A primera hora actuó la comparsa de negros y lubolos de Julio Kanela Sosa, Tronar de Tambores. Este conjunto, que defiende el primer puesto logrado en el certamen pasado, tiene como protagonista a su cuerda de tamboriles, con la lonja y la madera participando de forma activa en el desarrollo del espectáculo.

El conjunto brinda un espectáculo redondo, más allá de que la pantalla en el fondo del escenario a la hora de mostrar textos y fotografía genera unas pausas que cortan sobremanera el buen ritmo que se viene logrando. Queda, además, un poco como fuera de lugar la mezcla de son y candombe que se ejecuta a la hora de bailar Kanela, lo que dura pocos segundos.

De todos modos la comparsa cuenta con Alberto Coco Rivero que despliega una puesta en escena muy buena. El tiempo ha llevado a ciertos ajustes y ello determina que el cuero de baile realice estupendas coreografías. Como en la primera rueda, el vestuario es variado, brillante y muy vistoso. Tanto las mamas viejas como los gramilleros cumplen un rol destacado y se lucen los escoberos Julio González (que cuenta ya con varias menciones del jurado por su elegante trabajo) y el joven Sebastian Atagaveytia.

La actuación de ayer pone a Tronar de Tambores en la liguilla o tercera rueda y como a uno de los conjuntos que pelea el primer puesto en su categoría.

Originales Diablos

En segundo lugar actuó murga Diablos Verdes. En la búsqueda de lo original el conjunto afianza su propuesta de espectáculo y tiene momentos muy jocosos. Cuenta con un coro que suena potente y se destaca la voz de Ricardo Canario Villalba, quien comienza cantando una ópera.

Christian Font y Albino Almirón hacen una buena dupla a la hora de enfrentarse al público con sus personajes, si bien la parte de Almirón en la parte del bla bla hace que la murga pierda el buen ritmo que venía trayendo.

Se realizaron algunas mechas (chistes) de actualidad y se mejoró en parte la escenografía.

Nadie duda que pasará a la liguilla, pero una cosa es el espectáculo que ve la gente y otra es la calificación rubro por rubro que hace el jurado. Mas allá de eso, lo brindado por Diablos Verdes en la víspera colma todas las expectativas.

Atento a Lupo

La Nueva Milonga suena y suena. La murga se presenta con un muy buen ritmo y un coro que se hace oír. En la presentación se apela a lo afectivo, lo sentimental y el recuerdo de una vieja murga que vuelve a los escenarios. Los hermanos Carlos y Pablo Barrios y Javier Pereira se lucen cantando y en alguno de los casos actuando.

La historia pasa por Iba (Eva) y Hadan (Adan) que van desarrollando sus vidas en el marco de criticas políticas y sociales. En determinado momento dos componentes se ponen delante del escenario y con la batería y una guitarra acompañándolos generan, con mucho ritmo, la hilaridad de los espectadores. Es un momento muy disfrutable y con mucho humor. Otra gran candidata a pasar a la liguilla.

El gran showman

Ariel Pinocho Sosa volvió a mostrar en la víspera que es un gran improvisador y comunicador. El espectáculo de Zíngaros pasa por la parodia del comediante británico David Garrick y el gran Tuleque y su Margarita. El despliegue de vestimenta, escenografía y baile es estupendo. Sin embargo el conjunto tiene problemas a la hora de cantar, ya que no cuenta con buenos solistas (sólo tiene al Canario Pereira).

La primera parodia, además, no logra llegarle a la gente, mas allá de que la gran hinchada que tiene el conjunto aplauda hasta un bostezo o un acople que tenga el conjunto.

Pero la del Gran Tuleque tiene como protagonista al gran showman de Pinocho. En varias oportunidades se ha criticado a Sosa por su excesivo protagonismo, pero en este caso su participación es la que levanta a la gente de sus asientos. Basado en la novela de Mauricio Rosencoff, Pinocho parodia la historia del Tuleque y su amor por la Margarita. En determinado momento señala que quiere una estrella y miles de papelitos plateados invaden a los espectadores de las primeras filas del Teatro de Verano.

Es en ese momento que se dirige a los personalidades que se encuentran mirando el espectáculo. El sueño de lograr tener una estrella lo traslada (lo proyecta) y le dice, por ejemplo, a Morgade que volverá a salir Reina de la Teja, a Espert le habla de los Saltimbanquies y a todos les "regala" una estrella. En la primera rueda estaba el ministro del interior Eduardo Bonomi y le dijo que no le iba a regalar una estrella y si una flor. Pero, al momento de buscarla gritó "ay, me la robaron", lo que despertó la risa y el aplauso de los presentes.

Ayer a la intendenta Olivera le dijo que no le iba a regalar una estrella. El regalo para ella era un calzoncillo, el cual sacó de su bolsillo y se lo entregó, para agregar que quería que se lo pusiera al David, monumento que se encuentra frente al edificio de la Intendencia. Esta ocurrencia despertó la carcajada de la jerarca comunal y de todos los presentes en el Teatro de Verano.

La adrenalina de Pinocho era tal, a esa altura, que sentado en la platea miró como su conjunto se despedía. En la canción final arengó desde abajo del escenario a la gente y siguió vestido (caracterizado) como el Tuleque. Este tipo de cosas es el plus que da Zíngaros, o mejor dicho Pinocho Sosa.

Platea bip(artidaria)

En la primera fila de la platea se instalaron ayer la intendenta Olivera, el secretario general de la intendencia capitalina Ricardo Prato, el director de eventos de la intendencia Fernando González, el diputado de Asamblea Uruguay (AU) Carlos Varela, y los dirigentes de Daecpu Enrique Espert y José Gato Morgades.

Textos: Miguel Flores
Fotos: Juan Manuel López