Contenido creado por María Noel Dominguez
Salud

A mover las patas

Ejercicio entre los 45 y 65 años puede reducir riesgo de alzhéimer, según estudio

Investigadores españoles vinculan actividad física moderada con menor acumulación de beta amiloide.

30.04.2025 08:55

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2025-04-30T08:55:00-03:00
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Realizar ejercicio físico regular entre los 45 y los 65 años podría reducir el riesgo de desarrollar alzhéimer, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Barcelonaßeta Brain Research Center (BBRC), publicado en la revista científica Alzheimer's & Dementia.

La investigación se centró en 337 personas de mediana edad con antecedentes familiares de alzhéimer, a quienes se siguió durante cuatro años. Se evaluaron sus niveles de actividad física y se realizaron pruebas de neuroimagen para analizar la presencia de la proteína beta amiloide, un biomarcador temprano de la enfermedad. Esta proteína, cuando se acumula en el cerebro, interfiere con la comunicación neuronal y se asocia directamente con el inicio de los síntomas neurodegenerativos.

Los resultados muestran que quienes cumplieron las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) —150 a 300 minutos semanales de ejercicio moderado o 75 a 150 minutos intensos— presentaron menores niveles de beta amiloide, en comparación con quienes llevaron un estilo de vida sedentario.

Además, los participantes físicamente activos mostraron mayor grosor cortical en regiones cerebrales vulnerables al alzhéimer, como las áreas temporales mediales, cruciales en la memoria.

Según el ISGlobal, hasta un 13 % de los casos de alzhéimer podría atribuirse a la inactividad física. Por ello, la investigadora principal del estudio, Eider Arenaza-Urquijo, subrayó que fomentar el ejercicio en la mediana edad debe considerarse una estrategia clave de salud pública para reducir la carga futura de esta enfermedad neurodegenerativa.

Implicancias regionales

En América Latina, donde se proyecta un rápido crecimiento en los casos de demencia debido al envejecimiento poblacional, estos hallazgos refuerzan la necesidad de políticas preventivas activas, accesibles y sostenidas. El ejercicio físico no solo mejora la salud cardiovascular y metabólica, sino que también protege la salud cerebral a largo plazo.