizaron en Punta del Este, donde expuso el sobreviviente de los Andes Carlos Páez Rodríguez. En este evento, por ejemplo, la mesa para 10 personas tenía un costo de US$ 10 mil. En total hubo 100 comensales, por lo que solo ese evento recaudaron US$ 100.000.

Los sectores

Para este informe, a modo de ilustrar cómo se financian los sectores, Montevideo Portal tomó como ejemplo las declaraciones disponibles en la Corte Electoral para la lista al Senado del Espacio 609 de José Mujica, la Lista 1001 encabezada por Óscar Andrade, Fuerza Renovadora y sus aliados liderada por Mario Bergara, y el Partido Socialista (PS) encabezado por Daniel Olesker.

Salvo en el caso de la lista de Bergara, que brinda más detalles, tanto el PS como el Partido Comunista del Uruguay (PCU) dan cuenta de que su financiamiento es a partir de contribuciones por votos. Por tanto, no se registran otros mecanismos de financiamiento tradicionales como pueden ser rifas o actividades de finanzas. En el caso del MPP, se hace mención a una cena de finanzas, pero no se detalla quiénes aportaron y tampoco para el concepto de aportes permanentes al sector. Por tanto, se muestran categorías genéricas, pero no hay detalles sobre otros tipos de financiamiento.

En la campaña anterior, el Espacio 609 declaró que la mayor parte de su financiamiento fue a partir de los votos estimados. Por este concepto, el sector obtuvo $ 24.259.959, unos US$ 646.932 a la cotización del 28 de octubre de 2019.

El MPP obtuvo $ 5,1 millones por una cena en el Hotel del Prado, unos US$ 137 mil. En los documentos no se ofrece un detalle de quiénes compraron mesas para el evento.

Por su parte, bajo el concepto de “ingresos por contribución permanente”, la lista encabezada por Mujica declaró unos $ 2.416.210, equivalentes a US$ 64 mil. Este punto tampoco ofrece mayores detalles sobre sus orígenes particulares.

En el caso del PCU, los ingresos declarados son solo a partir de adelantos de votos. Por este concepto se obtuvieron poco más de $ 12 millones, unos US$ 321.700.

El PCU es en el Frente Amplio uno de los partidos que tiene más aceitada su actividad orgánica y militancia. La declaración de la lista al Senado en este caso no hace mención a aportes de adherentes, ni donaciones particulares, ni rifas, ni de algún tipo de evento.

La declaración de la lista de Bergara, en cambio, es minuciosa al detalle sobre el origen de los fondos. Se refiere a donaciones nominativas, ingresos por rifas y eventos. En el caso de cenas recaudatorias, en la mayoría de los casos nombra a personas que compraron los lugares, aunque algunos de los montos más grandes figuran bajo la categoría anónima de “adherente”, como una por $ 105.450 y otra por $ 70.300. En tanto, se menciona como genérico a “laboratorios” que dieron $ 140.000.

La mayor parte del dinero, de todos modos, el sector la obtuvo de financiamiento público, bajo la modalidad de adelanto por votos.

Entre las donaciones individuales, las mayores son las que hizo Bergara. El cabeza de lista realizó una donación por $ 345.384, otra por $ 87 mil, y para la cena se registraron a su nombre unos $ 703.000.

En el caso de la lista del PS, los ingresos estimados por votos válidos fueron $ 7.069.200. Ese es el único concepto que se detalla en la declaración jurada.

Fuentes de la dirección del PS consultadas por Montevideo Portal dijeron que además del financiamiento a través de la proyección de ingresos por votos, los socialistas también usaron para la campaña fondos propios del partido, sobre todo a partir de cotizantes y adherentes. Las fuentes afirmaron que estos aportes son ingresados contablemente en las finanzas permanentes del partido, y por tanto no son registrados para la instancia electoral. En tanto, los consultados dijeron que en la última instancia electoral no hubo bonos colaboración, ni rifas, ni cenas. También citaron como ejemplo que en otras ocasiones han recurrido a préstamos bancarios, aunque no para esta ocasión.

En cuanto a los gastos, los rubros entran en diferentes detalles en todos los casos, desde propaganda en medios y vía pública, hasta alquiler de locales y de autos, banderas, camisetas, tarifas públicas, globos y fletes, entre otros.