Uno de los principales problemas del coronavirus es que exige a los hospitales al límite: se multiplica exponencialmente la cantidad de pacientes que deben ser atendidos con equipos especiales y estos escasean, dejando desprotegido al personal de salud. Por eso, alrededor del mundo marcas como Gucci, Balenciaga, Yves Saint Laurent, H&M, Prada y New Balance han puesto a disposición sus fábricas para producir máscaras, uniformes médicos y trajes especiales.
En Uruguay, diferentes marcas locales decidieron hacer lo mismo. Rotunda, por ejemplo, se familiarizó con las necesidades del Hospital Español —que se prepara para ser el centro de tratamiento del covid-19 en Uruguay— a través de la iniciativa solidaria Nos Cuidamos entre Todos, de la que forman parte. Esta red nuclea a decenas de empresas privadas que donaron fondos para la compra de equipamiento y hasta el momento llevan recaudados 3,5 millones de dólares.
Desde la dirección del hospital les consultaron si se podían confeccionar los equipos en Uruguay y el equipo de Rotunda, liderado por Sofía Domínguez, se puso en campaña. "El mayor desafío es que en Uruguay en plaza no existe TNT (textil no tejido) impermeable, como se usa en China y en el resto del mundo. Terminé improvisando con una tela plástica, que es la misma que usé en mi primera entrega de facultad y por eso sabía que existía. También es un desafío porque muchas casas de tela están cerrando, pero a nosotros nos llena un montón sentir que estamos aportando en un momento tan crítico para la comunidad. Hicimos unas pruebas y Nicolás Nin, integrante de la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Español, las aprobó. Uno de los talleristas que nos confecciona, Alejandro, se puso en campaña para convocar a cosedoras desde sus casas para que hagan el trabajo. Involucró a más de 50 mujeres que están superorgullosas de formar parte. Se pueden importar, pero los tiempos son otros y además es bueno darles trabajo a estas personas que confeccionan y que, al estar todo parado, se habían quedado sin ingresos", explicó Domínguez a galería. El objetivo es hacer 25.000 prendas entre túnicas, mamelucos y capuchas para el personal de salud. Otra particularidad del proyecto es que los productos son de colores —la mayoría vibrantes—, ya que este tipo de tela no viene en tonos neutros.
Margo Baridon, por su parte, se acercó al Hospital Maciel a través de una amiga y formó parte de la campaña de confección de tapabocas que impulsó el centro de salud. La diseñadora convocó a los talleres con los que trabaja para que cosieran los tapabocas mientras el Maciel proveía la tela. Luego se enteró de que a algunos médicos les hacían falta uniformes -que tienen que ser lavados con más frecuencia- y, con una amiga que tiene un taller que hace casacas médicas, se propusieron confeccionar estas prendas. Ella donó el excedente de tela de colecciones anteriores y se ofreció a comprar lo que fuera necesario. "Creo que es importante aprovechar la red y la comunidad que uno tiene por desarrollarse en el ámbito de la moda y potenciar la industria en esta situación. Quienes trabajan en los talleres no pueden donar su trabajo, pero sí podemos proveer la tela y potenciar la cadena de producción", subrayó la diseñadora.
