Esta teoría ya se había planteado antes, con algunas variaciones, entre otros por un sabio llamado Nicolás Copérnico. Las autoridades de la Iglesia católica de entonces condenaron a Galileo por sostener que la Tierra giraba alrededor del Sol. Según la Iglesia, la Tierra era el centro. 

Galileo fue sometido a un duro juicio y tuvo que retractarse. Fue obligado a decir que no era verdad algo de lo que tenía evidencia científica.
De cualquier manera, la Tierra siguió orbitando alrededor del Sol y no supo de prohibiciones. La Inquisición (un tribunal de la Iglesia) incluyó la obra de Copérnico y Galileo entre los libros prohibidos y condenó a este último a prisión de por vida, aunque luego la pena se suavizó.


En 1992, 350 años después de la muerte de Galileo, la Iglesia reconoció el error.